Una red, infinitas posibilidades

Publicado el 08 Oct 2003

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Revolución o evolución. Entiéndalo como desee, la convergencia de redes es ya una realidad, un nuevo escenario que transformará las comunicaciones actuales y que permitirá la tan repetida promesa de libertad para elegir cómo, cuándo y dónde comunicarnos, con total seguridad y calidad.

La proliferación de las redes de datos que vivimos en la década de los 90 y la imparable extensión de Internet podrían ser los prolegómenos de esta nueva realidad. Muchos buscaron la fórmula de optimizar aún más esas inversiones en infraestructuras de datos y así, la VoIP, o Voz sobre IP protagonizaba el primer paso hacia la convergencia: la posibilidad de transmitir la voz sobre el protocolo de Internet (IP) y la opción de “introducirla” sobre la misma red por la que viajan los datos.

Era la primera piedra del nuevo edificio de las comunicaciones, una especie de adosado en el que conviven datos, voz, vídeos, imágenes. Una nueva y única infraestructura que abre un sinfín de posibilidades de negocio, servicios y aplicaciones.

Pasar de un entorno de redes independientes y no solo eso, sino excluyentes a un escenario convergente a nadie se le escapa que no es posible en un día. Muchos han sido los factores que han contribuido a que las tradicionales redes de datos y redes de voz pudieran ir acercando posiciones para llegar a su definitiva unión.

Así, la idea de poder tener una única red que soportase todo ese tráfico y de este modo, reducir los costes exactamente a la mitad empieza a tomar fuerza en el mercado.

La solución aparece bajo la forma de dos siglas: IP. El Internet Protocol se revela como el vehículo que puede hacer posible la conjunción de voz, datos e imágenes en un único canal. Su principal “bondad”: la economía. Y es que el transporte de información en protocolo IP cuesta hasta 10 veces menos que en un canal limpio o natural.

Así, el desarrollo de la Voz sobre IP (y más tarde, el de la Telefonía IP) lograron vencer el gran desafío de la convergencia: transmitir la voz por el mismo conducto que los datos.

Sin embargo, aún existían algunos escollos por salvar: los servicios de voz son altamente sensibles al tiempo de envío y por tanto la calidad del mismo, mientras que en la transmisión de datos priman aspectos como la seguridad.

Así, en la base del desarrollo de las redes convergentes encontramos los mecanismos de Garantía de la Calidad de Servicio (QoS), que a lo largo de los últimos años se han introducido en las redes IP y que a día de hoy permiten transmitir la voz en una red convergente con la misma calidad de que disfrutaba en una red telefónica tradicional.

Mecanismos de inteligencia de red, priorización de tráfico junto a tecnologías de acceso como xDSL y protocolos de comunicación como los ya estándares H.323 y SIP (Session Initiation Protocol) se han ido sumando para hacer de la convergencia la realidad que es hoy.

Una opción real, a la que puede optar cualquier tipo de empresa. Pero, ¿qué ganará dicha empresa con la convergencia? ¿cuáles son las principales ventajas que presenta este nuevo escenario de las comunicaciones?

El ahorro de costes podríamos decir que “gana por goleada” en la clasificación de los beneficios y provechos que la convergencia presenta. La reducción de diversas redes de comunicaciones, dedicadas en exclusiva a voz y datos respectivamente, a una única permite a las empresas reducir igualmente sus costes de inversión, mantenimiento, gestión, etc. en una proporción del 50 por ciento prácticamente.

Pero a este ahorro de costes, se suman argumentos como la mayor productividad de los trabajadores, la mayor movilidad de los mismos… “Los principales motivos por los que esta tecnología está siendo adoptada por las empresas son las reducciones de los costes operativos, las mejoras en la productividad de los empleados, el aumento de la movilidad de los trabajadores y la mayor solidez del negocio empresarial en comparación con otros sistemas de gestión más tradicionales”, señala Enrique Barbudo, director Técnico de Enterprise de Cisco Systems España.

Más allá también del ahorro económico apuntan las declaraciones de Enric Folch, de NTT/Verio, al afirmar que “la convergencia de redes puede presentar ventajas a corto plazo pero la clave es que será prácticamente imprescindible a medio o largo plazo”.

Y es que la convergencia ahorra dinero pero sobre todo abre todo un nuevo mundo de aplicaciones y servicios de los que disfrutar. Oficina virtual, mensajería unificada, colaboración multimedia, telefonía IP, aplicaciones de autoservicio al cliente…

Un nuevo escenario sin duda y un nuevo abanico de servicios, aplicaciones. “Estamos en un mundo en el que las barreras en cualquier ámbito se están difuminando. Y ese es el escenario de la convergencia. Nuestro interés no es decir únicamente “la tecnología está madura, ya todos, los protocolos son estándares y ya”. Queremos explicarle al cliente qué puede hacer ahora con la convergencia, dónde la puede aplicar, cómo y sobre todo, para qué”, afirma Gustavo Maldonado de Nortel Networks.

Nadie parece tener dudas: la convergencia es una realidad. “Varias ciudades europeas disponen ya de redes metropolitanas que suministran datos, voz y vídeo a través de banda ancha, mediante una única infraestructura de redes basada en tecnología Ethernet. No hay duda de que es posible hablar ya de convergencia”, asegura Enrique Barbudo, desde Cisco Systems.

Imaginación, barreras que se desdibujan, nuevos servicios y aplicaciones. Y una promesa o esperanza: 2004 será el año de la verdadera explosión de las redes convergentes. Esperemos que así sea. Por una vez, no habrá que esperar demasiado para comprobarlo.

Así pues, parece que podemos calificar a la convergencia de opción de presente, de tecnología madura de la que ya están disfrutando muchas compañías. “A nivel tecnológico, es evidente que la convergencia es una realidad. Sin duda, es una posibilidad ya madura; es una tecnología ya totalmente implantable como lo demuestra el hecho de que haya redes en completa producción en vivo, desde hace más de un año”, asegura por su parte, Gustavo Maldonado, Network Consultant Enterprise Solutions de Nortel Networks.

Sin embargo, no son todavía demasiado numerosos los ejemplos prácticos de la misma. Es decir, pese a que la convergencia de redes es una opción de presente, su grado de penetración en el mercado no es todavía demasiado significativo. ¿Cuáles son los obstáculos que todavía tiene que salvar la convergencia?

El elevado coste de este tipo de infraestructura junto a su juventud pudieron ser algunos de los obstáculos iniciales para la adopción de la convergencia. Sin embargo, actualmente ninguno de estos argumentos tiene sentido. Las referencias de redes convergentes operando con éxito han acabado con la desconfianza del usuario que puede comprobar cómo es una opción tecnológica completamente factible y además, con un coste asumible perfectamente. Así, desde HP, Pedro Casado, director de Marketing de HP ProCurve Networking, señala que “hoy en día cualquier empresa puede montar una red convergente y prácticamente por el mismo precio que una red de datos conmutada convencional. No obstante, es cierto que es la gran cuenta la que está empezando, ya que es la que tiene en marcha los procesos de planificación y ahorro de costes a medio plazo mucho más visibles en su toma de decisiones. Tampoco ayuda a la pequeña empresa la falta de formación de algunos de los instaladores de redes en este tipo de soluciones, o el mito del precio”.

Pero, entonces, ¿por qué la expansión de las redes convergentes no es aún tan amplia como se esperaba? ¿qué frena aún a los usuarios?

Podemos afirmar que a la hora de migrar a una red convergente no constituye un problema la infraestructura ya existente en una empresa. El requisito no consiste en partir de cero sino en adecuar la infraestructura de comunicaciones de que ya se dispone a ese nuevo escenario, eso sí, al ritmo que cada usuario desee. “No existe un manual de la perfecta convergencia. El proceso de migración ha de planearlo cada empresa de forma individual en función de sus necesidades concretas. Sin embargo, la primera recomendación sería consolidar la red que debe recibir y soportar los servicios, puesto que un error común suele ser empezar la migración sin haber adaptado anteriormente la red que va a acoger la sobrecarga de aplicaciones y servicios, lo que además de generar muchos problemas y una percepción muy pobre de los resultados, no concuerda con lo que la tecnología es realmente capaz de ofrecer a día de hoy”, asegura Enric Folch, director de Premier Services de NTT/Verio.

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Redacción RedesTelecom

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