El uso del Internet de las cosas (IoT) en el sector agrícola puede reducir hasta un 50% el consumo de agua en el riego, según datos de la empresa tecnológica 1NCE. Esta solución se enmarca en la llamada agricultura inteligente, que busca mejorar la eficiencia en el manejo de recursos naturales.
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España, el mayor regadío de la UE
El potencial del IoT en la agricultura adquiere mayor relevancia en España, que se posiciona como el país con mayor superficie de regadío de la Unión Europea y el primero a nivel mundial en el uso de riego localizado. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), este sistema representa el 52,69% de la superficie total regada en España, frente a una media global del 6%.
En 2021, se destinaron 3.862.811 hectáreas al riego en España, lo que equivale a un 22,85% de la superficie cultivada, de acuerdo con la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE).
Internet de las cosas como alternativa
La implementación de IoT en el sector agrícola permite reducir la pérdida de fertilizantes provocada por el exceso de riego, así como obtener información precisa sobre el estado de los cultivos en distintas condiciones climáticas. Este sistema facilita el control de la humedad del suelo, el pronóstico del tiempo, la salud de los cultivos y la teledetección, entre otras herramientas que optimizan la toma de decisiones en el campo.
Además del riego optimizado, la IoT ofrece soluciones para la gestión de la cadena de suministro, el control de plagas, el seguimiento del ganado y la protección ante fenómenos climáticos adversos como las heladas. Todo ello contribuye a una agricultura más eficiente, sostenible y rentable, especialmente en un contexto de sequía recurrente que afecta a amplias zonas del país.
La expansión de estas tecnologías resulta clave para garantizar el uso responsable del agua en un sector estratégico como el agrícola.