Las personas nos comunicamos con las máquinas a través de una interfaz de usuario. Esa primera toma de contacto que permite interactuar -mediante una serie de controles y comandos-, con un smartphone, un ordenador, un cajero automático o un vehículo.
En este artículo profundizamos en su definición, las modalidades de interfaces que existen en el mercado, las tendencias de futuro y la importancia de la experiencia de uso en un buen diseño.
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¿Qué es la interfaz de usuario?
La interfaz de usuario, conocida también como IU, es el medio visual que permite la comunicación entre un usuario y una máquina y comprende todos los puntos de contacto entre el usuario y el equipo. En otras palabras, es el puente que conecta a los usuarios con la tecnología.
Mediante este programa, una persona controla una aplicación de software o dispositivo de hardware, gracias a los controles gráficos que incorpora.
Los diferentes sistemas operativos para móviles u ordenadores tienen diferentes interfaces de usuario y comparten muchos elementos como un escritorio, ventanas e iconos.
Importancia y funciones principales de la interfaz de usuario
La interfaz de usuario tiene una gran importancia en tanto en cuanto es el espacio donde se producen las interacciones entre seres humanos y máquinas. Mediante esta conexión se permite un funcionamiento y control más efectivo de la máquina.
Por ejemplo, cada vez que se abre un correo electrónico, se envía un emoticono o se realiza una transferencia electrónica el individuo se está comunicando con un software y un sistema operativo. Con estas acciones, el usuario transmite o señala lo que desea hacer y el programa responde. Esa es la principal función de la interfaz de usuario. Servir de canal para que una persona pueda interactuar con una máquina, sea esta un smartphone o un ordenador, entre otros dispositivos.
Principios de diseño de la interfaz de usuario
Como regla general, una buena interfaz de usuario debe ser sencilla de utilizar, fácil de comprender y de aprender.
Una buena interfaz de usuario debe ser sencilla de utilizar, fácil de comprender y de aprender
Teniendo en cuenta estos tres aspectos clave, podríamos enumerar una serie de principios que los expertos en la materia apuntan como cruciales para lograr un buen diseño de interfaces de usuario:
- Claridad.
- Han de permitir la interacción. Es su función clave.
- Conseguir conservar la atención constantemente.
- Mantener a los usuarios bajo control.
- El usuario debe tener la sensación de una manipulación directa con el objeto, sin intermediarios.
- Una acción primaria por pantalla.
- Se deben mantener las acciones secundarias en segundo plano.
- Proporcionar un paso siguiente natural. Abrir la puerta para continuar la interacción.
- Los elementos diseñados deben parecerse a cómo se comportan.
- Los elementos de pantalla deben comportarse consistentemente.
- Las jerarquías visuales funcionan mejor.
- Organización inteligente reduce la carga cognitiva.
- Resaltar, no determinar, con el color.
- Divulgación progresiva. Mostrar sólo lo que es necesario en cada pantalla.
- Ayuda a las personas en línea.
- Diseñar para el estado cero, en estado en el que nada ha ocurrido todavía. Debe proporcionar dirección y orientación para estar al día.
- El gran diseño es invisible.
- Construir en otras disciplinas de diseño.
- Interfaces disponibles para ser usadas.
Tipos de interfaz de usuario
Existen diferentes modelos o tipos de interfaz de usuario según la forma de interacción del usuario y según su construcción. Está la gráfica, la de comandos, la basada en menús, la táctil, la de voz o sustentada en formularios.
Veamos las más destacadas:
GUI
Interfaz Gráfica de Usuario. Actualmente es la más empleada por su facilidad y sencillez. El usuario interactúa con el teclado y el ratón. En muchas ocasiones está basada en simples gráficos que describen las acciones a través de botones, menús y otros componentes.
CLI
CLI es la interfaz de usuario de comandos. Responde a las siglas, del inglés, Command-Line Interface. Se trata de una de las más obsoletas en tanto en cuanto es el usuario el que debe introducir directamente comandos específicos. A veces es muy técnico y requiere conocimientos adicionales. Su funcionamiento es el siguiente: cuando el ordenador procesa lo introducido, aparece otra línea sugiriendo instrucciones para introducir nuevos comandos con estas interfaces de usuario.
NUI
Estas siglas hacen alusión a la interfaz de usuario natural y está basada en la interacción con gestos, toques o acciones manuales. Su objetivo es que el usuario se comporte de la manera más natural posible sin necesidad de aprender a usarla. Es el caso de pantallas táctiles o reconocimiento de movimientos corporales.
TUI
Es la interfaz de usuario de texto y su objetivo es que se puedan introducir textos para ejecutar órdenes y transmitir u obtener información. Es muy usada en la instalación de sistemas operativos y en sus terminales para acceder a diferentes programas.
VUI
La interfaz de usuario de voz tiene como gran ventaja una mayor facilidad y más disponibilidad para desplazarse. Y es que, no implica tener que permanecer en un punto, mirar a una pantalla o interactuar de forma “física”.
Elementos de la interfaz de usuario
A grandes rasgos, la interfaz de usuario consta de dos componentes: el lenguaje de presentación (la transacción de la máquina hacia la persona), y el lenguaje de acción (interacción de la persona con la máquina).
Partiendo de estos dos componentes, se conciben cuatro elementos de una interfaz: la pantalla o ventana, los controles, la disposición y el ciclo de refresco.
Visualmente una interfaz de usuario se nutre de botones, menús o formularios, entre otros instrumentos. De ellos, los botones son los elementos más comunes de interacción y control de entrada en todos los diseños de interfaz. Los menús proporcionan una experiencia de usuario conocida y uniforme, mientras que los formularios se utilizan para ingresar información específica y a partir de esta se despliega otro formulario o menú.
Usabilidad y experiencia de usuario en la interfaz de usuario
Como hemos indicado antes, la interfaz de usuario tiene que ser fácil de usar. La usabilidad -la facilidad con la que las personas interactúan con una herramienta con el fin de alcanzar un objetivo concreto-, es su principal característica y lograr que esta sea lo más satisfactoria posible es el gran reto.
Es necesario tener en cuenta las emociones y reacciones del usuario mientras interactúa con el sistema
No obstante, hay que diferenciar entre interfaz de usuario y experiencia de usuario (UX). Mientras que la interfaz de usuario hace alusión al proceso de interacción de la persona con la máquina, la experiencia de usuario se refiere a cómo se siente esa persona cuando interactúa con la máquina. Es decir, lo que experimenta el usuario antes, durante y después de la interacción. Por ello, resulta fundamental comprender a los usuarios, sus motivaciones y necesidades para establecer qué interfaz es la que mejor responde a estas exigencias.
Diseño responsivo y adaptativo en la interfaz de usuario
Son dos términos que pueden llevar a confusión porque no hacen mención a lo mismo. Así, cuando hablamos de un diseño responsive nos referimos a un diseño capaz de reestructurar todos los elementos de una página web, para optimizar su visualización y la experiencia del usuario mediante la versión móvil de dicha página. Modifica el patrón para que se pueda ajustar al espacio que se tiene.
El diseño adaptativo, a su vez, significa que el contenido se adapta a los parámetros del dispositivo del usuario, pero de forma predeterminada. Hay varios diseños listos para funcionar para tener en cuenta diferentes tamaños de pantalla, orientaciones, etc. Cuando la web detecta qué espacio hay disponible, elige el más apropiado para la pantalla.
Tendencias actuales en la interfaz de usuario
Con las máximas de lograr una óptima experiencia de usuario y usabilidad, podríamos apuntar algunas tendencias actuales en la interfaz de usuario que van por este camino:
Simplicidad
Cuanto más sencilla sea la interacción, mucho mejor. Hacer que el usuario realice pasos y pasos innecesarios es contraproducente, pues repercute directamente en la experiencia de uso. Cuando más sencilla sea la interfaz de usuario, mejor.
Minimalismo
Relacionado con el anterior punto, el minimalismo se ha impuesto en el diseño de interfaces de usuario. Se evita la sobrecarga de contenido, el exceso de color… que no abrume.
Para todos los públicos
Existe la necesidad de garantizar que todas las plataformas disponibles en la actualidad sean accesibles visual, cognitiva, auditiva y físicamente para todos.
El auge de la voz
Las conexiones sin contacto físico se impulsaron a raíz de la pandemia de la Covid-19 y se sirven de comandos de voz o el control por gestos o movimientos del aire. No obstante, es la voz la que domina este sector, con la eclosión de los asistentes virtuales.
Innovaciones creativas
Sombreados, capas y superposición, elementos flotantes, degradados de color, tipografía mixta, animaciones y emojis, diseños 3D y experiencia inmersiva… son algunas innovaciones creativas que empiezan a emplearse. Por supuesto, siempre atendiendo a esa premisa de no “atosigar” al usuario.
Integración de la IA
La Inteligencia Artificial está en todas partes y el diseño de una interfaz de usuario también. Esta tecnología permite entender cada acción del individuo y ofrecer la mejor predicción posible en función de los datos disponibles.
Mejores prácticas para diseñar una interfaz de usuario efectiva
A estas alturas de la película habrá quedado claro que la facilidad de uso es vital. Si tuviéramos que quedarnos con una mejor práctica para diseñar una interfaz de usuario efectiva sería esa: sencillez y claridad.
Pero para conseguir esa eficiencia en nuestro diseño lo primero que hay que hacer es conocer al usuario. Ya sea la interfaz de una página web, de un sistema operativo, de una pantalla multimedia de un vehículo o de un cajero automático, saber qué es lo que demanda la persona que va a interactuar con la máquina es imprescindible.
Tras este conocimiento previo, se debe configurar una interfaz amigable, accesible, armónica, con instrucciones claras y directas, que no ofusque la atención del interlocutor… y con estos elementos se puede jugar con la creatividad mediante la utilización de colores, elementos gráficos, animaciones, comandos por voz y un largo etcétera, pero siempre poniendo el foco en una excelente experiencia de usuario.
Futuro de la interfaz de usuario
Vistas las tendencias en el diseño, la interfaz de usuario del futuro será mucho más interactiva mediante comandos por voz y modelos conversacionales mejorados con capacidades de procesamiento del lenguaje natural y la incorporación de la realidad aumentada.
También ese porvenir será más integrado, invisible y personal. Y aumentarán los sistemas automatizados que registrarán patrones de conducta, los aprenderán e, incluso, estarán dotados para predecirlos. Como comentan algunos expertos, las máquinas van a entender el comportamiento y la mejor interfaz posible será la que tome por nosotros aquellas decisiones en las que solemos reincidir. Un camino trazado que se dirige hacia una nueva forma de telepatía… que asusta.
Sea como fuera, la importancia de la customer experience y la interfaz de usuario, se mantendrá. La tecnología tendrá que estar centrada en los seres humanos y deberá adaptarse a nosotros. O eso se dice.