Autora: Leslie Ferry, vicepresidenta de marketing de Broadsoft
El LTE es una prioridad hoy en día en la agenda de los operadores móviles. Sin embargo, el lanzamiento de la nueva generación en conectividad móvil no es una tarea sencilla. Dado que algunos operadores aspiran a proporcionar un 95% de cobertura LTE en toda su red en dos años, va a suponer un proyecto de construcción masivo en un corto periodo de tiempo. Sólo en EEUU más de 300.000 células 2G/3G tienen que ser actualizadas mientras que los operadores también deben afrontar el despliegue de los sitios adicionales necesarios para soportar la mayor capacidad que demanda el LTE.
Hoy, los operadores están promocionado intensamente cada lanzamiento de una nueva red de LTE y el cambio parece acelerarse rápidamente. Está previsto que más de 200 operadores en 75 países hayan lanzado una red LTE para finales de 2013 y que las suscripciones LTE excedan los 200 millones en el mismo periodo. Esto representa un incremento de 17 veces en tan solo dos años.
Con todo, la disponibilidad de las redes LTE no es el único factor en la adopción de estos servicios por parte de consumidores y empresas. Los dispositivos preparados para LTE deben estar disponibles y los fabricantes están compitiendo actualmente para mantener el ritmo de los operadores. Alrededor de 300 dispositivos LTE (smartphones, tabletas y dongles) deberían estar disponibles para diciembre de 2013. El reciente anuncio de LG de que ha vendido ya más de 10 millones de dispositivos LTE es solo un ejemplo de esta tendencia. En la feria IFA de Berlín del año pasado los principales fabricantes anunciaron muchos nuevos dispositivos LTE, incluyendo el LG Optimus L9, el Samsung Galaxy Note 2 y el HTC Desire. Sin embargo, 2013 será un año de impulso del LTE, más que de consolidación; para diciembre la gran mayoría de los 1900 millones de clientes de smartphones probablemente sigan usando dispositivos 3G y 2,5G.
¿Por qué es así? Es cierto que los fabricantes se están centrando en la creación de dispositivos LTE. Aun así, parte del problema que los fabricantes afrontan es la fragmentación de la implementación del LTE internacionalmente. La limitada disponibilidad del espectro ha supuesto que los operadores hayan desplegado LTE en cualquier frecuencia que estuviera libre, en lugar de alcanzar un acuerdo internacional sobre la mejor banda del espectro para soportar el LTE. Por ejemplo, una de las bandas LTE de Norte América (2,1 Ghz) está actualmente usada por una gran emisora en el Reino Unido. Mientras tanto, EE –el único proveedor de LTE en el Reino Unido en este momento- opera en la de 1,8 Ghz. Incluso el espectro usado por los operadores en un mismo país no es siempre el mismo; En EEUU las redes LTE operadas por Verizon y AT&T no son compatibles unas con otras.
Todo esto significa que los dispositivos preparados para LTE deben ser desarrollados para la frecuencia o frecuencias particulares usadas en esa región. A diferencia del lanzamiento de 3G, los fabricantes no pueden crear un dispositivo que pueda ser vendido a nivel mundial, ya que cada dispositivo necesita tener el radio receptor correcto para poder operar en una frecuencia concreta. Los dispositivos creados para usar redes LTE en una región serán incompatibles con las frecuencias de otras, desde el momento en que se apoyan en el diferentes bandas del espectro. Esto ya ha demostrado ser impopular entre los suscriptores y el iPad 3 fue una víctima de alta gama de este problema. Apple fue obligada a cesar su campaña de marketing de la tablet, anunciada como “preparada para 4G “ tras recibir quejas de que no funcionaría en redes fuera de Norte América.
Curiosamente, los problemas de compatibilidad de los últimos dispositivos con las redes LTE no está congelando la demanda de consumo. Incluso donde no hay redes LTE disponibles, dispositivos como el IPad 3, el Samsung Galaxy S3 y el HTC One X están dominando las ventas. Los clientes en mercados como China, Francia, España, México y Sudáfrica generalmente no experimentan las ventajas que la conectividad LTE lleva a esos dispositivos y aun así los están adquiriendo por otras características y por el prestigio de tener los últimos gadgets. Conforme los países vayan implementando los despliegues de redes LTE, la popularidad de estos dispositivos crecerá exponencialmente. Esto dejará al mercado en una situación interesante: en lugar de que redes existentes determinen en qué se van a convertir los nuevos dispositivos, como pasó con en el despliegue 3G, la disponibilidad de los dispositivos jugará un papel principal en cómo las redes LTE se expanden alrededor del mundo.
Afortunadamente, los fabricantes están empezando a vencer los problemas de compatibilidad LTE desarrollando dispositivos que contienen más radios. Por ejemplo, el soporte hexabanda LTE incorporado en el Samsung S4 significa que puede soportar más bandas que cualquier otro dispositivo LTE en el mercado. Con todo, mientras la electrónica está avanzando lo suficientemente rápido para solucionar los problemas de compatibilidad de red a largo plazo, los operadores actualmente tienen incentivos en contra para impedir la compatibilidad cruzada de operadores entre dispositivos. Por ejemplo, el iPhone 5 de AT&T tiene los duplexores, filtros, amplificadores de potencia y antena para la red WCDMA de banda IV de T-Mobile (AWS, 1,7/2,1 Ghz). Sin embargo, esta compatibilidad está desactivada de inicio por software. Al prevenir la compatibilidad cruzada entre redes, los operadores tienen una forma de asegurar la fidelidad del cliente y garantizar que los lucrativos beneficios de los datos de LTE llegan sólo a ellos. Por ejemplo, Verizon se ha asociado recientemente con varios fabricantes como Samsung y Google para lanzar dispositivos exclusivos preparados para LTE.
Está claro que todos los jugadores de este juego tienen sus propias agendas. Los fabricantes quieren crear dispositivos que puedan operar en la mayor cantidad de mercados posibles. Mientras tanto los operadores se aferran al beneficio de restringir la compatibilidad de los dispositivos LTE. Los consumidores podrían estar satisfechos actualmente al adquirir los últimos dispositivos incluso sin la actual conectividad LTE, al menos mientras los mercados sigan en su periodo de “luna de miel” con los servicios LTE. Sin embargo, tan pronto como los suscriptores esperen recibir las ventajas que pueden traer las velocidades LTE, los operadores y fabricantes necesitarán trabajar cada vez más juntos para crear un enfoque holístico para la provisión de servicios LTE o afrontarán el enfado de los suscriptores que no puedan acceder a los servicios que más quieren tan pronto como sea posible.