En general, las empresas ni renuevan su parque tecnológico asociado a la red con la periodicidad que debieran, ni le dan la suficiente importancia a configurar los equipos de red adecuadamente para que no haya caídas que provoquen una parada indeseada, o incluso nefasta, para la marcha de los negocios. Aún así, y aunque quede un largo camino por recorrer, parece que las compañías se mueven en la dirección adecuada. Así lo refleja el segundo estudio `Network Barometer Report 2010´, realizado por Dimension Data, del que se desprende que más del 35 por ciento de los equipos de red se encontraban en algún punto de la fase de su fin de vida el año pasado y el 24 por ciento estaba en los últimos días de soporte.
Estas cifras incitan al optimismo si se comparan con el estudio anterior (`Network Barometer Report 2009´) donde se recogen valoraciones de 2008, período en el que los datos manejados arrojaban que “el esfuerzo por reducir el nivel de obsolescencia de la infraestructura de comunicaciones de las empresas era del 43 por ciento”, según explica Albert Teixidó, responsable de la línea de negocio de Networking y Seguridad de Dimension Data. En cualquier caso, aunque se hablemos de optimismo, el directivo quiere dejar claro que se trata de un optimismo con reservas, dado que los avances de las empresas por alejarse del fantasma de la obsolescencia “representan sólo un esfuerzo mínimo del ocho por ciento”.
Fallos de seguridad
`Network Barometer Report 2010´ pone de manifiesto que cuatro de cada diez dispositivos funciona con algún fallo de seguridad conocido y evitable, una cantidad demasiado elevada y que representa un alto riesgo para las redes de las empresas, pudiendo quedar expuestas a ataques de seguridad, tanto internos como externos, y mermando su capacidad para responder al cumplimiento de normativas.
Por otra parte, en cada dispositivos de red se produce una media de 40,7 errores de configuración, “esto se traduce en 40 posibles caídas del sistema debidas bien a un ataque de seguridad o a un error humano”, apunta Albert Teixidó.
Las principales conclusiones de este estudio, realizado mediante la recopilación de datos relativos a servicios Technology Lifecycle Management Assessments o TLM a 235 empresas de todo el mundo (ocho de ellas en el mercado español), son tres. La primera advierte que las vulnerabilidades se conocen pero no se solucionan de manera efectiva, aunque se han reducido numéricamente con respecto al año precedente; la segunda apunta que las empresas deben alinearse con los estándares de mejores prácticas publicados para minimizar sus riesgo; y, la última, incide en que se requiere más disciplina en cuanto a la planificación para la gestión de los activos de red.