El satélite Deimos-2,fabricado en Puertollano y controlado desde esta misma ciudad, cumple 3 años desde que se lanzó al espacio el 19 de junio de 2014. Su lanzamiento tuvo lugar desde el cosmódromo ruso de Yasni, a bordo de un vehículo Dnepr que lo transportó a su órbita, a 620 kilómetros de distancia de la Tierra. Desde entonces, Deimos-2, ha dado más de 16,000 vueltas a la Tierra y capturado más de 180,000 imágenes de nuestro planeta a su paso.
Es un satélite ágil de muy alta resolución, fiable y asequible. Suministra imágenes de 75 centímetros de resolución, con un ‘swath’ de 12 kilómetros desde una altitud orbital de 620 kilómetros. Su capacidad multiespectral incluye cuatro canales (rojo, verde, azul e infrarrojo), además de la banda pancromática.
Operado 24/7, tiene capacidad para descargar información cada 90 minutos. Lanzado el 19 de junio del año 2014, entró en Plena Capacidad Operacional (FOC, por sus siglas en inglés) en mayo de 2015.
Las utilidades derivadas de esta tecnología espacial, a menudo desconocidas, van desde actividades tan cotidianas como la monitorización de cultivos, hasta otras de mayor calibre, como ayudar en labores de rescate o detectar vertidos tóxicos.
Estos son algunos ejemplos de la diversidad de aplicaciones que han tenido las imágenes capturadas por Deimos-2 durante estos tres años.
Agricultura
La teledetección por satélite es una herramienta de gran utilidad para la monitorización y análisis de plantaciones agrícolas. Los sensores multi-espectrales de Deimos-2 proporcionan información que permite identificar diferentes tipos de cultivos, estimar el grado de sequía, el estado y la salud de los mismos, haciendo de este satélite una herramienta clave para la agricultura de precisión y la evaluación de cosechas.
Desde 2011, Deimos Imaging es la empresa elegida por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos para proporcionar las imágenes de satélite que se utilizan para monitorizar y clasificar más de 100 tipos de cultivos de todo el país. Los datos de Deimos-2 se emplean, dada su gran resolución espacial, para delinear con precisión la zona afectada cuando alguna anomalía es detectada en los cultivos. La imagen muestra una plantación en Kansas, Estados Unidos.
Desastres naturales y emergencias
El satélite Deimos-2 tiene en marcha un servicio operacional 24/7 mediante el cual se puede entregar una imagen al cliente en menos de 30 minutos tras su descarga. Esta rapidez lo dota de gran capacidad de respuesta ante desastres naturales y situaciones de emergencia como incendios, terremotos, inundaciones, vertidos tóxicos, etc.
Deimos-2 proporcionó imágenes integradas con sistemas de información geográficos de la ciudad italiana Amatrice y sus alrededores, de forma casi inmediata, tras el terremoto que asoló el mencionado país alpino el 24 de agosto de 2016. Estas fueron utilizadas, tanto durante como después del seísmo, para realizar un rápido mapeo de la zona cuantificando las zonas afectadas, realizando estimaciones de los daños ocurridos y ayudando a las autoridades en la implementación de operaciones de rescate y medidas de recuperación de la zona.
Ayuda humanitaria
Las imágenes de satélite también desempeñan un papel importante en el seguimiento y la evaluación de las crisis humanitarias. Por ejemplo, mediante la monitorización de cambios en campos de refugiados y desplazados internos.
Los datos de Deimos-2 han ayudado recientemente a detectar la evolución del campo de acogida de Hammam Al-Alil, a unos 30 km al sur de Mosul, Irak. El análisis multitemporal de estas imágenes sirvió para medir la densidad del campo a lo largo del tiempo, permitiendo una estimación de la población allí desplazada y su aumento de aproximadamente 22.500 personas en febrero de 2017 a casi 50.000 en abril del mismo año.
Inteligencia
La gran resolución de Deimos-2 le permite alcanzar un detalle en sus imágenes de hasta 75 cm por píxel. Esto es de gran valor para actividades de inteligencia como la monitorización de fronteras, la vigilancia de la pesca ilegal o la supervisión de edificaciones en lugares remotos y de difícil acceso.
Deimos-2 ha monitorizado la evolución de instalaciones militares en las islas artificiales del Mar del Sur de China, capturando varias imágenes desde 2015 hasta la fecha. Gracias a ellas, se han podido identificar nuevas construcciones, muchas de ellas de carácter militar, como las que se muestran en la imagen de Fiery Cross Reef, territorio disputado por China, Filipinas, Taiwán y Vietnam.
Planificación urbana e ingeniería civil
La tecnología geoespacial es una valiosa fuente de información para la elaboración de mapas topográficos precisos, modelos 3D de edificios y modelos de elevación digital de ciudades.
La imagen muestra un modelo de elevación digital de Madrid en el que se representa la superficie del terreno, desarrollado a partir de los datos adquiridos por Deimos-2. Este tipo de información adquirida por satélites aportan gran valor para el desarrollo de ciudades inteligentes y sostenibles, permiten a diseñadores e ingenieros visualizar y evaluar el impacto en el ambiente circundante y trabajar con mayor control de calidad y costes. Deimos-2, gracias a su agilidad que le permite rotar hasta 45 grados sobre su eje y obtener imágenes estéreo en un único pase, es una herramienta de gran utilidad para este tipo de aplicaciones. Además, su elevada capacidad de revisita, de 2 días de media, le permite monitorizar con gran precisión el crecimiento urbano y los movimientos y cambios en la superficie. Esto es de gran utilidad a la hora de realizar evaluación de riesgos y para la rápida detección de efectos no deseados derivados de construcciones.
El sector de la Observación de la Tierra y su transformación
Estos son sólo algunos ejemplos de la utilidad de los datos capturados por Deimos-2. Sin embargo, en los últimos años, estamos siendo testigos de una enorme transformación en el sector de la Observación de la Tierra. El modelo está cambiando rápidamente de uno basado principalmente “en píxeles” a otro donde productos derivados altamente cualificados extraen la información de estos píxeles para integrarla en grandes industrias y convertirla, casi en tiempo real, en herramientas eficientes para la toma de decisiones.
Las imágenes de satélite nunca han sido tan asequibles y de tan fácil acceso como a día de hoy y, gracias a tecnologías como la computación en la nube, el “big data” y la geoanalítica, su utilidad se está ampliando significativamente, tanto para organizaciones como para individuos.
Bajo este nuevo paradigma, la información derivada de un flujo constante de datos de Observación de la Tierra en tiempo casi real podría llegar a ser tan omnipresente como ya lo son la comunicación por satélite y los datos GPS. Estamos a punto de ser capaces de observar y medir diariamente la actividad humana y natural a escala global: cada ciudad, cada fábrica, cada campo, cada árbol, cada camión, cada barco… lo que ofrecerá unas posibilidades sin precedentes.