La GSMA y Connect Europe han emitido un comunicado conjunto en el que celebran la publicación del programa de trabajo de la Comisión Europea, en particular el compromiso de promulgar una legislación crucial en forma de la Ley de Redes Digitales (DNA).
Tal y como reconocen ambas asociaciones, a medida que el sector de las telecomunicaciones europeo va cada vez más a la zaga de otras economías desarrolladas en cuanto a disponibilidad de infraestructuras digitales de última generación y al tiempo que se enfrenta a una creciente competencia mundial y a enormes déficits de inversión, “la necesidad de una DNA audaz y preparada para el futuro nunca ha sido más urgente”. De hecho, indican que, si no se toman medidas decisivas, Europa corre el riesgo de quedarse aún más rezagada en el liderazgo tecnológico, la innovación y el desarrollo de infraestructuras digitales.
Papel decisivo de las redes en Europa
“Las redes de telecomunicaciones siguen infravaloradas y bajo presión, mientras que la regulación vigente frustra los esfuerzos por fomentar la inversión. La simplificación de este marco, la reducción de la carga regulatoria y la priorización de la velocidad y la agilidad deben ser prioridades para la nueva Comisión”, alegan.
Sin embargo, La tan esperada ley ofrece la oportunidad de restaurar la posición de Europa como potencia tecnológica mundial, siempre que aproveche su potencial. Lo que significa:
• Revisar en profundidad el actual marco regulatorio sectorial, reduciendo la carga regulatoria para reflejar la dinámica competitiva en el mercado actual, así como la simplificación de las reglas, con una mayor armonización sólo en aquellas áreas en las que sea beneficioso para la inversión.
• Esto debería dar lugar a un marco de normas justas y equivalentes en todo el ecosistema de redes digitales.
• Introducir la competitividad como un objetivo político central de la futuro DNA, con el objetivo de impulsar una mayor inversión en el despliegue de redes y evitar que Europa se quede aún más rezagada con respecto a otros actores mundiales.
• Adoptar un enfoque armonizado y favorable a la inversión en la política de espectro, a través de asignaciones de espectro mucho más largas.
Ya sea esforzándose por alcanzar los objetivos de la Década Digital de proporcionar 5G en todos los lugares poblados para 2030 o avanzando en la conectividad de red fija de próxima generación, “la infraestructura digital de Europa sustenta casi todos los aspectos de la vida moderna, la columna vertebral del crecimiento económico y la innovación del continente”.
En este sentido, reafirman que resulta esencial “garantizar que las redes sigan siendo adecuadas para satisfacer las demandas cambiantes, tanto en términos de casos de uso, competitividad y resiliencia, especialmente a medida que las aplicaciones industriales e impulsadas por la IA continúan expandiéndose. Lo que no podemos permitirnos es que esto sea una oportunidad perdida”, manifiestan.
Así pues, concluyen que Europa necesita un DNA que haga que la regulación digital se adapte finalmente al mundo moderno y facilite inversiones cruciales en nuestra infraestructura digital crítica. “La Comisión tiene la oportunidad de garantizar un ecosistema digital resiliente y preparado para el futuro que funcione como elemento vital para la innovación industrial y beneficie a todos los ciudadanos y empresas de Europa y a su sociedad en su conjunto, y ahora debe cumplir esa promesa”, concluyen.