Cristina López
Pocos saben que el fundador de Easynet, David Rowe, fue también el inventor del cibercafé. ¿Qué le parece si invertimos “a pachas” en un negocio que se me ha ocurrido y se lo proponemos a Rowe? Se trata de la videocaferencia, para teletrabajar desde casa y acceder cualquier reunión sin movernos del salón y con una taza de café en las manos.
Lo lamento, pero eso ya esta inventado y buena parte de nuestros ejecutivos ya lo hacen, en especial cuando tienen problemas de desplazamiento. La videoconferencia ha llegado al puesto de trabajo y no es necesario disponer de una sala de telepresencia y con múltiples adelantos técnicos, ahora basta con una conexión IP en el portátil y otra conexión a nuestro centro de gestión de videoconferencias (VNOC).
Hace cuatro años BSkyB (empresa del magnate Rupert Murdoch) compró Easynet y hace un mes escaso Gartner situó a la compañía como empresa visionaria. ¿Qué viste más, estar en el Cuadrante Mágico de la consultora o codearse con la saga de los Murdoch?
Los Murdoch son gente muy inteligente y simpática, pero lo más importante es estar en el Cuadrante Mágico que es el que nos da visibilidad de cara a los clientes. Alcanzar la posición de Visionario en el Cuadrante Mágico es un orgullo para nosotros y refleja la labor de años de innovación y buen servicio que ha hecho Easynet, piensa que los parámetros que fija Gartner son realmente difíciles de superar.
Lleva más de diez años como director general de Easynet España y ahora le nombran también responsable de Latinoamérica, ¿en qué varía su discurso cuando visita el otro lado del Atlántico con la gorra de jefe?
El discurso a ambos lados del Atlántico es el mismo: dar servicio a las grandes empresas, la diferencia es que Latinoamérica es el área geográfica mundial que ha estado menos afectada por la crisis económica y tiene unos crecimientos muy superiores a los de Europa, por lo tanto es el momento adecuado para extender nuestra red por el centro y sur de América. Para Easynet se abre un mundo de oportunidades en el cono sur y también para nuestros clientes, que necesitan de nuestra presencia allí para darles servicio.
A usted le gusta mantener las costumbres. Sé, por ejemplo, que no deja pasar la oportunidad de comprar en el mercado de barrio de toda la vida. ¿Qué estrategia ha aprendido de su pescadero de siempre que le haya valido para su día a día en Easynet?
Aunque parezca mentira, de mi pescadero de siempre valoro la innovación y muchas más cosas, como tratar de dar el mejor servicio al cliente, ofrecer productos de calidad y saber competir con las grandes superficies, su labor es equivalente a la capacidad de Easynet para competir con los más grandes operadores a nivel mundial. En el fondo, la base de cualquier negocio que quiera perdurar es la misma.
La erupción del volcán islandés le ha venido como anillo al dedo al segmento de la telepresencia. Entre los expertos en videoconferencia, los fenómenos naturales y la crisis económica están dejando a las compañías aéreas en el chasis. ¿No le crea cierto cargo de conciencia?
En absoluto. La videoconferencia y telepresencia, al revés que el volcán, en vez de polucionar lo que hacen es evitar la emisión de CO2. Tanto el grupo BSkyB como Easynet tenemos un alto grado de compromiso con el medio ambiente y, en España en particular, estamos certificados con la ISO 14.001 que cumple con los requisitos medioambientales que marca la Ley. En este caso concreto, no sólo es importante el medioambiente, sino también el gran ahorro económico y de tiempo que se produce para las empresas.
Desde Easynet reconocen que Asia es una “tierra de oportunidades” y centran buena parte de sus energías en dicho continente. ¿Qué podemos copiar de China en el mercado de las TIC?
De los chinos destacaría la perseverancia y la capacidad de trabajo. Easynet adquirió hace un año la empresas Telindus China, un gran integrador de sistemas del que hemos aprendido mucho de su forma de trabajar, gracias a él sabemos como adaptarnos al mercado asiático y como entender una cultura empresarial tan diferente de la nuestra. A nivel laboral, lo más difícil del mercado chino es entender su calendario festivo.