Es un convencido de la revalorización permanente de la acción porque es la garantía del crecimiento y el instrumento decisivo para ganarse a los mercados. Por este motivo recuperó a Fernando Abril-Martorell como número dos de la compañía.
Para recuperar la maltrecha moral de los trabajadores Alierta ha echado mano de un veterano de la casa, se trata de Luis Lada, con más de 27 años en la casa, a quien le corresponde introducir a la compañía en Europa, donde su presencia, por el momento, es meramente testimonial. Lo hará a través de los concursos de telefonía móvil de Tercera Generación (UMTS). También se encargará de la salida a bolsa de la filial de móviles que es la de mayor crecimiento de los últimos años. Asume así la presidencia ejecutiva de Telefónica Móviles.
La tercera pata sobre la que se apoya la estrategia de Alierta es Internet. Ha nombrado a Joaquim Agut por su conocimiento de los mercados europeos y asiáticos, que serán determinantes para lograr los objetivos de la futura Terra-Lycos consolidar su presencia en Europa (Lycos) y América Latina (Terra) y liderar el mercado de Internet en las regiones con gran potencial de crecimiento, como son Japón, China y otros países de Asia.
El nuevo primer ejecutivo de la operadora pasó todo el mes de agosto trabajando y decidió cuestiones de la máxima trascendencia, como su apuesta por la licencia UMTS de Alemania, ratificó la fusión de Terra con Lycos, confirmó la compra de Endemol y decidió una colocación de capital de TPI. A principios de octubre sorprendió con otra decisión de calado la adquisición de las cinco operadoras de móvil que Motorola tiene en México.
Otras de las patatas calientes que dejó Villalonga a Alierta fue Telefónica Media, la sociedad que agrupa y gestiona todas las participaciones del grupo Telefónica en el mercado de servicios audiovisuales español e iberoamericano.
Entre los principales activos de la compañía en España destaca su participación en Antena 3 Televisión, Vía Digital, Grupo Recoletos Onda Cero, Radio Voz, Lola Films y Media Park. Además controla diversos medios en otros países iberoamericanos, principalmente en Argentina. Una de las primeras decisiones de César Alierta tras hacerse cargo de la compañía fue, precisamente, el repliegue de las operaciones de Telefónica en Miami, donde cerró la filial de medios de comunicación. La presencia de esta compañía en esa ciudad estadounidense obedecía tanto a fines estratégicos como personales de su anterior presidente.
El nombramiento de César Alierta ha sido respaldado por el gobierno, entre otras razones porque posee un buen grado de conocimiento de la compañía -ha sido consejero de Telefónica desde 1997- y del sector de las telecomunicaciones.
Los defensores de Alierta destacan su gran conocimiento de los mercados bursátiles. No hay que olvidar las dos grandes operaciones previstas por Telefónica para los próximos meses colocar en bolsa el 30 por ciento de Telefónica Móviles y afrontar una fusión que le permita ganar tamaño y situarse entre uno de los cinco primeros operadores del mundo.
El modelo de gestión impuesto por Juan Villalonga en sus cuatro años como presidente de Telefónica choca frontalmente con la estructura de dirección que César Alierta ha intentado imponer en el grupo. Su idea se basa en una presidencia netamente ejecutiva, pero en la que el día a día de los diversos negocios sea llevado directamente por un alto ejecutivo.
César Alierta se está enfrentando a la necesidad de dar un giro radical a los últimos cuatro años de la compañía y dar carpetazo a la era Villalonga, para poner punto y final a una de las etapas más convulsas y polémicas en los 76 años de la historia de Telefónica.
Durante sus primeros meses en el cargo Alierta se ha esforzado por mostrar a los mercados que pretende mantener lo mejor de la etapa anterior; es decir, la estrategia de crecimiento que tan apreciada es por los inversores. Sin embargo la política de nombramientos será totalmente distinta.