En los últimos dos años, hemos visto un gran aumento en el número de proveedores de nube utilizados por las empresas. Lo que comenzó con las implementaciones en una o dos nubes ahora se ha transformado en cinco o seis, sobre todo si se tiene en cuenta a los proveedores de SaaS. Realmente estamos operando en un mundo híbrido y multicloud, y esto está teniendo un profundo efecto en el uso de aplicaciones y redes. De hecho, el estudio global de IBM sobre la transformación de la nube reveló que solo el 3% de los encuestados informó haber usado una sola nube privada o pública en 2021, frente al 29% en 2019.
Las aplicaciones de hoy en día a menudo se extienden, o algunos dirían incluso que se expanden, a través de múltiples nubes. Por ejemplo, un front-end web puede estar en una nube, el procesamiento principal alojado en otra diferente, con bases de datos para rastrear clientes, acciones y planificación de recursos empresariales (ERP) repartidos en una gran cantidad de diferentes nubes y soluciones SaaS.
En otras palabras, la gestión de redes también se ha vuelto significativamente más compleja en solo unos pocos años. Si reunimos a algunos de los principales administradores de red acabarían intercambiando historias desalentadoras sobre latencia, bajo rendimiento y tiempo de inactividad no planificado, incluso cuando estas interrupciones son el resultado de una decisión comercial que se ha tomado sin tener en cuenta la distancia geográfica o el ancho de banda. Sin herramientas para monitorizar, controlar o asegurar las redes multinube, los administradores de red se tienen que apañar con la conectividad de red entre las nubes.
La gestión de redes también se ha vuelto significativamente más compleja en solo unos pocos años
Entonces, ¿qué significa todo esto para 2022? En pocas palabras, un cambio profundo en la forma en que pensamos sobre las redes.
La IA y la automatización ayudan a impulsar la adopción de 5G
A medida que los proveedores de servicios de comunicaciones (CSP) trabajan para ayudar a cumplir la promesa del 5G, buscarán la automatización impulsada por IA para administrar las redes rápidamente, en una amplia gama de entornos, y escalar nuevos servicios en días, en lugar de meses. Las nuevas capacidades les ayudarán a reunir análisis avanzados, aprendizaje automático y AIOps para descubrir patrones ocultos y tendencias en los datos de red, así como optimizar continuamente las operaciones y el rendimiento de la red con una intervención humana mínima.
Un énfasis en la seguridad
Si las redes de la última década estuvieron marcadas por construir una red física global focalizada en llevar el tráfico a los centros de datos corporativos, en la próxima década se tratará de construir redes virtuales seguras entre los proveedores de nube y las nubes privadas. Este es nada menos que un momento para la creación de redes, donde nos damos cuenta de que el centro de datos corporativo ya no es el centro de nuestro universo. En cambio, nos daremos cuenta de que ahora vivimos en un universo heliocéntrico que gira en torno a la gestión del tráfico entre una variedad de diferentes proveedores de nube.
Mejores herramientas
A medida que surjan nuevos productos y proveedores, es de esperar que podamos ver herramientas que permitan a los administradores de redes diseñar redes que fluyan dentro y entre los proveedores de la nube, y que puedan habilitarse de forma global en cuestión de minutos, en lugar de meses. Estas herramientas pueden usar IA y automatización para ayudar a los proveedores a reducir el tiempo de inactividad no planificado relacionado con la red, acelerar la implementación de equipos de red y reducir sus costes generales de infraestructura de TI.
Dispersión de los modelos de TI
Una tendencia que vimos a principios de la década de 2020 fue la dispersión de los modelos de TI tradicionales como el servicio de acceso seguro a edge, o SASE, y las redes de área amplia definidas por software (SD-WAN) que dependen de una red definida por software. Esperamos que la dispersión de los productos SASE y SD-WAN se combine en soluciones de acceso y seguridad multicloud.
El auge de la arquitectura cloud-out
Esperamos que el cambio a una “arquitectura cloud-out” requiera adaptaciones. Hemos descubierto que la orquestación de la red, la gestión de fallos y el rendimiento funcionan mejor cuando se alojan en la nube y se administran hacia el exterior, a diferencia de las herramientas de alojamiento en un centro de datos corporativo que llegan a la nube. Esto puede facilitar la administración de los intercambios de datos de nube a nube, las aplicaciones de nube a edge y la experiencia del usuario final.
Esta distinción es más que semántica. Hasta este punto, la mayoría de las arquitecturas de red veían la nube como algo a lo que conectarse y no como algo desde lo que conectarse. Este es un cambio significativo, ya que el enorme volumen de tráfico empresarial comienza a fluir dentro y entre múltiples proveedores de nube y SaaS sin siquiera tocar la red corporativa.
La mayoría de las arquitecturas de red veían la nube como algo a lo que conectarse y no como algo desde lo que conectarse
La evidencia sugiere que los administradores de redes están cada vez más empoderados dentro de sus organizaciones. En 2011, solo uno de cada cinco CIO encuestados se consideraba un facilitador crítico de la visión de una empresa. La pandemia borró esta percepción e hizo de la gestión de la red una prioridad crítica. De hecho, en el último estudio de IBM sobre el papel de los CIO, el 83% de estos profesionales en España informaron que sus equipos desempeñaron un papel vital en la respuesta de sus organizaciones a la pandemia. No solo eso, sino que también están desempeñando un papel fundamental en la innovación en áreas que van desde la automatización hasta la sostenibilidad. Este nuevo rol más visible para los administradores de red, puede ayudarles a realizar los cambios necesarios para seguir adaptándose y ofreciendo un servicio más fiable a sus clientes en los próximos años.
Hay buenas razones para esperar que, gracias a estas mejoras, los administradores de redes puedan pasar de la compasión a la celebración cuando se reúnan en 2022.