El comercio electrónico se enfrenta a un nuevo reto, el “huracán IVA”. Realmente no se sabe si los vientos del Impuesto sobre el Valor Añadido azotarán extremadamente a las páginas de Internet de Europa dedicadas a la venta digital pero sí se conoce la fecha a partir de la cual la legislación europea reconoce la aplicación de esta figura impositiva en la Comunidad Europea, será a partir del próximo 1 de julio.
La Ley suma entre un 17 y un 25 por ciento el gravamen a determinadas transacciones por la Red, como descargas de música y software.
Quienes han acogido con buena cara la noticia han sido los vecinos estadounidenses que ven así incrementada su posibilidad de competir en el mercado europeo en condiciones más favorables, porque aunque algunos países del Viejo Continente ya aplicaban impuestos en los productos vendidos online pero, en general, primaba la opción contraria. Sin ir más lejos, en el Reino Unido AOL UK, la unidad de Internet de AOL Time Warner en el país anglosajón, ahorró 150 millones de libras esterlinas, es decir, cerca de 250 millones de euros, en pagos de impuestos en los últimos años según advierten desde la competencia.
En nuestras fronteras todavía no se han pronunciado sobre este particular, aunque las opiniones estarán al caer. Se desconoce si el comercio español, escaso pero en permanente crecimiento, sobrevivirá al marasmo que se le avecina. Pero nosotros tranquilos. Que el optimismo no decaiga, porque ahí donde la ven la bendita venta de artículos por la Red ha superado a pelo y sin vacunas previas “el síndrome de la caída de las puntocom”, “la epidemia de todos los virus que corren por Internet” y una desaceleración económica a la altura de cualquier hepatitis B, así que el IVA no tiene por qué pasar de ser una alergia primaveral.
