Estamos en la oficina bancaria a punto de firmar la hipoteca, el notario lee la escritura e informa de que se debe proceder a la firma, el contratante ha olvidado su bolígrafo y decide firmar la hipoteca desde su teléfono móvil extendiendo una firma electrónica. ¿Quimera? No, realidad. ¿Magia? No, tecnología.
Los artífices de esta nueva contribución para avanzar en el desarrollo de la Sociedad de la Información han sido Vodafone España y TB Solutions que han contado con el apoyo de Red.es y de Bankinter.
Cada una de las cuatro entidades ha contribuido para garantizar la firma electrónica con una máxima movilidad. Según indica Tomás García Figueras desde TB Solutions, su compañía «llevaba desde el año 2000 forjando la idea de extender el concepto de movilidad a la firma electrónica y hemos estado el último año y medio desarrollando este proyecto que, al final, se ha cerrado con Vodafone». TB Solutions contribuye con un servidor; Red.es colabora como «punto neutro que se dedica a validar los certificadores de identidad que han extendido las firmas electrónicas», tal y como aclara el director general de la citada entidad pública, Ramón Palacio; mientras que Bankinter ha sido la primera «entidad financiera que pone en práctica este proyecto», confirma Fernando Alfaro desde Bankinter.
De momento, la propuesta ha sido lanzada y la firma electrónica móvil está a la espera de que los certificadores de identidad se apunten a ella. Ramón Palacio especifica que «las ocho empresas más importantes en esta materia han acogido la propuesta con buen ánimo y señalan que se apuntarán al proyecto». Un proyecto que «ya funciona», advierte Antonio Alemán, director de la Unidad de Empresas de Vodafone España, para quien la firma electrónica a través del móvil «no mermará la robustez y fiabilidad que se presume a cualquier certificado digital, sencillamente se contará con una plataforma y el certificado se guardará en la tarjeta SIM y no en el terminal móvil».
¿Cómo se puede obtener? De la misma manera que cualquier firma electrónica. Primeramente el usuario deberá solicitarla «por las vías habituales, como puede ser Internet», aclaran desde Vodafone, una vez obtenida el usuario pide que se descargue el certificado en su tarjeta SIM y, a partir de ese momento, puede utilizar la firma electrónica.
La segunda duda a despejar es ¿cómo funciona? Los pasos a seguir son sencillos. Cuando el usuario necesite extender la firma a través del móvil, se le solicitará una clave de cuatro dígitos (un PIN, distinto al Número de Identificación Personal con el que accede a su móvil), la entidad bancaria por ejemplo, Bankinter- se lo envía al servidor de TB Solutions y éste a su vez lo manda a Red.es como punto neutro que valida si el certificado es auténtico, una vez dados los OKs pertinentes se recorre el camino inverso y la entidad bancaria aprueba la firma. La operación tendrá un coste para el consumidor similar al de un SMS.