Mobile World Capital Barcelona, a través del Observatorio Nacional 5G, ha organizado una nueva edición de Conectados 5G para abordar el futuro de la industria de la movilidad, así como el impacto de iniciativas en marcha como los proyectos europeos 5GMED y 5GCroCo. Y es que, tal y como se ha reconocido en el encuentro, el sector está experimentando una gran transformación de concepto y de modelo económico, con la conectividad inteligente como impulsora del cambio. En esta evolución la nueva generación de redes móviles desempeñará un papel protagonista.
En el coloquio, moderado por la periodista Pilar Bernat, han intervenido Federico Ruiz, responsable del Observatorio Nacional 5G; Raül González, Collaborative Projects Senior Product Manager de Cellnex; Jaume Figueras, CTO de Nokia Enterprise Iberia; y Ricard Vilalta, researcher senior de CTTC. Todos ellos han coincidido en afirmar que se avecina un apasionante futuro en el sector del transporte, pero que habrá que dar los pasos adecuados apostando por la colaboración público-privada, los últimos avances tecnológicos, la capacitación y la recuperación de empleo de calidad en Europa, la sostenibilidad y un marco regulatorio y legislativo acorde y acompasado a los desarrollos técnicos que vayan surgiendo.
Actualmente ya hay coches autónomos en las carreteras, pero las prestaciones que ofrecen no son las más adecuadas. Circulan a 80 o 90 kilómetros por hora en entornos controlados. Tecnológicamente tendrán que ir avanzando y lo harán, pero se encontrarán con la traba legislativa que ha de caminar de la mano y al mismo ritmo. Cosa que no ocurre. Dicho lo cual, los expertos aseguran que en 2035 tendrán una presencia importante. No en vano, la asistencia en los vehículos ya existe (sistemas de ayuda aparcamiento, velocidad crucero, freno de emergencia…), pero cada vez se irán perfilando nuevos algoritmos que permitirán identificar riesgos y quitarán responsabilidad de las acciones a los conductores. Asimismo, los vehículos del futuro serán más sociables, pues se comunicarán con otros y con el entorno.
Pero antes de que todo esto pase habrá que dejar atrás la pandemia, se tendrán que asentar las relaciones internacionales, así como las redes 5G y habrá que ver qué se saca en claro en la próxima conferencia de radiocomunicaciones que se celebrará en 2023. Con todos estos factores en cuenta, podremos ver movimientos claros y no de ciencia ficción en este terreno en 2024-25. Eso sí, en vías de alta velocidad porque se trabajará primero en los grandes corredores transfronterizos, en los que habrá coexistencia de coches autónomos y no autónomos. Luego habrá que ganar en capilaridad y probablemente hasta 2040 no podamos hablar de comunicación ubicua en las que se mezclarán tecnologías. En estas décadas, por supuesto, habrá puntos disruptivos que marcarán el porvenir.
Si bien 5G se marcó un roadmap a 10 años, todavía tiene que hacer frente a desafíos de cobertura, capacidad de cómputo y consumo de energía. Mientras tanto, el sector empieza a estudiar casos de 6G… Un largo camino por delante en el que la latencia al milisegundo y la calidad del servicio definirán la hoja de ruta.
Ante ese ambicioso horizonte de lograr una estrategia de movilidad segura, sostenible y conectada 2030 para el viejo continente -que no sólo habla de coches, sino también de puertos y vías ferroviarias-, habrá que tomar en cuenta consideraciones técnicas en torno a sistemas heredados, legislación, asignación de frecuencias… que aseguren una continuidad del servicio sin agujeros de cobertura, pero también habrá que lidiar con temas políticos. Y por encima de ellos, la sostenibilidad. El consumo de la red preocupa: los datos van a aumentar vertiginosamente pues los propios vehículos tendrán supercomputadores a bordo. La buena noticia es que no todo va a ser procesado, por lo que habrá que hacer un balance entre información y dato, qué va a consumir la infraestructura… El reto está ahí, estamos conectado la infraestructura energética, comunicaciones y telecomunicaciones lo que supone un desafió tremendo para un ingeniero y una gran oportunidad económica porque este partido no se juega solo a nivel de Europa, sino también en Asia y Estados Unidos. Es una ocasión inmejorable para que Europa creer su propio sistema de producción de baterías, chips, procesadores. Y en este contexto, se abren muchas oportunidades para España con iniciativas de investigación e innovación que ya está funcionando.
Modelos de negocio asociados
El sector del transporte y la movilidad emprenderá una transformación muy grande en las próximas décadas. El sector ya está definiendo casos de uso con retornos de inversión sostenidos que podrían articularse en cinco ejes:
-Vamos a modelos data driven y todo el jugo que se puede sacar de los datos.
-Cambiará la comercialización de los vehículos: ya tiene software lo que implica actualizaciones y servicios premium de conectividad por los que habrá que pagar.
-Seguridad viaria y ferroviaria con algoritmos que reducirán el número de heridos y muertos, lo que redunda en un beneficio social claro.
-Todo lo que tiene que ver con el infoteinment y la generación de contenidos.
-Configuración de dominios donde se gana eficiencia logística, disminuyendo los costes logísticos de bienes y personas.