La denominada “virtualización”, en todas sus vertientes y posibilidades actuales, ya ha echado raíces en las empresas españolas, grandes o pequeñas. Por ello, palabras como housing, hosting o cloud son tan comunes en diálogos y reuniones laborales como presupuesto o timing. Sin siquiera darnos cuenta, estos conceptos son parte de la evolución natural de toda empresa.
Pese al 86% de empresas españolas que están indecisas ante el uso de cloud computing dentro de sus negocios según la consultora Frost & Sullivan, algunas compañías ya se han animado a introducir los primeros cambios, ya sea en forma de nube pública, híbrida o privada. Podemos afirmar así que el fenómeno cloud empieza a cuajar en el mundo empresarial, ahora que incluso se habla de un hermano mayor del modelo utility computing: el cloud 2, una ecléctica mezcla entre su versión inicial, las imparables redes sociales y los smartphones de última generación.
Si bien, estas tecnologías han hecho posible que con tan sólo un click se tenga acceso a todos los datos deseados, que se almacenan en esa especie de paraíso virtual de arquitectura escalable, las preguntas son inevitables: ¿cuál de estas tres opciones es más segura?, ¿cuál es más rentable?, ¿cuál se adapta mejor a mi negocio?… La respuesta, como muchas veces, es la siguiente: depende del tipo de servicio que se contrate. Temas como la disponibilidad, replicación o fiabilidad, serán mejores o peores atendiendo, por ejemplo en el caso de la nube, de si nos decantamos por una tipología u otra.
Para cuestiones como el aumento de la latencia, muchas veces debida a la insuficiente velocidad de conexión a Internet de muchas empresas o zonas geográficas, la respuesta puede encontrarse en el denominado switchingintelligence, que asegura gran calidad y fiabilidad en las conexiones priorizando el tráfico de vídeo, voz y otras aplicaciones en tiempo real sobre otro tipo de tráfico más latente.
Pese a los peros, estas alternativas proporcionan también escalabilidad, posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, ahorro en los costes y espacio, reducción en las barreras de entrada o mejor gestión en momentos de pico de demanda, entre otras cosas. Si buscamos almacenar y gestionar elevadas cargas de datos, hay que tener presente la localización física de los archivos, así como el equilibrio de la carga, la transaccionalidad y la replicación. Al tratarse de una arquitectura elástica y escalable será cómodo y sencillo de gestionar y aumentar tantas veces como se desee. Por otro lado, es recomendable disponer de sistemas de seguridad, como por ejemplo soporte SSI, encriptación, aislamiento de datos, modelos de autenticación o control de acceso, entre otros. En esta línea, Netgear Iberia apuesta por la familia UTM que realiza análisis in-cloud, filtrado de URL y antispam para mantener a salvo nuestra red. Por todo ello, podemos afirmar que el cloud es a la empresa de hoy lo que el evolucionismo darwiniano a la ciencia. Hoy es ajeno para muchos, mañana será imprescindible para la mayoría.