A finales de los 90, los ordenadores portátiles estaban en auge y los smartphones poco a poco comenzaban a ganar terreno en el mercado. Esto hizo que se hiciera necesario contar con una conexión inalámbrica compatible con los diferentes dispositivos. El resultado lo vimos en 1999 con lo que conocemos como Wi-Fi. Se promovió a través de Wi-Fi Alliance, una organización sin ánimo de lucro que estableció los estándares de esta nueva conexión inalámbrica.
Sin duda, desde su nacimiento, el Wi-Fi ha ido evolucionando conforme a nuestras necesidades para que podamos disfrutar de una conexión inalámbrica cada vez mejor y más rápida. Actualmente, prácticamente todos los usuarios de Internet contamos con una conexión Wi-Fi en nuestro hogar, y también se ofrece este servicio en hoteles, bares e incluso en muchas zonas públicas, como plazas y bibliotecas. Lo utilizamos sobre todo para comunicarnos y usar aplicaciones como Facebook o WhatsApp en nuestros dispositivos móviles.
No obstante, esta conexión inalámbrica también se está empleando para realizar llamadas de voz a través de la red Wi-Fi, ya sea en casa, en un bar o en una biblioteca. En la mayoría de los casos es como cualquier otra llamada normal y se realiza utilizando los números de teléfono tradicionales. Este servicio de Internet, que ya ofrecen operadores como T-Mobile, es muy útil en zonas donde hay poca cobertura. Además, no es necesario descargar ninguna aplicación para utilizarlo ni agregar contactos para llamar.
Pero, ¿cuál va a ser el futuro de la conexión Wi-Fi? Lo cierto es que cada vez se diseña para que la conexión sea mejor y más rápida. Entre los estándares más novedosos encontramos el estándar Wi-Fi 802.11ac, también conocido como Wi-Fi AC, uno de los preferidos de los fabricantes de routers, portátiles y smartphones. Este estándar es tres veces más rápido que las conexiones wireless convencionales, pues ofrece una velocidad mínima en modo multiestación de al menos 1 Gbps, con un caudal de conexión única de al menos 500 Mbps.
Pese a sus ventajas, podemos decir que ya ha comenzado la era del Wi-Fi AD, el estándar inalámbrico IEEE 802.11ad que promete mejorar considerablemente las transmisiones a corta distancia entre nuestros terminales móviles y el resto de equipos del hogar conectado. Ofrece comunicaciones inalámbricas en la banda de 60 GHz para lograr velocidades de más de 7 Gbps.
Y, por si esto fuera poco, la tecnología sigue avanzando y el Wi-Fi podría tener los días contados por la aparición del sistema Li-Fi. Se trata de una novedosa tecnología que pretende transmitir datos a frecuencias entre 400 y 800 THz en espacio abierto. Pero, ¿cómo? Pues utilizando la energía de ciertos objetos tradicionales, como bombillas LED, al mismo tiempo que se ilumina una habitación. El resultado es una conexión 100 veces más veloz que el Wi-Fi común.
También ha nacido HaLow, un nuevo Wi-Fi pensado para el “Internet de las Cosas” y que empezará a ser una realidad a partir de 2018. Funcionará de forma similar al Bluetooth, pero con mayor rango de alcance y mayor penetración. Eso sí, los próximos teléfonos móviles y routers tendrán que ser compatibles con esta nueva tecnología.
La conexión Wi-Fi ha supuesto toda una revolución para las comunicaciones móviles. Y, como suele ocurrir con los sistemas que funcionan, esta tecnología no para de evolucionar. Sin duda, las conexiones inalámbricas tienen por delante un prometedor e innovador futuro que nos aportará muchas ventajas.
