Aunque no son pocos los trámites parlamentarios que aún le quedan por pasar, lo cierto es que casi podemos ya anunciar una nueva Ley General de Telecomunicaciones en nuestro país.
Aprobado por el Consejo de Ministros el 17 de enero pasado, su anteproyecto introduce importantes novedades en el panorama español de las Telecomunicaciones.
El texto, que viene a sustituir a la anterior Ley de 1998, busca profundizar ahora en las medidas aperturistas, consolidar el sector de las empresas surgidas al calor de la liberalización y acabar con el monopolio de Telefónica.
La norma presenta así como principal rasgo la simplificación del régimen de autorización para dar servicios de red o de telecomunicaciones, al eliminar la necesidad de obtener previamente una licencia para comenzar a operar. Con esta modificación, cualquier compañía podrá constituirse en agente y comenzar a operar, únicamente notificándoselo a la CMT, sin necesidad de precisar una licencia o autorización, salvo que requiera el uso de espectro.
En lo que se refiere a la adjudicación del espectro, la nueva normativa apuesta por conceder el derecho de uso del mismo, en lugar de por el actual concurso, y la creación de la Agencia Estatal de Radiocomunicaciones, que se encargará de gestionar el dominio público radioeléctrico.
La LGT, la Ley General Audiovisual y la Ley de Firma Electrónica. Todo ello y antes de que acabe esta legislatura. Ese parece ser el objetivo del titular del ministerio de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué quien, además de mostrar su clara intención de sacar adelante con carácter de urgencia todas estas normas, ha señalado que el Ejecutivo dará un empuje al desarrollo de la Sociedad de la Información, mediante la extensión del uso de Internet como servicio universal.
Además, el Ministro recordó que para 2005 está prevista la desaparición del sistema que regula los precios máximos de Telefónica, una mejora de los sistemas de conexión y la flexibilización de los avales exigidos a las compañías de LMDS y UMTS.
