Las empresas están adoptando nuevas tecnologías y procesos para operar con éxito en la nube.
Sin embargo, abordar una estrategia cloud-first es un paso más allá. Un paso más grande y significativo. Una parte crucial de esta estrategia implica definir el tipo de conexiones necesarias a la nube y gestionar la complejidad de conectarse a los distintos proveedores hiperescalares y las aplicaciones alojadas en la nube. Como era de esperar, muchas organizaciones están encontrando este cambio más difícil de lo esperado. La frustración aumenta a medida que intentan que las arquitecturas de red actuales soporten los nuevos requisitos de mayor ancho de banda, baja latencia y servicios bajo demanda necesarios en un entorno cloud-centric.
La nube es el futuro. Las organizaciones globales son conscientes y han estado planificando cuidadosamente sus estrategias de transformación digital para poder aprovechar las ventajas de este nuevo modelo operativo
La realidad es que las arquitecturas de red tradicionales site-to-site rara vez están preparadas para soportar la conectividad multi-cloud, en un ecosistema con múltiples proveedores en la nube que son el futuro de las operaciones. Algunas organizaciones han conseguido adaptar bien sus redes, pero no se sabe con certeza hasta qué punto estas adaptaciones serán suficientes en el futuro, a medida que aumente la demanda.
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5 factores que dificultan un estrategia cloud-first con la infraestructura de red actual
Para analizar la situación actual, encargamos un estudio independiente para tener una visión más detallada de la como las compañías globales utilizan su infraestructura de red. Lo que surgió fue un escenario complejo en el que distintos factores se entrelazan para dificultar la implantación de una estrategia de red cloud-first.
1. Falta de flexibilidad operativa
A menudo es necesario sobredimensionar la infraestructura para garantizar que la red pueda satisfacer las demandas adicionales de ancho de banda, dados los largos plazos de entrega para gestionar estos cambios de forma flexible.
2. Dificultad para gestionar los costes
En un contexto de desaceleración económica mundial y el aumento de la incertidumbre, la flexibilidad comercial es un valor fundamental. Sin embargo, los contratos fijos a largo plazo, habituales en las redes de datos, están limitando la capacidad de las organizaciones para transformar su red de servicios MPLS a Internet y consumir estos servicios en modo pago por uso (PAYG)
Cuando los datos se descargan de la nube de un proveedor hiperescalar a menudo se incurren en lo que se conoce como “egress charges”. Se trata de costes asociados a la transferencia de datos de la nube a través de Internet. Estos costes pueden incrementarse significativamente, sobre todo si se mueven grandes volúmenes de datos. Un diseño óptimo de la conectividad con la nube y la monitorización periódica de su uso le ayudarán a evitar facturas exorbitantes.
3. El rendimiento de las aplicaciones no es suficiente
Las organizaciones no confían en que sus redes actuales puedan ofrecer la disponibilidad de red necesaria para el desarrollo normal de su actividad cuando las cargas de trabajo se distribuyen a través de su “digital supply chain”. En la actualidad, las limitaciones de la infraestructura de red impiden al 65% de las organizaciones desplegar nuevas aplicaciones empresariales. La latencia adicional y la limitada monitorización del rendimiento impactan en la disponibilidad de las aplicaciones, y el bajo rendimiento de la infraestructura de red junto a los problemas de interoperabilidad con la nube también afectan significativamente al funcionamiento de las aplicaciones.
4. La seguridad y la soberanía de los datos suponen un reto cada vez mayor
La mayoría (91%) de los líderes empresariales y de TI identifican la mejora de la seguridad y la soberanía de los datos como una razón técnica probable para una transformación de la red. Reconocen que integrar en las arquitecturas de red tradicionales los controles de seguridad necesarios para protegerse de los mayores riesgos cibernéticos que supone operar en la nube es difícil, y no siempre posible. La soberanía de los datos es también un factor importante de cambio y un reto que pone de manifiesto la necesidad de una red global adaptada a las normativas de regulación para garantizar el cumplimento de las políticas de protección de datos.
5. No pueden contribuir a los objetivos de sostenibilidad
Las organizaciones son conscientes de la importancia de disponer de infraestructuras de red capaces que les permitan contribuir a sus objetivos de sostenibilidad, y el 94% de los directivos consideran que las criterios de sostenibilidad son importantes para su estrategia de infraestructura de IT y redes. Como parte del camino hacia la sostenibilidad, las organizaciones globales se centran especialmente en mejorar el consumo energético y la eficiencia de sus servicios de terceros, con el fin de reducir sus emisiones de Alcance 3. Los centros de datos y las redes de transmisión de datos son responsables de casi el 1% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Sin embargo, la mayoría de los proveedores de estos servicios son incapaces de proporcionar visibilidad sobre su consumo de energía, lo que frena su avance en materia de sostenibilidad.
Global Fabric: todo conectado
Sabiendo que el 86% de las organizaciones tiene previsto trasladar la mayor parte o la totalidad de su infraestructura y aplicaciones a la nube en los próximos cinco años, nos propusimos crear una red preparada para satisfacer sus necesidades.
Tras escuchar atentamente a nuestros clientes, evaluar el mercado y consultar a los principales analistas, canalizamos nuestra capacidad inversora para impulsar un salto evolutivo en las redes de datos. El resultado es Global Fabric, una red para las necesidades de hoy y de mañana. Una revolución en la conectividad con la nube que está llamada a redefinir como operaran las organizaciones globales en las próximas décadas.
En resumen, Global Fabric es una plataforma programable extremo a extremo, que permite conectarse de forma flexible tanto a la nube como entre las nubes, ya sean nubes públicas o privadas. Proporciona funcionalidades para resolver los principales retos con los que se encuentran las arquitecturas de red tradicionales cuando trasladan la mayor parte, o la totalidad de su infraestructura de computación a la nube pública para operar en un modelo cloud-first.
Con Global Fabric se puede configurar la red para que se adapte a las necesidades en cada momento, en lugar de conformarse con lo que las redes tradicionales pueden hacer. Se trata de una infraestructura que aportará una flexibilidad operativa similar a la de la nube, optimización de costes, mejora del rendimiento de las aplicaciones, cumplimiento de la soberanía de datos, controles de seguridad alineados y mayor sostenibilidad.
Hemos realizado esta inversión, desarrollando una tecnología responsable y más sostenible, que ayudan a cumplir sus expectativas en la nube. Global Fabric está listo para ayudar a acelerar el crecimiento y desarrollo de aplicaciones más avanzadas.