La IA ofrece oportunidades transformadoras, especialmente en los países menos desarrollados. La creación de nuevos ecosistemas de economía de datos puede generar nuevos mercados y oportunidades de empleo en industrias emergentes. Sin embargo, para garantizar que la revolución de la IA beneficie a todos, es imperativo establecer un marco de supervisión global que regule el uso ético y equitativo de los algoritmos.
Cualquier tipo de superInteligencia debería disponer de una caja negra con su ADN digital y Código de Conducta
Para limitar o mitigar estos riesgos, cualquier tipo de superInteligencia debería disponer de una caja negra con su ADN digital y Código de Conducta, donde la conciencia sea inmutable, y realmente regule el comportamiento de cada sistema que incluya esa IA3.0. Para ello, es muy importante el papel de liderazgo del Órgano Consultivo de Alto Nivel sobre IA de las Naciones Unidas que se constituyó hace unos meses y que debería formar parte del Consejo de Seguridad que regule la proliferación de determinados artefactos.
El problema enorme será lograr el acuerdo en una conciencia común universal
El problema enorme será lograr el acuerdo en una conciencia común universal, dado que de nada sirven regulaciones parciales o regionales.
LA IA viene para mejorarnos la vida, la nuestra y la de la humanidad en su conjunto, a que trabajemos menos, hagamos más lo que nos gusta y vivamos mejor.
