Sed de banda ancha

El sector de networking se enfrenta a un momento clave en su historia. En la actualidad se están fraguando las estrategias, arquitecturas y sistemas que compondrán las Redes de Próxima Generación, preparadas para satisfacer los deseos del usuario de gozar de un mayor ancho de banda.

Publicado el 08 Nov 2007

En nuestro ámbito de actuación, vinculado a la empresa, el futuro de las redes estará marcado por varias tendencias, resultantes tanto de la evolución tecnológica y económica como de los nuevos hábitos de los usuarios profesionales. En este sentido, el networking debe asumir los retos de un mundo cada vez más globalizado, interconectado y digitalizado, en el que las compañías tienen que intercambiar millones de datos entre sus múltiples localizaciones en tiempo real.

En el apartado que compete al usuario, los expertos han adoptado otra denominación, difícilmente traducible al castellano: se trata de la Consumerization de las TI. Si desde siempre el proveedor de tecnología y el departamento de sistemas han sido los que marcaban la pauta de los dispositivos y aplicaciones que se utilizaban en la empresa, ahora esta tendencia se ha invertido, siendo el usuario el que demanda utilizar en su entorno de trabajo las mismas herramientas que emplea en su esfera personal: móvil, mensajería instantánea, blogs, clientes de Voz a través de Internet, comunidades y redes sociales, entre otros. Además, los usuarios quieren acceder a dichos servicios sin interrupciones, es decir, sin preocuparse de qué tipo de red o qué herramientas utilizan, o dónde acceden. En este sentido, nos hacemos eco del concepto de Empresa Siempre Conectada (Allways on). Se acuña este término en referencia a una organización en la que clientes, trabajadores y proveedores están siempre conectados a las aplicaciones, información y servicios desde cualquier lugar, a cualquier hora y desde cualquier dispositivo.
Si bien este concepto no es más que una evolución de la idea que surgiera hace más de diez años con el nacimiento de Internet, es ahora cuando se retoma con más fuerza y se avanza con pasos de gigante para convertirlo en realidad, con tecnologías que proporcionan calidad y seguridad a esta nueva forma de trabajo.

Estos hechos se traducen en la existencia de entornos más colaborativos, más abiertos, que exigen redes (fijas y móviles) y sistemas informáticos flexibles de cara a los usuarios, pero que sigan siendo seguros y eficientes de cara a la empresa. Del mismo modo, la centralización de las aplicaciones y la información en centros de datos distribuidos, por un lado, y la creciente deslocalización de las compañías con sedes en distintos países, por otro, provoca que la red deba ser progresivamente más inteligente y asumir paulatinamente más funciones.

Para ello, las compañías están implantando en sus redes tecnologías de todo tipo para satisfacer estas necesidades: routers y switches (con capacidades de 10 GbE), balanceadores de carga, optimizadores del tráfico, firewall y UTM, soluciones IDS/IPS (Intrusion Detection System e Intrusion Prevention System), NAC (Network Access Control) y autenticación, almacenamiento NAS y SAN, filtrado de contenidos, monitorización del tráfico y de la actividad del usuario, gestión de DNS, correo y un larguísimo etcétera. Esta complejidad ha provocado, entre otras tendencias, que el outsourcing de la gestión de las comunicaciones esté a la orden del día: operadores y proveedores de infraestructura de red que dan servicios a empresas, e incluso proveedores que externalizan la gestión de los operadores.
Las nuevas generaciones de usuarios demandan una generación de redes y servicios de comunicaciones adaptadas a sus necesidades.

Además de percibir la red como un entorno libre y personalizable, los usuarios se han acostumbrado a opinar, a compartir documentos e información; en suma, se han acostumbrado a un entorno en el que toda interacción puede ser no sólo bidireccional, sino “multidireccional”. Al mismo tiempo, páginas web como Youtube y comunidades como Facebook han contribuido a que esta colaboración sea también multimedia. Así, vídeo, fotografía, voz, texto y datos de todo tipo se intercambian indistintamente, sin preocupación por el espacio que puedan ocupar o el ancho de banda que puedan demandar para efectuar su transmisión: cualquier cosa puede circular por la red, porque al fin y al cabo,~ cualquier servicio es una solución más sobre IP. Esta concepción se ha colado en el entorno empresarial, donde el usuario reclama documentos y aplicaciones enriquecidas, almacenamiento sin límites y redes de alta capacidad.

Las grandes multinacionales y los operadoras han respondido a estas necesidades con las redes de próxima generación (NGN), que se están implantando ya en todo el mundo, incluida España. NGN consiste en~ un modelo de arquitectura de redes de referencia que debe permitir desarrollar toda la gama de servicios IP multimedia de nueva generación como comunicaciones VoIP, videocomunicación, mensajerías integradas multimedia, integración con servicios IPTV, domótica, entre otros, así como la migración de los actuales servicios de telecomunicaciones. Así, los operadores y grandes multinacionales que implantan sus propias redes, planifican el desarrollo y entrega de servicios múltiples sobre una única infraestructura convergente de IP, reemplazando las múltiples redes actuales específicas para los servicios.
A su vez, MPLS (Multi Protocol Label Switching), SIP (Session Initiation Protocol) y IMS (Internet Multimedia Subsystem) desempeñan un papel fundamental.

MPLS es el mecanismo de transporte de datos que permite ofrecer calidad de servicio en una red donde se mezclan aplicaciones críticas, como voz y vídeo, con otras que lo son menos. Este elemento se ha convertido en básico para priorizar el tráfico de datos en las redes convergentes. Los backbones están siendo migrados progresivamente a una estructura IP/MPLS sobre la que se implantan redes privadas virtuales para comunicar las diferentes sedes. Si el primer paso fue transformar la voz a IP, el siguiente planteamiento pasa por incluir nuevos servicios, como videovigilancia o control de accesos, tan variados como las necesidades de cada firma.

Por su parte, la arquitectura IMS y el estándar de inicio de sesión SIP permiten, entre otras cosas, la interconexión entre diferentes tipos de comunicación, en lo que se han venido a llamar Comunicaciones Unificadas. Es ésta una apuesta muy importante de la industria para el mundo empresarial y sus promotores los proveedores de tecnologías- aseguran que estas herramientas son sin duda alguna el futuro.

A la comunicación tradicional a través del teléfono fijo se han unido otras, como el correo, la mensajería instantánea y el teléfono móvil. Estos cuatro canales se multiplican a su vez por dos en la medida en que son utilizados por duplicado por los usuarios en su entorno profesional y personal-, generando una sobrecarga para el usuario. Según distintos estudios consultados por la empresa Microsoft una de las compañías que ha apostado por las UC-, un usuario puede recibir hasta cien mensajes al día en siete interfaces diferentes. Con el nuevo paradigma de compañía deslocalizada, el trabajo cara a cara se ha reducido a favor de los contactos a distancia.

El control de presencia es una de las claves de las comunicaciones unificadas. El usuario tiene acceso a un directorio único donde aparecen todos los datos de contacto de los integrantes de la empresa correo electrónico, cliente de mensajería instantánea, número fijo y número móvil-, y el sistema se encarga de mandar una petición de comunicación a aquel canal en el que la persona con la que se quiere conectar esté disponible. Es decir, una llamada de voz puede concluir en un mensaje al móvil, o al correo, o a una entrada en el programa de IM.
Las empresas encuentran en las comunicaciones unificadas una forma de reducir uno de sus principales gastos: las llamadas de móvil a través de la red GSM. Al disponer de un directorio unificado, los ejecutivos no se sienten esclavos de las agendas de sus teléfonos celulares, que utilizan incluso para hablar con compañeros de trabajo.

Otro tipo de instalación llevada a cabo es la red Wi-Fi, con terminales híbridos que son capaces de conectar de forma transparente a la red GSM cuando el usuario sale de su oficina y de la cobertura inalámbrica. Hasta ese momento, el empleado habla a través de voz sobre IP, con el consiguiente ahorro en la factura de teléfono. No obstante, hay un sector entre los profesionales que no cree que estos sistemas híbridos con Wi-Fi para la voz lleguen a triunfar entre los usuarios.

Lo cierto es que el usuario se ha convertido poco a poco en un esclavo de su móvil, aún más ahora que puede consultar el correo electrónico y quién sabe en un futuro, cuando pueda acceder a sus aplicaciones empresariales gracias a la transformación de las redes de los operadores móviles a IP y a la llegada de 4G.

En este sentido, los proveedores han comenzado a presentar soluciones All IP, para que la transformación de los operadores en sus redes fijas a IP se traslade a los operadores móviles, tanto en el core como en el backhaul. A través de estas transformaciones, se consigue ancho de banda y calidad de servicio para dar el salto a aplicaciones de la empresa que exigen más requerimientos.

La base de clientes GSM/HSPA era de casi 2,6 mil millones a agosto de 2007. Con más de 250 operadores en diversas etapas de implantación, UMTS cuenta con más de 138 millones de clientes UMTS en todo el mundo sobre 181 redes comerciales, de las cuales 135 operadores de 63 países se actualizaron a servicios HSDPA. Además, ya se está dando el siguiente paso con implantaciones HSUPA y se ha preparado la evolución HSPA+. Por este motivo son muchos los que piensan que, frente a sus competidoras inalámbricas también de cuarta generación (WiMAX móvil y CDMA EV-DO/UMB), LTE ganará la partida en la implantación masiva.

No obstante, WiMAX tiene todavía mucho que decir para muchas implementaciones, puesto que permite crear redes inalámbricas de banda ancha sin estar ligados a los pagos y cuotas de líneas que marcan los operadores móviles.
A muy largo plazo, el soporte físico de transmisión que se impondrá de cara al futuro para hacer frente a las necesidades de estas redes será la fibra óptica, aunque tendrán que transcurrir todavía años (algunos profesionales del sector estiman que el proceso será de diez o doce años hasta quedar completado) para la sustitución de todo el cobre. La gran ventaja de la fibra es que trae la promesa de velocidades simétricas de hasta 100 Mbps para el abonado final (pequeñas empresas, hogares), algo fundamental cuando como decíamos anteriormente- los usuarios quieren compartir documentos e interactuar, en un fenómeno que se ha venido a llamar Web 2.0.

En la actualidad, las grandes compañías españolas han realizado sus implantaciones en los últimos dos años, instalando redes IP/MPLS sobre un backbone de fibra y conexiones de cobre con tecnología ADSL hacia los usuarios. Pero en el apartado del acceso, la apuesta de futuro es sobre fibra y pasa por VDSL2 y GPON, entre otros sistemas. El gran ancho de banda prometido por estas tecnologías es necesario para las soluciones que con tanto ahÍnco defiende la industria: videoconferencia y televisión de alta definición (HD).

La tecnología VDSL2 (Very High bit-rate Digital Subscriber Line) puede llegar, teóricamente, a velocidades de 100 Mbps, pero la señal se distorsiona a más de 300 metros entre el abonado y la central. La solución consiste en situar nodos entre ambos puntos para reducir la longitud de la línea. Hasta el nodo, se instala fibra óptica, mientras que hasta el abonado sigue llegando el cobre. De este modo, VDSL2 consigue alcanzar velocidades superiores a los 50 Mbps.

Muchos consideran esta solución transitoria hasta la definitiva implantación de fibra hasta el hogar. Una de las tecnologías que se está ensayando para conseguir este fin es GPON (Giga Passive Optical Network) sobre arquitectura FTTH (Fiber to the Home). Su principal ventaja es que consigue abaratar los costes de implantación de fibra a los operadores de modo que es posible llevarlos hasta el usuario final. Los componentes activos se sustituyen por elementos ópticos pasivos para guiar el tráfico por la red. La velocidad máxima de conexión a Internet que puede alcanzar es de 2,5Gbit/s de bajada y 1,2Gbit/s de subida, que se puede repartir entre varios usuarios.

En España, la implantación de las Redes de Próxima Generación está sometida a la regulación que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) va a realizar durante este mes. Como en cualquier periodo de transición tecnológico y se puede afirmar que este es un momento decisivo para las redes y el networking en general-, son todavía muchos los retos a los que se enfrenta el sector, no sólo en temas regulatorios, sino también de estándares, costes y, lo que es más importante, de adopción de la tecnología por parte de los usuarios.

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Redacción RedesTelecom

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