Puesta a punto de redes sin cables

Es preciso conocer el funcionamiento una red inalámbrica que nos permita aprovechar al máximo las ventajas de la movilidad.

Publicado el 17 Jun 2003

Nada más desempaquetar el punto de acceso de la caja, tendremos que decidir su sitio ideal. En este punto, hemos de ser cuidadosos, ya que una mala ubicación puede repercutir decisivamente en los resultados de velocidad y alcance que obtengamos. Así, si lo vamos a instalar en una casa o pequeña oficina, es posible que baste colocarlo en un puesto elevado de alguna de las habitaciones para que tengamos cobertura en las diferentes zonas en las que vayamos a trabajar. Ahora bien, si hablamos de un gran oficina, almacén o nave industrial, tendremos que situarlo en un punto central, a buena altura, y realizar algunas pruebas. En muchos casos, es más que probable que necesitemos más de un punto de acceso para cubrir correctamente todo el área de trabajo. Al margen de los soportes que suelen incluirse con este dispositivo para situarlos en paredes y techos, sólo tendremos que conectar el cable de alimentación y un RJ45 que sirva de enlace a la red de cable (si es que la tuviéramos) o para hacer posible la conexión con el router de acceso a Internet.

Ahora, llega el momento de empezar a configurar los parámetros de red. Para ello, podemos utilizar el asistente, ejecutándolo directamente desde el CD que se adjunta, o acudir al sitio web del fabricante (cuya dirección IP se indica normalmente en el manual). Desde ahí, accederemos a la página de configuración, aunque previamente es posible que se nos solicite una contraseña de acceso, que suele venir ajustada de fabrica con una palabra genérica. Una vez dentro, sólo tendremos que indicar la dirección IP y máscara de red que tendrá el punto de acceso, que debería de estar dentro del segmento de red de cable que estamos utilizando.

En AP Name, señalaremos el hardware que estamos configurando, teniendo en cuenta que, en instalaciones con varios aparatos instalados, cada uno de ellos tendrá que recibir una denominación diferentes. En SSID, anotaremos el nombre con el que los usuarios inalámbricos identificarán a nuestra red, repitiéndolo en todos los puntos de acceso que despleguemos. Aquí, también podremos especificar la velocidad de los enlaces, así como el canal de comunicaciones que emplearemos.

Ajustes de seguridad

Por último, podemos terminar añadiendo cierto grado de seguridad para evitar que cualquier persona ajena a nuestra red pueda conectarse a ella. Para ello, en el apartado WEP, pincharemos sobre Enable y, luego, en el botón Edit WEP Settings. Acto seguido, aparecerá una ventana en la que concretar el nivel de encriptación (64 o 128 bits) y la palabra clave que usaremos más adelante para conectarnos a la red inalámbrica. Si nos decantamos por WEP con 64 bits, la longitud de la palabra tendrá que ser de 5 caracteres. Si se trata de WEP de 128 bits, necesitaremos 13 caracteres como mínimo para que funcione correctamente. Así, bastará seleccionar el nivel de seguridad, introducir los caracteres correspondientes, generar la clave pulsando Generate y, para concluir, pinchar en Apply. Entonces, volveremos a la pantalla principal y pulsaremos de nuevo en Apply para que todos los cambios surtan efecto. A partir de ese instante, tendremos configurado el canal de comunicación inalámbrica de nuestra red.

Dependiendo del modelo de portátil que tengamos, y mejor aún, el tipo de red inalámbrica con que cuente, el proceso de instalación y puesta en marcha será más o menos complicado. De entrada, hay que tener en cuenta que, ya sea mediante un tarjeta PC Card o a través de un módulo inalámbrico integrado en el portátil, tendremos que instalar los indispensables controladores para que el dispositivo funcione como debe. Eso sí, debemos asegurarnos de que sean los últimos drivers disponibles para nuestra tarjeta. Windows XP cuenta con soporte para ciertos modelos de manera nativa, aunque algunas soluciones no terminan de operar correctamente con los controladores de Microsoft.

En todo caso, si tenemos la opción de adquirir un portátil con el módulo inalámbrico integrado, como puede suceder con la plataforma Centrino, mejor que mejor. La razón es que la antena interna suele colocarse en lugares que mejoran la recepción, justo lo contrario que las tarjetas PC Card, que, por cuestiones obvias, tienen problemas para funcionar en lugares de escasa cobertura o con muchos obstáculos.

Si contamos con Windows XP, la conexión al punto de acceso es muy sencilla. Haciendo doble clic sobre el icono de la barra de Windows que hace referencia a la red inalámbrica, el sistema nos mostrará una pequeña ventana donde se presentarán las redes disponibles. Tan sólo tendremos que seleccionar la que nos interese y, en caso de que tenga activada la seguridad WEP, introducir la palabra clave en las cajas de entrada de datos situadas justo debajo. Después de esto, basta pulsar en Conectar para que, tras unos instantes, y una vez que se haya comprobado la contraseña de red, el enlace esté activo.

En seguida, y como cualquier otra conexión de red, tendremos que indicar la dirección IP, máscara de subred, puerta de enlace y servidores DNS. Con este objeto, acudiremos a Inicio/ Conectar/Mostrar todas las conexiones y, más tarde, pulsando con el botón derecho del ratón sobre la conexión inalámbrica, pulsaremos sobre Propiedades. En la siguiente ventana, sólo nos quedará hacer doble clic sobre las Propiedades TCP/IP para acceder a los datos mencionados.

Dando por hecho que tenemos instalados los controladores de la PC Card GSM/GPRS, lo más importante que tendremos que hacer a continuación es dotarla de una tarjeta SIM de nuestro operador. Para ello, podemos utilizar la de nuestro propio móvil, aunque puede compensar que demos de alta una línea adicional para este cometido. Además, para hacer más cómodo el proceso de conexión, es recomendable desactivar el código PIN. De esta forma, no sufriremos retrasos y las aplicaciones que deban acceder a la tarjeta como si de un módem convencional se tratase no darán problemas.

Antes de nada, hay que saber que con una tarjeta de esta clase podemos conectarnos a Internet vía GSM (9,6 Kbps) como si se tratase de un módem estándar. No obstante para aprovechar la velocidad de GPRS (unos 50 Kbps), deberemos apuntarnos a un servicio específico del operador móvil. Para configurarlo, o bien nuestro operador nos proporciona un software que realiza la función de manera transparente (como es el caso del Kit de MoviStar) o nos ofrece algún tipo de documentación en la que indica paso a paso cómo crear la conexión con el acceso telefónico del propio sistema Windows. Adicionalmente, y dependiendo de la tarjeta, se suele incluir un programa que permite manejar mensajes SMS, la agenda e incluso realizar y recibir llamadas de voz a través del portátil.

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