Una compensación económica. Eso es lo que podría empezar a recibir Telefónica como contraprestación por haber mantenido en solitario el denominado Servicio Universal y que habría obligado a la compañía a dar acceso telefónico en cualquier lugar de la geografía española, aún en aquellos en los que no resulta rentable.
Esta medida, que sería efectiva a partir del próximo año, ha sido tomada por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) que en una reciente resolución considera que Telefónica ha visto mermada su competitividad por la obligación de mantener ese servicio. Según la CMT, concretamente en 2001 Telefónica afrontó un coste neto por mantener el Servicio Universal de 182 millones de euros, cantidad que durante el ejercicio 2002, con la entrada de los operadores de cable y el efecto sustitutivo de la telefonía móvil habría “ocasionado una merma significativa tanto en el volumen de tráfico como en los ingresos de la operadora”.
Así, la CMT concluye que durante el próximo ejercicio se plantearía la conveniencia de poner en marcha los “mecanismos de compensación previstos en la normativa vigente” como forma de resarcir a Telefónica esta prestación.
