Con este tríptico de empresas que forman Delaware, el Grupo ha conseguido hacerse con los servicios de una plantilla de 150 personas y cerrar 2002 con una facturación neta de más de 11 millones de euros, repartidos del siguiente modo entre sus distintas áreas de negocio: 85 empleados pertenecen a la compañía de consultoría, que obtuvo un volumen en ventas de 8 millones de euros; 55 trabajadores se encuentran en Operaciones y Proyectos, que facturó 3 millones de euros; y el resto procede de la firma de Contenidos y Aplicaciones.
Aunque la trayectoria de Delaware es clara y ascendente, la pregunta inevitable que suscita es saber por qué sus fundadores crean una empresa enfocada en Telecomunicaciones en un momento en el que este sector atraviesa una etapa de vacas flacas. Kubusch justifica la postura de Garma y Martínez apelando a la filosofía misma del Grupo, “el objetivo era dar un máximo de calidad y una atención cuidada al cliente. A pesar de saber que jugábamos contra equipos grandes, contábamos con la ventaja de poder ayudar al cliente mimándole al mismo tiempo”.
Y, por otra parte, se dedican al área de sistemas de negocio de las operadoras y “dentro de éste, al propio corazón del negocio, porque hacemos especial hincapié en los sistemas de facturación y en la atención al cliente”.
La consultora concentra su trabajo en las áreas de mediación, tarificación y fraude, entre otras, y presta sus servicios acogiéndose a dos modalidades. Por otra parte, aunque su perfil de cliente son las operadoras de telefonía tanto fija como móvil, no piensan en la posibilidad de tocar techo en este mercado, “porque los servicios son amplísimos”.
No casarse con nadie”. “Apoyarse en tres vértices claves de la tecnología como son la consultoría, los servicios y el desarrollo de proyectos”. “Apostar por la profesionalidad”. Éstas son las reglas de oro del Grupo Delaware, una compañía española en cuya carta de presentación aparece un listado de tareas realizadas a sus clientes digno de reseñarse y del que cabe destacar la participación en la implantación del módulo de comisiones de Infranet, para Omnitel-Vodafone; la implantación de un sistema de facturación IP, para Retevisión; la selección y lanzamiento de los sistemas de call center, para Xfera; o la implantación de una plataforma de envío de SMS y desarrollos para acceso remoto de clientes, para BT Ignite. En definitiva, un amplio abanico tecnológico.
Como suele suceder, detrás de toda empresa sólida aparece siempre la labor continuada de un equipo. En el caso del Grupo Delaware la historia comienza con el proyecto conjunto de Luis Garma y Rafael Martínez, ambos procedentes del entorno de la consultoría, que deciden crear su propio proyecto enfocándose en un nicho de mercado especializado como era la consultoría en el área de las Telecomunicaciones, es así como nace en mayo de 2000 la empresa Delaware Consultoría.
Tras un año de andadura, sus fundadores observan que la consultoría de sistemas de negocio de las operadoras crece pero “se dejan escapar oportunidades en la parte de servicios, implantación de herramientas y desarrollos de proyectos”, explica Alberto Kubusch, director Comercial de Delaware Consultoría, y el Grupo opta por crear la segunda compañía; esta vez enfocada en los servicios tecnológicos horizontales, que ve la luz en abril de 2001 bajo el nombre de Delaware Operaciones y Proyectos, contando con la participación de Dolores Fernández como tercera socia. Se trataba de una firma de servicios con un claro valor diferencial con respecto a sus competidores, “porque está integrada por profesionales polivalentes y se basa en una oferta de precios contenidos y golosos”, aclara Kubusch.
Un año después, en mayo de 2002, el Grupo se embarca en lo que a día de hoy es su tercer y último gran reto: Delaware Contenidos y Aplicaciones, una empresa de I+D+i dirigida inicialmente al sector de las Telcos, “por ser el terreno más conocido” pero que pronto comienza a virar a distintas soluciones como sistemas de gestión de calidad para pymes.
De cualquier manera, no les preocupa porque también cuentan con Delaware Operaciones y Proyectos, dedicada al mercado horizontal, desde donde han pasado de la telefonía a dar servicios a la industria farmacéutica con cuentas como Novartis a la que proporcionan el mantenimiento del área de Lotus Notes; cementeras, para las que hicieron proyectos en entorno SAP; o la firma GSMBOX, para la cual desarrollaron juegos basados en tecnología SMS, sin olvidar la banca.
También se apoyan en su tercer vértice, Delaware Contenidos y Aplicaciones, “inicialmente orientada a Telcos porque es el campo que dominamos, pero que consta de cuatro líneas de negocios”, según comenta Jesús Ruiz, ingeniero de Sistemas de Delaware Contenidos y Aplicaciones. “Tratamos de ofrecer productos que no existen en el mercado o proporcionar otros capaces de sustituir a los que funcionan pero que no lo hacen como debieran. Tenemos cuatro líneas básicas de negocio y de ahí deben salir productos finales”.
Ahora, el Grupo tiene la vista puesta en un futuro próximo sabiendo que juega con un as en la manga: “ante proyectos que requieren cierta independencia y un bajo número de personas pero con un conocimiento muy elevado de la materia somos imbatibles y podemos competir con cualquiera”, afirma Kubusch. ¿Por qué? “la explicación es que las grandes corporaciones tienen alianzas mundiales con determinadas cuentas y están obligadas a sugerir o prescribir ciertas soluciones. Pero las empresas se fían más de una compañía como la nuestra no ligada a macroacuerdos”.