Los últimos avances en tecnología móvil han transformado la experiencia de los usuarios de Internet, de tal manera que algunos analistas empiezan a augurar el final de la era del PC, que rápidamente se está viendo superado por diferentes dispositivos, tales como los denominados smartphones, las tabletas o los netbooks.
Gracias a este fenómeno, y a la adopción de tecnologías como la virtualización o el cloud computing, los consumidores están descubriendo que es posible beneficiarse de una nueva movilidad, que se extiende más allá de los dispositivos, para abarcar también las aplicaciones y los datos. Sin embargo, en paralelo a esta transformación, que hasta el momento ha impactado sobre todo el sector de consumo, se presenta un nuevo reto para las empresas, que tienen que adaptar sus infraestructuras de red para dar respuesta a la demanda de estas nuevas formas de comunicarse.
Según la consultora, Yankee Group, el 46% de los empleados ya utilizan o quieren utilizar las tecnologías de consumo en su trabajo. Lo que es más, el 25% considera estas tecnologías más eficaces que las que ofrece su propio departamento de TI. Sin embargo, la nueva movilidad da la vuelta al papel de los administradores, quienes pierden la capacidad de gestionar o controlar el acceso a los datos y las aplicaciones de la empresa desde el dispositivo al que se conecta. Debido a la gran popularidad de las tabletas y los smartphones, en algunos casos se ha multiplicado por cuatro el número de de los dispositivos que utilizan los empleados para acceder a la red corporativa. Esto no sólo supone un desafío a nivel de seguridad, sino también requiere que se pueda acceder a los mismos datos y aplicaciones a través de cualquier terminal. La única forma de conseguirlo es mediante la incorporación de estos recursos a la propia infraestructura corporativa.
Las empresas, por lo tanto, tienen que cambiar su forma de entender la movilidad. Gracias a la utilización inteligente de las redes, se permite que los empleados sean más productivos y que realicen un mayor número de tareas desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo. Además, la tecnología abierta permite conseguirlo por un coste relativamente bajo, convirtiéndolo así en una propuesta realmente atractiva, no sólo para los empleados y los responsables de TI, sino también para el departamento financiero.
Con el objetivo de ofrecer una experiencia óptima para los usuarios de las redes corporativas en la nueva era de la movilidad, hace falta establecer políticas de seguridad que definan a qué tipo de información puede acceder cada empleado desde un dispositivo determinado. Gracias a la nueva movilidad, se permite establecer que el director financiero pueda acceder a todos los datos financieros de la empresa cuando esté dentro de la oficina, y que en cambio, sólo tenga acceso a los datos más básicos cuando esté fuera. Asimismo, la red tiene que poder auto-configurarse para optimizar aplicaciones como el vídeo, que requieren un mayor nivel de rendimiento. Por otra parte, es necesario dejar de ver las redes fijas e inalámbricas como infraestructuras independientes y desarrollar políticas de acceso que sean uniformes, sea cuál sea la manera de conectarse.
Gracias a la nueva movilidad, los administradores de sistemas y de TIC dispondrán de una plataforma tecnológica única para toda la compañía, que cubrirá todas las necesidades de comunicación —datos, voz, videovigilancia, control de presencia…— y permitirá optimizar y personalizar las conexiones desde cualquier punto del centro de datos público o privado. Los usuarios, por su parte, tendrán una experiencia estable e intuitiva a través de múltiples dispositivos, redes y ubicaciones, permitiendo mayor flexibilidad y eficiencia. Los directores generales tendrán la seguridad de que sus empleados puedan acceder a más información desde cualquier sitio, sin tener que preocuparse por la seguridad o el cumplimiento de las regulaciones de protección de datos. Y las operadoras contarán con un entorno más flexible que les permita ofrecer nuevos servicios avanzados y diferenciados según las necesidades de cada usuario.
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