Desde principios del 2013, han emergido un sinfín nuevas marcas caracterizadas por ofrecer técnicamente las mismas prestaciones en lo que a telefonía se refiere, pero con una clara una ventaja competitiva para el consumidor, como es el precio.
Estas denominadas “marcas emergentes” empiezan a cobrar importancia en la mente del consumidor principalmente como consecuencia de dos motivos:
• La crisis económica que sufrimos y que nos obliga por lo general a escatimar en gastos.
• Las políticas de las operadoras respecto a la no subvención de los dispositivos, lo que tras un periodo de concienciación/educación respecto a que el móvil no es gratuito y que hay que pagarlo, ha obligado a los usuarios a buscar el dispositivo en el mejor “postor”.
Aprovechando esta situación, aparecen las “marcas low cost” en el mercado, ofreciendo las mismas prestaciones técnicas pero a un precio mucho más reducido. Ejemplo de este comportamiento, nos encontramos a BQ, líder de esta categoría, con unas ventas de aproximadamente 190.000 unidades, y que en cierto modo está marcando el devenir y el inicio de actuación de otras muchas, como son Wiko, Lenovo, Hinsei, Scenio, Qilive… pudiendo encontrarse más de 50 fabricantes presentes en el mercado español. No olvidemos que la venta en el canal online universaliza las opciones de presencia de cualquier fabricante.
En este sentido, en enero del presente año las ventas de estas “marcas emergentes” han supuesto el 5% de la totalidad del mercado, cifra que trasladada al mercado libre se transforma en el 18%.
Evidentemente la relación de la evolución entre marcas reconocidas como Sony, Samsung, LG, Huawei, ZTE, Apple entre otras y las “marcas emergentes” es inversa, ya que a medida que la evolución de estas últimas es positiva, la evolución de las primeras están sufriendo más o menos según sus diferentes posicionamientos.
A día de hoy es un toque de atención para los fabricantes denominados “convencionales”, pero esto puede ser el inicio de un cambio en las tendencias del consumidor, donde el valor añadido que reporta una marca entre claramente en guerra con el precio que éste está dispuesto a pagar con las consiguientes consecuencias que ello deriva. Sin embargo hoy por hoy la notoriedad de las marcas reconocidas son sinónimo de seguridad en la elección de compra de los consumidores, puesto que han logrado gracias a su eficiencia y eficacia a lo largo de su vida en el mercado.