Un reciente estudio titulado “Gaming on the Edge: Performance Issues of Distributed Online Gaming”, publicado en la conferencia IFIP International Conference on Networking 2024, propone un modelo innovador para mejorar la experiencia de los videojuegos en línea, especialmente en dispositivos móviles. Liderado por un equipo internacional de investigación, incluidos los profesores Marco Ajmone y Vincenzo Mancuso de IMDEA Networks, el estudio explora cómo la computación en el borde puede transformar el Gaming as a Service (GaaS) al mejorar significativamente el rendimiento.
Dicho estudio demuestra que, al procesar los datos de las personas usuarias en servidores cercanos ubicados en las redes móviles (como las de 5G) en lugar de en la nube, se reduce significativamente el tiempo que tarda en llegar una acción desde el dispositivo del jugador hasta el servidor y de vuelta. Según Ajmone, “este enfoque acorta la distancia que recorren los datos, lo que se traduce en una latencia más baja y una menor probabilidad de congestión en los enlaces”.
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Beneficios del modelo para los videojuegos en línea
La principal ventaja es una experiencia más rápida y fluida, especialmente en géneros donde cada milisegundo cuenta, como los shooters en tiempo real. “La latencia reducida es clave en juegos donde el tiempo de reacción define el éxito del jugador/a”, comenta Mancuso. Además, la calidad del video también mejora, ya que “el hecho de que el video del juego viaje por un recorrido más corto en la red permite utilizar codificaciones de video de mayor calidad”.
Asimismo, el modelo es una herramienta muy útil para gestores de aplicaciones GaaS (Gaming as a Service), ya que les permite elegir la mejor configuración de rendimiento cuando llegan nuevos grupos de jugadores/as. Esto asegura que el sistema GaaS funcione de la mejor manera posible y que los jugadores/as disfruten de la mejor experiencia de juego.
Colaboración entre desarrolladores y operadores de red
El éxito de esta tecnología también depende de la colaboración entre desarrolladores de videojuegos y operadores de red. “Los desarrolladore necesitan implementar versiones distribuidas de sus motores de juego, y los operadores de red deben desplegar instalaciones de computación en el borde abiertas a proveedores de servicios de terceros, en este caso, los proveedores de juegos”, explica Ajmone.
A medida que la computación en el borde se vuelva más accesible, este modelo podría marcar un antes y un después en la manera en que jugamos y en cómo interactuamos con nuevas tecnologías digitales, transformando la experiencia de entretenimiento para millones de personas usuarias, concluyen los investigadores.