Por Francisco Javier de la Fuente Martínez. Jefe de Centro de Castilla y León de Ambar Telecomunicaciones Actualmente nos encontramos ante una revolución (tecnológica) comparable en magnitud a la revolución industrial. Vivimos en una sociedad segmentada en dos grupos bien diferenciados, los usuarios de las nuevas tecnologías y los que aún no las han adoptado. Que el futuro es de los que utilizan las nuevas tecnologías, no lo pone en duda nadie, solo se discute el cuándo.
A esta sociedad de cambios, además se ha unido una situación económica peculiar, en la que la economía especulativa ha dejado paso a la económica productiva, en la que las empresas que disponen de procedimientos y procesos optimizados, lejos de verse afectadas, saldrán reforzadas.
En este entorno, los ayuntamientos, como representación de los ciudadanos que los componen, también están tomando medidas que afectan a sus tesorerías, como son los despliegues de sus propias redes de comunicaciones municipales, a través de fibra, wifi y radioenlaces, mudando así los gastos corrientes en inversiones.
Estas inversiones, financiadas con los fondos de inversión local (los conocidos Planes E), exigen un triple ejercicio de responsabilidad a sus gestores, con sus contribuyentes, empresas y ciudadanos:
• Realizar proyectos de redes sostenibles, como infraestructuras de fibra óptica, desarrollar iniciativas alternativas como redes de radioenlaces (Pre-WIMAX), e implantar tecnologías demandadas por la sociedad, como redes Wifi municipales.
• Contando para ello con empresas especializadas, con sus registros en la clasificación de contratistas del estado de instaladores de telecomunicaciones y tecnologías de la información y comunicaciones.
• Buscar como compañeros de viaje a empresas homologadas y registradas en los fabricantes de las tecnologías a implantar.
Los consistorios locales, no deben olvidar que representan a toda la sociedad y deben actuar como lo haríamos cualquiera de nosotros en nuestro quehacer diario, buscando el mejor compañero de viaje y con las máximas garantías.