La forma en que las empresas operan debe adaptarse a la dinámica del mercado y a las cambiantes necesidades de los clientes y usuarios. Usuarios que buscan una comunicación digital con la empresa para acceder a sus servicios en un mundo interconectado. Un mundo en el que se usa una “app” para todo y esto es lo que motiva a muchas empresas a adoptar el cloud.
La red es la columna vertebral que conecta todos los aspectos de la empresa, desde los servidores locales y las nubes públicas hasta los centros de datos
La búsqueda continua de la transformación digital y la adopción de la nube está impulsando un mayor enfoque en las redes. Esto se debe a que la red es la columna vertebral que conecta todos los aspectos de la empresa, desde los servidores locales y las nubes públicas hasta los centros de datos. La infraestructura de red es fundamental para los negocios digitales modernos y, de cara al futuro, muchas empresas de la economía mundial están aceptando el hecho de que las redes a través de las cuales fluyen sus datos deben modernizarse. Las redes obsoletas no solo están mal equipadas para trabajar con nuevas tecnologías innovadoras, sino que también presentan riesgos de seguridad.
La modernización de la red no es un objetivo, sino un proceso de transformación continua
La modernización de la red no es un objetivo, sino un proceso de transformación continua: la velocidad a la que cambia el negocio y la demanda del usuario requiere una red que pueda ir ajustándose de forma dinámica.
La falta de agilidad en las arquitecturas actuales de muchas empresas es un gran obstáculo que impacta directamente en las operaciones comerciales y en la experiencia de empleados, lo que, en última instancia, afecta a las experiencias de los clientes. Por ello, para 2024, las empresas están preparándose para optimizar sus redes, reconociendo la urgente necesidad de evolucionar y adoptar las últimas tecnologías disponibles, como las soluciones de seguridad integradas en plataformas de red o las herramientas de análisis con ayuda de inteligencia artificial (IA). Ambas les ayudan a innovar más rápido, proteger sus datos y mejorar la operación. Y es que las empresas aspiran a dedicar menos tiempo a “dirigir el negocio” y más a “cambiar el negocio”.
En los últimos años, la transformación digital y el aumento del trabajo en remoto han hecho que las redes enfrenten mayores desafíos. Las empresas se han dado cuenta de la importancia de gestionar y mejorar el rendimiento de sus redes con herramientas y soluciones avanzadas. Un buen ejemplo de ello es la Inteligencia Artificial en las Operaciones (AIOps), que utiliza análisis predictivos para identificar y resolver problemas antes de que afecten al negocio.
Además, la explosión de datos fuera de los grandes centros de datos, dispositivos conectados, el aumento de la comunicación máquina a máquina ambos alimentados con IA nos obliga a repensar la red con tecnologías como edge computing que las empresas ya están explorando. Es el caso de la industria manufacturera, especialmente, que busca adaptar la IA a las necesidades específicas de sus fábricas -incluyendo las ubicadas en diferentes regiones-. Al recopilar datos muy específicos sobre factores como los costes de energía, las condiciones ambientales o los gastos de mano de obra, la IA y la red se convierten en un aliado estratégico, ya que ayuda a optimizar operaciones, reducir costes y prevenir posibles incidencias.
La escalabilidad y la reducción de tiempos de inactividad también son características esenciales de las redes modernas
Finalmente, la escalabilidad y la reducción de tiempos de inactividad también son características esenciales de las redes modernas. Las mismas están diseñadas para escalar fácilmente con el objeto de satisfacer las crecientes demandas empresariales y minimizar los tiempos de inactividad, garantizando así la continuidad del negocio en un entorno altamente competitivo.
Hoy, las organizaciones operan en un contexto de mercado en el que deben abrazar la modernización de la red para enfrentar desafíos y capitalizar oportunidades. El momento para actuar es ahora, y la dirección a seguir está clara: evolucionar.