El Grupo Operativo Smart AG Services ha finalizado un proyecto de innovación de dos años de duración en el que ha desarrollado un servicio avanzado de agricultura de precisión para entidades asociativas agrarias que consigue un ahorro de hasta el 15% en agua y fertilizantes mediante la aplicación de diferentes tecnologías para ajustar el riego y abonado en función de las condiciones atmosféricas, el estado del suelo y el cultivo.
El consorcio ha recibido para este proyecto 266.000€ de financiación de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, con cargo a los fondos para la creación y funcionamiento de grupos operativos de la Asociación Europea de Innovación (AEI) en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020.
La sociedad está integrada por los grupos de desarrollo rural Campiña-Los Alcores y Gran Vega de Sevilla, ASAJA-Sevilla y las universidades de Sevilla y Córdoba a través del grupo de investigación AGR-278 Smart Biosystems Laboratory, y cuenta con la colaboración de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) en las labores de transferencia de los resultados.
Las experiencias piloto se han realizado en fincas de cooperativas de Lora del Río (cítricos) y Carmona (cerales) y parcelas de agricultores de Brenes (maíz).
Imágenes satelitales, sensórica, drones y cloud
El proyecto ha desarrollado herramientas que integran tecnologías como las imágenes satelitales, las redes de sensores inalámbricos, telemetría, mecatrónica y computación en la nube (Cloud) para el riego y herramientas que integran tecnologías como GNSS (Global Navigation Satellite System), aplicación variable de insumos (VRT), mapas de rendimiento e imágenes provenientes tanto de drones como de satélites para la fertilización.
En cuanto a la gestión eficiente del riego, se ha desarrollado una herramienta web para la gestión, procesado y visualización en tiempo real de las variables edafoclimáticas que se han monitorizado en las parcelas de estudio. Este instrumento permite el seguimiento permanente del estado hídrico del suelo, el caudal de agua circulante en las tuberías y las condiciones climáticas locales de las parcelas, lo que facilita ajustar las dosis de riego a las necesidades hídricas reales de los cultivos con los que se ha trabajado (cítricos y maíz).
Respecto a la fertilización, se ha desarrollado también una herramienta web para la gestión y visualización de las imágenes, una metodología para la realización de los mapas de rendimiento y una herramienta AgGIS, que permite confeccionar el mapa de prescripción tanto de abonado de fondo como de cobertera a partir de mapas de rendimiento o imágenes multiespectrales (drones o satélites). También se ha desarrollado un prototipo que permite la transformación de una abonadora convencional en un equipo de distribución variable de bajo coste haciendo uso de tecnologías de software y hardware libre.
Disminuirá hasta en un 20% los costes para los agricultores
Todo ello, hará posible una gestión más eficiente del riego y la fertilización, lo que reducirá la contaminación y disminuirá hasta en un 20% los costes para los agricultores. Además, la información recabada y su tratamiento ayudará a los agricultores a tomar mejores decisiones sobre qué cultivar y sobre el momento y lugar más apropiado para la siembra.
Asaja-Sevilla ha hecho una importante labor de divulgación a los agricultores de los resultados del proyecto a través de su web corporativa, la revista Tierra y Vida, reportajes y entrevistas en medios de comunicación, jornadas informativas, mesas de trabajo con las cooperativas y un seminario sobre Smart AG Services y Agricultura Digital en Huevar del Aljarafe.
Ahorro de agua y menor impacto ambiental
El consumo excesivo de agua y la contaminación por nitratos plantean un reto importante a la agricultura andaluza y, en concreto, al Valle del Guadalquivir. Más del 81% de los recursos hídricos demandados corresponden al uso agrario y, por otra parte, los excedentes de riego en zonas agrícolas aportan nitratos, fosfatos (procedentes de fertilizantes) y pesticidas a las aguas superficiales y subterráneas.
La aplicación de agua a un cultivo por encima de lo que necesita o distribuida de forma incorrecta supone pérdidas de agua, arrastra nutrientes y suelo fértil, lo que implica un incremento del coste del cultivo y contribuye a la contaminación por nitratos.
El proyecto Smart AG Services pretende aprovechar el avance de las nuevas tecnologías para utilizar los recursos hídricos de la manera más eficiente, indicando al agricultor cómo aplicar la cantidad justa de agua en el momento adecuado, con lo que se consigue incrementar la productividad de la explotación y reducir su impacto ambiental.