Tendencias tecnológicas como cloud, edge computing o la diversificación de ubicaciones suponen retos importantes para las infraestructuras de comunicaciones, que tienen que dar respuesta a nuevas necesidades en entornos cada vez más complejos: nubes múltiples, proliferación de dispositivos, modos de trabajo híbridos, etc.
La aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) a las operaciones de TI en general y a la gestión de las infraestructuras de red en particular plantea cuestiones tales como en qué medida las redes corporativas están preparadas para incorporar esta tecnología, y qué valor puede aportar, en términos de capacidad para automatizar tareas de gestión rutinarias, como herramienta predictiva que permita anticiparse a posibles incidencias de red u optimizar la entrega de aplicaciones en el edge, dondequiera que se encuentren las diferentes ubicaciones de la empresa.
Redes&Telecom, en colaboración con GTT y Ericsson Enterprise Wireless Solutions, ha reunido en un almuerzo de trabajo a ejecutivos y responsables de TI de compañías de diversos sectores, que han compartido, cada uno desde su perspectiva, su experiencia y visión sobre el modo en que la IA aporta mayor valor a sus respectivos negocios. Han participado ejecutivos de Holcim, ING, LHH-Grupo Adecco, OHLA y Palladium Hotel Group.
Los participantes coincidieron en que la IA, aplicada a diferentes áreas y procesos de negocio de las organizaciones (gestión TIC, gestión de proyectos, atención al cliente, RR.HH), puede convertirse en una herramienta que ayude a acelerar procesos y ganar en predictibilidad. En lo que respecta a la gestión de red, esta predictibilidad se traduce en capacidad de anticiparse a posibles incidencias o caídas de red que puedan tener un impacto en el negocio. En entornos de redes de área extensa (WAN) y altamente distribuidos, esto es especialmente importante, ya que la latencia y la optimización del rendimiento de aplicaciones son aspectos clave.
La capacidad de automatización de tareas fue también un punto de consenso entre los participantes, no sólo por lo que aporta en cuanto a optimización de procesos y reducción de tiempos, sino porque contribuye a reducir el riesgo de error humano. También fue un punto de acuerdo las posibilidades que la IA aporta en la mejora de la seguridad de red y de la postura de ciberseguridad global de la organización. La capacidad de detectar y relacionar patrones de tráfico o usos anómalos de la red puede ser clave a la hora de anticiparse y mitigar ataques o intrusiones, gracias a una mayor rapidez de respuesta.
Como conclusión, los participantes coincidieron en la importancia del elemento humano en la utilización adecuada de las tecnologías de Inteligencia Artificial. El concepto de “copilot”, es decir, concebir la IA como un asistente que aporta conocimiento y herramientas, pero al que no se le cede todo el control de los sistemas, fue considerado por la mayoría de asistentes como el enfoque más adecuado a la hora de integrar esta tecnología en los diferentes procesos de negocio de cada organización.
En las próximas semanas publicaremos las principales conclusiones del encuentro.