A pesar de fijar hasta 28 restricciones, ANATEL permitirá que las dos operadoras conserven sus filiales (VIVO y TIM Brasil) aunque éstas tendrán que permanecer separadas y no realizar ninguna fusión entre sí. Y es que, de hacerlo, entre ambas acapararían el 53 por ciento del total de clientes móviles.
El cierre de la operación parece ser efectivo, a falta tan sólo de su publicación en el BOE brasileño, acción que tendrá lugar en los próximos días. Según los analistas de Ovum Stefano Nicoletti y Fernanda Veiga, “parece que la transacción seguirá adelante, aunque la autoridad de competencia brasileña CADE podría imponer más condiciones. CADE tomará su decisión en 15 días”. Han sido seis los meses de espera después de que Telefónica anunciará en abril su intención de entrar en Telecom Italia a través de un holding formado por Generali, Mediobanca, Intesa y Benetton. Cuando se complete la operación, Telefónica dispondrá de un 42,3 por ciento de participación el grupo formado por dichas empresas, con lo que tendrá un 6,9 por ciento de participación directa en la operadora italiana.
Nicoletti y Veiga han valorado la compra afirmando que “tras seis meses esperando la ansiada decisión, podemos decir que ésta ha sido muy suave, puesto que no impone cambios estructurales y no obliga a ninguno de los jugadores a vender sus participaciones. Además, Telefónica se asegura de que Telecom Italia no venderá sus operaciones brasileñas a su principal competidor en la zona, América Móvil, del magnate mexicano Carlos Slim”.
En este sentido, la compañía de Slim ha anunciado que está preparada para ofrecer telefonía móvil de tercera generación en Latinoamérica, también en Brasil.
