Xfera quiere pagar a sus rivales entre un 40 y un 60 por ciento de lo que cobra por terminar sus llamadas, para compensar así su tardía incorporación al mercado español, en el que sus rivales ya están asentados. Además, la operadora pide unos precios más ajustados para utilizar la red de sus rivales en aquellos lugares en los que no tenga cobertura al comienzo de su lanzamiento.
La previsión de la operadora será comenzar a ofrecer servicio en diciembre en siete capitales de provincia, mientras que en septiembre se decidirá si se mantiene la marca Xfera o se decide cambiarla. La plantilla contará con cien empleados, con el objetivo de aumentar hasta 650 en cinco años.