Internet redefine el modelo de la televisión tradicional

Según se destaca en el último libro presentado por la Fundación Telefónica, la TV se adaptará a «la era del tag» y se convertirá en un nuevo medio de comunicación interactivo.

Publicado el 09 Mar 2011

Samsung's 3D plasma television.

La Fundación Telefónica acaba de presentar el libro La televisión etiquetada: nuevas audiencias, nuevos negocios (Colección Fundación Telefónica/Ariel). El libro analiza los factores que están influyendo en el cambio de la televisión, en especial Internet y una sociedad más digitalizada e interactiva que nunca. El sistema tradicional de producción y gestión de la televisión está cambiando y el estudio quiere apuntar las tendencias más importantes, redefinir los espacios de debate y analizar sus implicaciones en la industria televisiva actual.

Los autores destacan que la llegada de Internet ha conseguido que vuelvan a debatir los aspectos más positivos y más negativos de la televisión. Internet se ha realizado entre los usuarios y las empresas. La red no solamente ha hecho que sea más fácil distribuir contenidos de forma autónoma e independiente, sino que ha permitido dos claves trascendentales: hacer posible que el espectador pueda convertirse a su vez en difusor de información en tiempo real, y remover todas las fichas que estaban aferradas en el modelo analógico televisivo. Es posible que tardemos varias décadas en moldear la web como medio de comunicación; esa evolución, sin embargo, marcará la televisión del futuro. La televisión tradicional analógica poco tiene que ver con las nuevas formas de televisión como la web TV, plataformas de IPTV, videoblogs, vídeos en redes sociales, podcasts TV, video on demand, etc. Sin embargo, bajo estas fórmulas aparecen los viejos programas –series, películas, documentales, noticieros, etc. Pronto aparecerán nuevos formatos por exigencia de las condiciones de la recepción y de las características de los nuevos dispositivos.

Por otro lado, el modelo que se ha creado de TDT resulta inviable a medio-largo plazo, es económicamente insostenible, ya que la división de cadenas por autonomías y localidades, como se había planteado en un origen, no se podría mantener jamás, y menos con la crisis actual, empezando por el sistema de licencias que, según el autor, debería haber sido otro.

El ibro destaca asimismo que la convergencia en Internet y los cambios sociales alterarán la televisión de hoy. Ya ha cambiado bastante desde su nacimiento a mediados del siglo XX, pero el consumo del audiovisual en la red ya supone una transformación sin precedentes, pues afecta a la estructura económica en la que han descansado tradicionalmente las industrias culturales. El modelo de financiación y amortización de los contenidos, la distribución y la difusión han estallado. El consumo de vídeo en la red sigue creciendo a pasos de gigante en todos los países. Simultáneamente no parece que haya negocios exitosos en la red a día hoy. Cualquiera que sea la predicción, es más probable que el televisor se convierta en una computadora que a la inversa. Este libro mantiene que el ordenador y los dispositivos con acceso a Internet (teléfonos, tabletas, consolas y las diferentes modalidades de ordenador portátil) seguirán teniendo un papel destacado en el consumo de lo que hemos llamado «nuevos medios» o nuevas formas de consumo audiovisual, pero que la televisión en el hogar seguirá ocupando un lugar central en el ocio de las personas, incluso de los llamados «nativos digitales», y que será la red la que vaya al televisor.

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Redacción RedesTelecom

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