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Qué son los wearables: tipos, usos y cómo elegir



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Relojes, pulseras, zapatillas, camisetas o gafas que llevan más allá su función de vestir para añadir nuevas habilidades como recepción de llamadas o controlar parámetros de salud

Publicado el 8 nov 2024



Qué son los wearables
Qué son los wearables

Tecnología ponible o vestible, ropa tecnológica o inteligente, ​electrónica textil… son algunos de los sinónimos con los que podemos referirnos a los wearables, dispositivos electrónicos inteligentes incorporados a la ropa o usados en el cuerpo como implantes o accesorios y que sirven para realizar funciones concretas. Puede que por este nombre no los identifiques, pero están cada vez más presentes en nuestras vidas como es el caso de los smartwatchs o de las pulseras de actividad capaces de medir el ritmo cardíaco o los pasos dados, por ejemplo.

Este desarrollo surgió en la década de los años 60, pero hasta los últimos años no ha entrado de lleno en la sociedad. Son, normalmente, objetos cotidianos a los que se les ha añadido tecnología con el objetivo de aumentar su rendimiento y tener integradas las utilidades de otros dispositivos. Una de las características de los wearables es que siempre están encendidos y/o en funcionamiento. Como equipos multitarea, incluyen funciones de red como navegar por la web, la posibilidad de conectarse a otros gadgets, como al teléfono móvil, e incluso pueden ejecutar su propio sistema operativo.

En este artículo te contamos para qué se utilizan estas soluciones, qué tipos hay, sus usos y sus perspectivas de futuro.

Para qué se utilizan los wearables

Esta “tecnología ponible” que empleamos como prenda de vestir es el resultado de la evolución de la industria de los dispositivos móviles. Gracias a avances como la miniaturización de los componentes electrónicos, el desarrollo de los protocolos de comunicación, la geolocalización y el software de gestión de datos.

Incorporan microprocesadores, siendo capaces de interactuar con nosotros y facilitarnos la comunicación con nuestro entorno. Gracias a su tecnología avanzada que llevamos encima, pueden recoger, emitir e interpretar datos con fines específicos y de forma constante. Son móviles y puede interconectarse con otros objetos a través de una red, vinculándose -por lo general-, a smartphones, tablets u ordenadores mediante una conexión inalámbrica para compartir dicha información.

Así las cosas, podríamos decir que los wearables están diseñados para registrar lo que vemos, nuestras pulsaciones, nuestro ritmo respiratorio, las horas que dormimos, los ratos de inactividad e incluso el estrés, entre otros parámetros. Su gran diferencia respecto a los smartphones es que se integran en nuestros cuerpos.

La tecnología “vestible” o “ponible” tiene una amplia gama de aplicaciones en nuestra vida diaria. Su éxito radica en la variedad de funciones que ofrece al tiempo que pasa desapercibida como un accesorio más del día a día

Sus usos son múltiples y han ido aumentando en todos estos años. Desde la medición de nuestra actividad física y la monitorización de diferentes parámetros de salud, hasta geolocalización de familiares o mascotas. Junto con estos aspectos relacionados con el estado físico de las personas, encontramos funciones que se pueden aplicar en otros ámbitos de la vida diaria, como la información, el trabajo, la seguridad o el entretenimiento.

En sus primeros estadios, estos productos se empleaban para ofrecer la posibilidad de comunicarnos instantáneamente, ahora se enfocan hacia una mayor personalización.

Tipos de wearables: los más populares

En la industria podemos encontrar diferentes tipos de wearables desde las populares pulseras y relojes, hasta collares, anillos, cinturones, gafas, zapatillas, camisetas o muñequeras, por citar algunos. Sin embargo, a día de hoy los más populares son las smartbands y los smartwatches.

Pulseras

También conocidas como smartbrands, permiten un seguimiento de actividad física junto con otras funciones útiles como alarmas para despertarse, entrenamiento físico, recordatorio y conteo de calorías y pasos. Algunas, incluso, pueden recibir llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos mientras están conectadas al teléfono. Con una interfaz más minimalista, habitualmente se suelen centrar en monitorizar nuestra salud y actividad física.

La pulsera de actividad es un wearable muy utilizado en la actualidad.
La pulsera de actividad es un wearable muy utilizado en la actualidad.

Relojes

Son uno de los gadgets más populares y que más han evolucionado. Además de marcar la hora, los bautizados como “smartwatches” también han sido diseñados para registrar la actividad física, medir la frecuencia cardiaca, las calorías quemadas, la calidad del sueño y un número cada vez mayor de funcionalidades relacionadas con la salud y el bienestar, así como para hacer otras cosas como responder una llamada, recibir una notificación o pagar en un comercio gracias a la tecnología contactless.

Los smartwatches son unos de los wearables más populares.
Los smartwatches son unos de los wearables más populares.

Estos relojes inteligentes usan pantallas táctiles, ofrecen diferentes aplicaciones y envían notificaciones. La mayoría suelen estar emparejados con smartphones y podría decirse que son como pequeños ordenadores de muñeca.

Otros complementos

Junto con pulsares y relojes, existen todo tipo de complementos de vestir que llevan tecnología añadida. Es el caso de los colgantes que monitorizan a las personas mayores, las zapatillas con GPS, camisetas con sensores, anillos conectados o gafas inteligentes. Básicamente, cualquier prenda de vestir con un aparato electrónico incorporado podría considerarse un wearable.

Cómo elegir el mejor wearable: esto debes tener en cuenta

A la hora de elegir el mejor wearable hay que tener en cuenta una serie de factores:

¿Cuáles son tus necesidades?

Como ocurre con cualquier dispositivos o equipo tecnológico que vamos a adquirir, lo primero que hay que plantearse es ¿para qué lo voy a usar?, ¿cuáles son mis necesidades? Esto hará que te decantes por uno u otro tipo de terminal. Por ejemplo, si precisas de funciones premium o si simplemente quieres un aparato que mida tus pasos o tu frecuencia cardíaca.

Factores técnicos

Teniendo claro para qué lo vas a usar ahora debes fijarte en algunos factores técnicos que te ayudarán a tomar la mejor elección: autonomía, compatibilidad y conectividad.

Autonomía

Importante conocer la duración de la batería para calcular el tiempo que podrás usarlo sin tener que cargarlo. Evidentemente, cuanto mayores prestaciones tiene el gadget, más energía necesitará…

Compatibilidad

Debes elegir dispositivos que sean compatibles con el ecosistema de productos y servicios que usas (Apple, Google…). Aunque existen modelos que pueden operar con diferentes sistemas operativos, la mayoría comparten el mismo software y esto repercute en el rendimiento y la experiencia de usuario.

Conectividad

Una de las características clave de los wearables es su capacidad para sincronizar datos entre el dispositivo y el smartphone, o incluso con otras soluciones inteligentes.

Personalización y accesorios

Ni que decir tiene que el dispositivo que compres debe gustarte y “quedarte bien”. No en vano se han convertido en un accesorio de moda y muchos fabricantes permiten personalizarlos para que se acople a nuestro estilo propio. De ahí que también debamos valorar si cuentan con accesorios que nos convenzan como correas intercambiables, bases de carga y sensores adicionales.

Los usos actuales de los wearables

El empleo de los wearables se ha extendido a diferentes campos como el de la salud, el deporte o la comunicación. Veamos algunos de los usos actuales de estos dispositivos:

Wearables para bebés

Se trata de los nuevos vigilabebés. En forma de patuco, calcetín o de dispositivo que se coloca sobre la ropa del pequeño, puede enviar a un teléfono móvil datos como la respiración, la temperatura, la posición corporal o el nivel de actividad.

Smartwatch para niños

Estos dispositivos lucen coloridos diseños, se ajustan a las muñecas de los niños y, además de facilitar información sobre la hora, suelen incorporar juegos, cámaras, rastreadores de actividad física integrados y la posibilidad de realizar llamadas a unos números predeterminados.

Gafas inteligentes

El ejemplo más conocido son las Google Glass, aunque en los últimos años han ido surgiendo otros modelos de otros fabricantes. Estas gafas inteligentes nos dan información la información que solicitemos a través de la voz. Tienen diferentes usos como hacer fotos y grabar videos.

Gafas inteligentes como wearables
Las gafas inteligentes han evolucionado hacia las gafas conectadas.

Últimamente han evolucionado hacia las gafas conectadas, tanto de realidad virtual como de realidad aumentada o mixta, que posibilitan ver información adicional sobre nuestro entorno directamente en nuestro campo de visión. Como aplicaciones interesantes mencionar la navegación por la Red de redes, las opciones de traducción en tiempo real o el poder jugar.

Actividades deportivas

Más allá de las clásicas pulseras de actividad, podemos aludir a otros productos actuales como los cascos de los ciclistas. Estos dispositivos incorporan opciones como los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) y conectividad a números de emergencia para alertar sobre cualquier imprevisto que ocurra durante el trayecto del deportista.

También están las plantillas deportivas para monitorizar la pisada y prevenir lesiones o las clásicas pulseras de actividad evolucionadas para poder usarse en el agua, complemento idóneo para natación.

Seguimiento de la salud

Diseñados específicamente para monitorizar factores de salud, midiendo parámetros como niveles de glucosa, presión arterial y frecuencia cardíaca, entre otros.

Los parches para medir la glucosa son un ejemplo de wearable con aplicaciones en el ámbito de la salud.
Los parches para medir la glucosa son un ejemplo de wearable con aplicaciones en el ámbito de la salud.

En esta categoría se encuentran los sensores corporales que pueden controlar la temperatura del cuerpo, las constantes vitales, la actividad cerebral o el nivel de calidad de sueño. Tienen forma de tatuaje que se coloca sobre la piel, aunque ya existen los sensores intracorporales que se colocan debajo de la piel de forma electrónica.

Complementos de ropa

La moda inteligente integra tecnología wearable en ropa y accesorios, como smartwatches, fitness trackers y anillos inteligentes que rastrean la actividad física, los datos de salud y facilitan los pagos.

En esta categoría se incluyen sensores y tecnología en prendas de vestir para recoger datos del usuario o incluso para regular la temperatura. De hecho, existen modelos con ventiladores incorporados y otros con calefacción.

Joyería inteligente

Relacionado con el punto anterior podemos hablar de un negocio incipiente, aunque con mucho potencial: los accesorios de joyería inteligente. Es el caso de anillos con chip NFC para pagar en comercios, o los colgantes de actividad, que monitorizan la actividad física. Todos ellos revestidos con una capa de “diseño” como si de joyas se tratase.

Seguridad en el trabajo

También los wearables tienen su campo de aplicación para la seguridad en el trabajo. Así, en el caso de trabajadores expuestos a un gran nivel de riesgo, como los bomberos, hay indumentaria capaz de monitorear niveles de oxígeno o calor y enviar una señal.

Tendencias de futuro de los wearables

El mercado de wearables goza de buena salud, nunca mejor dicho porque es en este ámbito donde ha encontrado su gran aplicación. Como hemos comendado, ya hay desarrollos de prendas textil con electrodos incorporados para control cardíaco preventivo de arritmias o los famosos relojes, pulseras y colgantes que permiten localizar y tener monitorizados a ancianos o enfermos de Alzheimer. Incorporan un botón de socorro que alerta a los servicios de emergencias ante un posible accidente o caída de su usuario.

Un ejemplo muy conocido de wearable aplicado a la salud son los dispositivos SOS para monitorizar la actividad de personas ancianas.
Un ejemplo muy conocido de wearable aplicado a la salud son los dispositivos SOS para monitorizar la actividad de personas ancianas.

También hay otros proyectos curiosos funcionando ya como zapatillas que mediante vibraciones te indican el camino a seguir o cascos con sensores que detectan cambios en las ondas cerebrales. Gracias a esta información obtenida, se crean algoritmos de decodificación que permitirán, por ejemplo, conectar la mente de un conductor a su coche.

Aplicaciones industriales

Sin embargo, aunque podemos hablar de diferentes iniciativas que a nivel particular tendrán mayor o menor éxito en función de la experiencia de usuario, los expertos sostienen que las principales oportunidades de los wearables se encuentran en la producción industrial con el impulso de la Industria 4.0 y la incursión de la Internet de las cosas para dar forma a la smart manufacturing. Junto con pulseras, relojes o gafas, comenzaremos a ver cascos, botas, chalecos y guantes inteligentes.

Incorporación de la IA y asistentes de voz

Lo que está claro es que los sensores que portan los wearables se están sofisticando mucho y enriqueciéndose con nuevas funcionalidades como la Inteligencia Artificial que ha llegado para aportar un mejor rendimiento mediante el análisis de datos más profundos y un mayor volumen de los mismos; recomendaciones personalizadas; sistemas de gamificación y motivación; y una experiencia de usuario optimizada gracias a una interacción más intuitiva por la incorporación de asistentes virtuales y el reconocimiento de voz.

La integración con la IA y los asistentes de voz ha ampliado la funcionalidad de los dispositivos, ofreciendo experiencias personalizadas e interacciones fluidas

Bienvenido el techwear y la smart fashion

La tecnología influye cada vez más en la industria de la moda, dando lugar a conceptos como techwear y smart fashion. Con el auge de la IA a la que hacíamos alusión, esta industria adquiere una nueva dimensión. El reto consiste simplemente en incorporar la tecnología a prendas de vestir que se adaptan mejor al cuerpo y sin concesiones como materiales impermeables, iluminación LED y elementos calefactores controlados por smartphone.

El futuro de los wearables
El futuro de los wearables

Cada vez descubrimos más proyectos de ropa inteligente, como zapatos o calcetines con sensores biométricos que pueden controlar parámetros de salud como la frecuencia cardíaca, la respiración y la actividad muscular. O la reciente colaboración entre Levi’s y Google que han desarrollado una chaqueta que se conecta a un teléfono para comunicarse y escuchar música.

Crecimiento del mercado

De acuerdo con MarketsandMarkets, el mercado de los wearables tendrá un valor aproximado de 62.700 millones de dólares este año y las proyecciones sugieren un aumento a 138.500 millones de dólares para 2029. También Global Market Insights estima un incremento indicando que la industria de la tecnología vestible se valoró en 56.200 millones de dólares en 2023 y se prevé que crezca por encima del 19,5% entre 2024 y 2032, impulsado por la rápida integración de la IA y los asistentes de voz en los dispositivos portátiles.

Paralelamente, IDC indica que las ventas de wearables mejorarán un 10,5% este año hasta los 559,7 millones de unidades.Para 2028 este segmento tecnológico debería alcanzar los 645,7 millones de unidades vendidas.

El reto de la seguridad

Mientras el mercado de los wearables continúa progresando hacia la personalización, se acelera también una gran preocupación en el horizonte: la privacidad y seguridad de los datos. El que estos dispositivos recopilen información sensible sobre la ubicación y la salud de las personas y que ésta pueda ser interceptada por un ciberdelincuente despierta las alertas de los consumidores.

La industria debe garantizar esta protección de los datos que se transmiten pues no hay que olvidar que estamos hablando de dispositivos que están conectados a una red y permiten intercambiar datos con otros dispositivos, sistemas y plataformas con diferentes campos de aplicación. No en vano, son soluciones de IoT.

Y es que, si tales datos son robados pueden explotarse para ataques personalizados o venderse en la dark web. Pongamos un supuesto: los atacantes podrían utilizar la información del ejercicio realizado por una persona para elaborar esquemas de phishing convincentes, llevándole a descargar malware al conseguir que los usuarios hagan clic en un enlace o caigan en estafas.

Algunos accesorios inteligentes salvan vidas, como los que vigilan a personas mayores para detectar cualquier fluctuación en su salud o incluso detectan caídas y piden ayuda automáticamente, o las prótesis o exoesqueletos inteligentes para ayudar al movimiento, que se integran en los wearables de moda y se consideran como tales y no como dispositivos médicos. Pero si estas tecnologías críticas se ven comprometidas, los ciberdelincuentes podrían utilizarlas como chantaje, exigiendo rescates para restaurar su funcionalidad. Las gafas inteligentes o las lentes de contacto, que proporcionan datos en tiempo real y análisis del entorno, podrían atacarse para distorsionar la visión o mostrar peticiones de rescate, alterando gravemente su uso.

Por estas razones, es necesario prestar atención a cada detalle y no subestimar la seguridad de ningún elemento inteligente. Y, como hemos indicado antes, deberá ser una labor conjunta de cada eslabón de la cadena. Desde el fabricante del dispositivo y la empresa que facilita su conexión y gestiona los datos, hasta las autoridades competentes y el mismo usuario, que ha de estar plenamente concienciado de los riesgos a los que está expuesto.

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