Las compañías comienzan a preocuparse por los resultados obtenidos gracias a la adopción de tecnología, al menos en los proyectos desarrollados en Internet y los referentes a e-business. Así lo indica el último estudio presentado por el Grupo Penteo en colaboración con ESADE bajo el título de “Internet y Negocio en la empresa española. Año 2004”, donde el 54 por ciento de las firmas encuestadas (sobre un total de 185 compañías) utiliza algún sistema de medición de éxito de proyectos e-business, frente al dato recogido en 2002 cuando sólo un 25 por ciento empleaba criterios de medición.
Al desglosar los sistemas usados para determinar si el proyecto responde a las expectativas marcadas, el 19 por ciento reconoce obtener la medición a través de consultas puntuales, mientras el 35 por ciento restante recurre a la valoración de informes.
El estudio también revela que la mayor parte de las empresas no ha obtenido los beneficios esperados de sus proyectos en Internet. Especialmente en lo tocante a la mejora de la satisfacción de clientes y proveedores es donde encuentran significativas diferencias entre las expectativas iniciales y los beneficios alcanzados. En este sentido, desde el Grupo Penteo, su director general, Antonio Macià señala que la explicación a esta divergencia entre resultados y previsiones de los mismos se debe a “un exceso de expectativas a la hora de rodear la puesta en marcha de los proyectos”.
Con respecto al tipo de beneficios que esperan obtener en la adaptación de la compañía al comercio electrónico destaca, en primer lugar, la automatización de procesos, seguida de un incremento del volumen de negocio y de un acceso a nuevos clientes o a otros segmentos del mercado.
El éxito en un proyecto de comercio electrónico es medido por sistemas como el contador de visitas, al que recurren el 54 por ciento de las empresas; el número de transacciones realizadas por clientes, escogido por el 30 por ciento; el número de consultas sobre productos, utilizado por el 24 por ciento; o el número de presupuestos solicitados por el cliente, método empleado por un 22 por ciento de las compañías.
