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Qué es IoT y cómo funciona



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Todavía no se ha producido un despliegue masivo, pero se avecina. El número de objetos conectados continúa creciendo y cada vez tiene más aplicaciones en un mayor número de sectores. Te contamos qué es la Internet de las cosas y cómo funciona

Publicado el 22 nov 2023



IoT: objetos conectados
IoT: objetos conectados

Llevamos años hablando de Internet de las cosas y este concepto, que parecía tan lejano, está cada vez más presente en nuestras vidas. Si bien ha desembarcado con más fervor en el ámbito doméstico, su expansión en las empresas continúa creciendo a gran velocidad.

El desarrollo de nuevas tecnologías como IA o edge computing, evolucionadas redes como 5G y sensores y sistemas más pequeños y baratos, están creando un caldo de cultivo idóneo para un despliegue masivo.

Pero todavía hay escollos que salvar. Uno de ellos, los protocolos de comunicación de los dispositivos y otro, que está levantando las alertas, la seguridad y la privacidad de los datos generados y la protección física de los “objetos” conectados.

Veamos en detalle qué es esto de IoT, su funcionamiento, casos de uso, retos y futuro.

El concepto de Internet of Things o IoT: Breve historia

En 2009 el informático británico Kevin Asthon acuñó el término Internet of Things para referirse a una red de sensores e identificadores interconectados entre sí. Estaba trabajando en la optimización de la cadena de suministros de Procter & Gamble y utilizó esta denominación para titular una presentación para un proyecto de un sensor nuevo en el que estaba trabajando.

Un año más tarde, la consultora McKinsey introdujo este concepto en su informe de 2010 sobre nuevos modelos de negocio basados en sensores. Y así se fue asentando en la industria con diferentes proyectos como tostadoras conectadas, máquinas expendedoras de bebidas, neveras… y un largo etcétera.

En 2009 el informático británico Kevin Asthon acuñó por primera vez el término Internet of Things.

Pero, haciendo honor a la verdad, los ingenieros en informática llevan agregando sensores y procesadores a los objetos cotidianos desde los años 90. Sin embargo, el progreso fue inicialmente lento porque los chips eran grandes y voluminosos. Los chips de ordenador de baja potencia llamados etiquetas RFID se utilizaron por primera vez para el seguimiento de equipos caros. A medida que se reducía el tamaño de los dispositivos informáticos, estos chips también se hacían más pequeños, más rápidos y más inteligentes.

Aunque el término se le ocurrió al tecnólogo inglés, básicamente se trataba de poner nombre a la convergencia tecnológica de dos nociones ya conocidas en la industria: M2M (machine to machine o comunicación máquina a máquina) y SCADA (una categoría de software para el control de procesos, recopilación de datos y control de condiciones y equipos en tiempo real desde ubicaciones remotas).

A ello se le sumó el desarrollo de la tecnología inalámbrica (desde GSM a Wi-Fi y 5G), la evolución y abaratamiento de la microelectrónica, el surgimiento del cloud computing y las herramientas de procesamiento de datos masivos, como Big Data.

De todo este maremágnum de avances surgió la Internet de las cosas: la agrupación e interconexión de dispositivos y objetos equipados con sensores, software y otras tecnologías a través de una red (bien sea privada o Internet), para conectar, comunicar e intercambiar datos entre ellos.

Tecnologías relacionadas con la IoT

Visto lo visto, la Internet of Things ha sido fruto de un compendio de tecnologías que está evolucionando constantemente su desarrollo: IA, redes, machine learning, computación en la nube… pero también el hardware.

Constantemente en los dispositivos IoT se toman en cuenta aspectos como el bajo consumo y su miniaturización, es decir, que sean de pequeño tamaño. Es por ello que los SoC (System on Chip), se consideren una parte importante de estos equipos. Un SoC es un circuito integrado que contiene todos o gran parte de los módulos que tendría un ordenador.

Asimismo, otro componente tecnológico importante para habilitar IoT son las redes de comunicación. En este sentido, podemos mencionar las redes Wi-Fi que admiten una tasa de transferencia alta, con un consumo alto y bajo alcance. También estaría las redes móviles -con la última incorporación, 5G, como gran habilitadora-, que da mayor alcance y menor consumo. Y, por supuesto, redes específicas para IoT como la que ofrece UnaBiz (anteriormente Sigfox), o LoRa.

Además, como hemos apuntado al inicio de este apartado, otras tecnologías están empujando el auge de la IoT:

  • Edge computing o computación de borde: se refiere a la tecnología utilizada para que los dispositivos inteligentes hagan algo más que sólo enviar o recibir datos a su plataforma de IoT. Aumenta la potencia de computación en los bordes de una red de IoT, lo que reduce la latencia de las comunicaciones y mejora el tiempo de respuesta.
  • Cloud computing o computación en la nube: La tecnología en la nube se utiliza para el almacenamiento remoto de datos y la administración de dispositivos de IoT, lo que hace que los datos sean accesibles en múltiples dispositivos en la red.
  • Machine learning:El machine learning se refiere al software y los algoritmos utilizados para procesar datos y tomar decisiones en tiempo real en función de esos datos. Estos algoritmos del machine learning pueden implementarse en la nube o en el borde.
  • IA:La Inteligencia Artificial utiliza algoritmos que permiten el aprendizaje automático de las máquinas. Su principal objetivo es que las herramientas tecnológicas basadas en ella sean capaces de detectar errores y alertar de los mismos en un futuro. Su unión con la IoT ha dado lugar a la Artificial Intelligence of Things, AIoT, que podría definirse como una nueva tecnología encargada de dotar a los elementos físicos de autonomía para que puedan analizar la situación y tomar decisiones a partir de aprendizaje automático.

Cómo funciona la IoT

Un sistema de IoT funciona mediante dispositivos físicos que recopilan, transfieren e intercambian datos en tiempo real a través de redes inalámbricas y con poca intervención humana. Para llevar a cabo esta operación precisa de tres componentes:

Dispositivos inteligentes

Se trata de dispositivos, como un televisor, una cámara de seguridad o una nevera, por citar algunos, a los que se les dotó de capacidades de computación. Recopila datos de su entorno, de las entradas de los usuarios o de los patrones de uso y comunica los datos a través de Internet hacia y desde su aplicación de IoT. En este campo podríamos diferenciar entre interruptores (es decir, envían las instrucciones a un objeto) o son sensores (recopilan los datos y los envían a otro lugar).

Aplicación de IoT

Una aplicación de IoT es un conjunto de servicios y software que integra los datos recibidos de varios dispositivos de IoT. Utiliza tecnología de machine learning o Inteligencia Artificial (IA) para analizar estos datos y tomar decisiones informadas. Estas decisiones se comunican al dispositivo de IoT y este responde de forma inteligente a las entradas.

Una interfaz de usuario gráfica

El dispositivo de IoT o la flota de dispositivos pueden administrarse a través de una interfaz de usuario gráfica. Ejemplos comunes son una aplicación móvil o un sitio web que pueden utilizarse para registrar y controlar dispositivos inteligentes.

En otras palabras, los dispositivos IoT capturan cualquier dato para el cual estén programados. Estos datos se pueden recopilar y analizar para ayudarnos para automatizar acciones y decisiones de negocio.

4 etapas en su funcionamiento

Teniendo en cuenta esta percepción, podríamos hablar de cuatro etapas en su funcionamiento:

Capturar los datos

A través de sensores, los dispositivos de IoT capturan datos desde sus entornos. Esto podría ser algo tan simple como la temperatura o tan complejo como un feed de video en tiempo real.

Compartir los datos

Mediante conexiones de red disponibles, los dispositivos IoT envían estos datos a un sistema en la nube pública o privada (dispositivo-sistema-dispositivo), a otro dispositivo (dispositivo-dispositivo), o los almacenan localmente como se indica para el procesamiento edge.

Procesar los datos

En este punto, el software se programa para que haga algo en base a esos datos –como encender un ventilador o enviar una advertencia–.

Actuar a partir de los datos

Se analizan los datos acumulados desde todos los dispositivos de una red de IoT. Esto brinda información estratégica poderosa para fundamentar acciones y decisiones de negocio confiables.

Tres elementos básicos de IoT

Pero profundizando más en el tema, hay que considerar que la IoT consta de tres elementos clave:

Tecnología embebida: incluye a una gran variedad de dispositivos que disponen de sensores, puertos de entrada y salida, microprocesadores y memoria. Los avances en la miniaturización de dispositivos y el abaratamiento en la producción de estos han permitido la disponibilidad de una amplia variada de sistemas embebidos a bajo coste.

Conectividad: redes y protocolos de comunicación que permita la interconexión entre dispositivos diferentes. El auge de las tecnologías wireless en materia antenas, la optimización del espectro electromagnético o el desarrollo de protocolos de comunicación más eficientes, ha proporcionado la conectividad necesaria entre dispositivos de naturaleza muy diferente.

Datos: toda la información generada e intercambiada entre los diferentes dispositivos. La correcta gestión, almacenamiento y análisis de los datos generados en infraestructuras IoT permite sacar valor a esa ingente cantidad de datos con gran potencial. Así, la aparición de la tecnología cloud computing junto con las técnicas y herramientas del big data han facilitado este aspecto.

La conectividad es la piedra angular en los sistemas IoT

De estos tres elementos, la conectividad es la piedra angular en los sistemas IoT ya que permiten la comunicación entre los distintos dispositivos y máquinas, haciendo posible el intercambio de información. Este proceso de comunicación, cada vez más complejo debido a la evolución de la IoT, tiene dos ingredientes imprescindibles:

La identificación

Para que los dispositivos puedan comunicarse entre sí, es necesario que estos puedan identificarse entre sí como entidades únicas, por lo que existe diferentes identificadores o esquemas de identificación dentro del IoT. Los identificadores se pueden categorizar como: identificador de objeto, identificador de comunicación e identificador de aplicación.

  • Los identificadores de objetos representan objetos físicos o virtuales dentro de un sistema IoT, un ejemplo de este tipo de identificadores es el código de barras o la tarjeta RFID.
  • Los identificadores de comunicación identifican nodos en una red que tienen capacidades de comunicación, es decir, que tiene capacidad de intercambiar datos. El identificador de comunicación más extendido es la dirección IP.
  • Los identificadores de aplicaciones identifican las diferentes capas de servicio que dan las distintas aplicaciones que conviven en un sistema IoT, por ejemplo, el Uniform Resouce Identifier (URI) o el Electronic Product Code (EPC). La naturaleza diversa de las aplicaciones que proporcionan servicio tan diferente en el IoT hace necesario este tipo de identificadores.

El protocolo

La forma en que los diferentes dispositivos en un sistema IoT se comunican en la distancia puede ser muy variada, aunque la más extendida es la comunicación inalámbrica, siendo los protocolos basados en tecnologías inalámbricas los más usados. Atendiendo al alcance de la comunicación, debemos diferenciar entre corta, media y larga distancia:

  • Corta distancia: en este rango el protocolo más usado es Bluetooth, aunque si es necesaria una transmisión de datos más rápida el más usado es el UWB (Ultra Wideband).
  • Media distancia: en este rango el protocolo más extendido es Wi-Fi (con sus diferentes estándares 802.11), aunque se está extendiendo cada vez más el protocolo ZigBee que implica el uso de un hardware más sencillo por parte de los dispositivos.
  • Larga distancia: en este rango el más usado es 5G, aunque si la tasa de datos necesaria es muy baja (zonas con poca cobertura) está muy extendido el protocolo LPWAN (Low-Power Wide-Area Networking).

La elección de una forma de comunicación u otra entre dispositivos en el IoT dependerá de muchos factores: la distancia entre dispositivos, frecuencia del espectro electromagnético usada, tasa de datos necesaria, alimentación de los dispositivos (conexión a red eléctrica o baterías), hardware de los dispositivos, tecnología desarrollada para su uso, etc … por lo que se debe llegar a un compromiso entre los diferentes factores y escoger aquel modo de comunicación que mejor se adapte a las necesidades del sistema.

Ventajas de IoT para las empresas

En general, la IoT empresarial permite que las organizaciones puedan tomar mejores decisiones a distintos niveles gracias al acceso a información precisa y fiable que es obtenida en tiempo real y que es accesible de forma remota.

Reducción de costes

La IoT ayuda a predecir fallos y corregir errores gracias a la facilidad y eficiencia con la que se pueden monitorizar y controlar procesos y tareas, junto con la automatización.

Nuevas líneas de negocio: acelerar la innovación

Gracias a esta tecnología, las empresas pueden ser más ágiles y tener un tiempo de respuesta más rápido ante cualquier incidencia. Simplifica la creación de productos y servicios que se adapten a las exigencias y necesidades de los consumidores, lo que posibilita abrir nuevas líneas de negocio.

Internet de las cosas da a las empresas acceso a análisis avanzados que encuentran nuevas oportunidades de aportar valor a su negocio.

Mayor productividad

Los dispositivos IoT destacan por acelerar procesos y tareas y minimizar los errores. Este hecho eleva el nivel de productividad de las empresas, consiguiendo una mayor competitividad y diferenciación en el mercado.

Escalar soluciones diferenciadas y personalización

Las tecnologías de IoT pueden implementarse de forma centrada en el cliente para aumentar el nivel de satisfacción, una customer experience de 10. Y es que, los dispositivos interconectados se adaptan a las necesidades y particularidades de cada empresa por lo que cada organización puede sacarle partido en función de sus requerimientos de negocio. Ya sea para controlar la iluminación de un escaparate, proteger la salud de los operarios y un largo etcétera.

Más información: convertirla en ideas y acciones con la IA y el ML

Si hay algo que proporciona la IoT son datos, es decir, más información. Este flujo de datos que genera permite a las empresas acceder a conocimiento útil para su negocio.

Combinada con big data, IA o machine learning hace posible capturar, almacenar, tratar y distribuir información valiosa en las distintas áreas de la organización para así poder tomar decisiones más rápidas y precisas a distintos niveles.

Los datos recopilados y las tendencias históricas pueden utilizarse para predecir resultados futuros.

Aumentar la seguridad

Aunque el aspecto de la seguridad es tema bastante peliagudo cuando nos referimos a la IoT, podemos decir que la supervisión continua de la infraestructura digital y física puede optimizar el rendimiento, mejorar la eficiencia y reducir los riesgos de seguridad. Detectar fallos y errores de los sistemas y máquinas, poder anticiparse a ellos y solventarlos con celeridad es un gran punto a su favor en las empresas.

Inconvenientes del IoT: idioma y privacidad y seguridad

Aunque la Internet de las cosas puede aportar muchos beneficios a las empresas, también tiene muchos escollos que salvar. Entre ellos podemos mencionar dos muy importantes: el protocolo de comunicación y la seguridad y privacidad de las conexiones. Veámoslos en detalle.

Protocolo de comunicación

Uno de los obstáculos que tiene por delante la IoT es conseguir que el protocolo con el que se comunican los dispositivos conectados hable el mismo idioma. Actualmente hay equipos o sensores muy nuevos cuya conexión a Internet es fácil y directa, pero también existen otros más antiguos cuyo lenguaje de comunicación y conexión no es estándar. A ello se suma que cada proveedor tiene sus propios “lenguajes” lo que hace que no todos los dispositivos sean compatibles.

El protocolo de comunicación más extendido en IoT es la comunicación inalámbrica

Para poner remedio a esta situación, se ha intentado establecer la creación de un protocolo abierto y estándar denominado MQTT (Message Queuing Telemetry Transport), que permite que todos los fabricantes puedan soportarlo. No obstante, como hemos visto en el apartado de elementos básicos de la IoT, todavía hay muchos protocolos en uso: ZigBee, Bluetooth, 5G, Wi-Fi, LoRa…

Privacidad y seguridad

El gran caballo de batalla y quebradero de cabeza de los departamentos de TI y OT es la privacidad y seguridad de toda la sensórica y dispositivos conectados que hay en empresas y fábricas. Todavía no se ha realizado un despliegue masivo de la Internet de las cosas y ya se están viendo las orejas al lobo. La cuestión es que no sólo se trata de seguridad física, también entra en juego la ciberseguridad.

La seguridad IoT implica proteger los dispositivos de Internet y las redes a las que están conectados de las amenazas en línea y las filtraciones de datos. Esto se consigue al identificar, monitorear y abordar posibles vulnerabilidades en todos los equipos.

Seguridad IoT
Seguridad IoT, el gran quebradero de cabeza de los departamentos de IT y OT.

Las consecuencias de las brechas de seguridad en estos entornos pueden ser letales. Pensemos en ámbitos como el de la salud, con sistemas que monitorean valores críticos de un paciente, o en robots que operan en una cadena de montaje de vehículos.

Por ello, se antoja vital que la seguridad se tenga en cuenta durante el diseño de los sistemas de IoT. También es decisivo hacer auditorías y controles periódicos tanto de las redes como de los aparatos en sí, mantener los dispositivos y software siempre actualizados, gestionar los ajustes de privacidad y hacer un seguimiento. En definitiva, monitorear constantemente, definir políticas de actuación de buenas prácticas y contar con un plan B, por si las moscas…

Aplicaciones empresariales del IoT

Hoy en día la IoT se está empleando en múltiples campos como pueden ser plantas de producción para realizar mantenimiento preventivo y analizar datos, en el sector médico, dónde se puede monitorizar las constantes de un paciente, la tensión o el nivel de azúcar en sangre; en casa, con las smart homes, con casos como que el microondas empiece a calentar la comida antes de que el usuario llegue a casa o se encienda la calefacción; y en los llamados “wearables” con los smartwatches a la cabeza.

Veamos estas aplicaciones con más detalle.

IIoT o Internet de las cosas Industrial

La IIoT o Internet de las cosas Industrial hace alusión a los dispositivos inteligentes utilizados en diferentes campos de actividad para generar eficiencias empresariales. En otras palabras, es el conjunto de sensores, instrumentos y dispositivos autónomos conectados a través de Internet a aplicaciones industriales. Esta red permite recopilar datos, realizar análisis y optimizar la producción, aumentando la eficiencia y reduciendo los costes del proceso de fabricación y prestación de servicios. Las aplicaciones industriales son ecosistemas tecnológicos completos que conectan dispositivos y a estos con las personas que gestionan los procesos en líneas de montaje, logística o distribución a gran escala.

La principal aplicación de IIoT se concentra en manufactura.

Las aplicaciones actuales del IIoT se concentran, sobre todo, en manufactura, transporte y energía, con una inversión de más de 300.000 millones de dólares en todo el mundo en 2019 que se espera se duplique en 2025. En el futuro inmediato se prevé que la adopción del IIoT se traduzca en la implantación de más robots industriales, como los cobots, sistemas de control de almacenes y transporte de mercancías, y sistemas de mantenimiento predictivo.

Cada vez más sectores están aplicando la IoT para automatizar, simplificar u optimizar procesos

Los dispositivos industriales, que van desde los sensores hasta los equipos, proporcionan a los empresarios datos detallados y en tiempo real que pueden utilizarse para mejorar los procesos empresariales. Proporcionan información sobre la administración de la cadena de suministro, la logística, los recursos humanos y la producción, lo que reduce los costes y aumenta los flujos de ingresos, por ejemplo.

Sector automoción

La aplicación de la IoT en el sector de la automoción está muy avanzada con la incorporación de análisis y robótica controlados por sensores. Estos instrumentos permiten, entre otras cosas, proporcionar imágenes 3D en tiempo real de los componentes internos del vehículo; o un diagnóstico y resolución de problemas más rápido.

Sector de transporte y logística

Los dispositivos de IoT comerciales e industriales son útiles para administrar la cadena de suministro, incluida la administración de inventarios, las relaciones con los proveedores, la gestión de flotas y el mantenimiento programado. Las empresas navieras, por ejemplo, utilizan aplicaciones de IoT para hacer un seguimiento de los recursos y optimizar el consumo de combustible en las rutas marítimas. Lo mismo ocurre con rutas terrestres en el caso de transporte por carretera. Esta tecnología también es muy útil para el control estricto de la temperatura en contenedores refrigerados. Además, los administradores de la cadena de suministro pueden hacen predicciones informadas a través de algoritmos inteligentes de enrutamiento y reenrutamiento.

Comercio

Tanto en el comercio físico como en el comercio electrónico, la Internet de las cosas tiene mucha cabida. En el primero -y gracias a sensores, métricas y analítica-, es una herramienta para la administración de inventario, el control del gasto (por ejemplo, gestionando la temperatura de una tienda), la geolocalización y la gestión de colas o turnos. En cuanto a e-commerce podríamos citar el control de envíos, la publicidad online personalizada o los pedidos automatizados.

IoT en la agricultura

La agricultura es otro campo abonado por la Internet de las cosas mediante proyectos como el despliegue de sensores en plantaciones que ayudan a mejorar el empleo de recursos como agua, fertilizantes o plaguicidas, disminuir los gastos y aumentar la producción. Gracias a esta tecnología, los agricultores pueden saber, en tiempo real, la humedad del suelo, el estado de las plantas y la temperatura ambiente, entre otros parámetros, dando lugar al desarrollo de cultivos inteligentes.

Ámbito sanitario

De unos años a esta parte, la incursión de la IoT en el ámbito sanitario se ha disparado. Su gran aportación en la salud es el manejo de datos en tiempo real haciendo posible la teleconsulta gracias a aplicaciones como glucómetros o tensiómetros conectados, además de sensores de movimiento y actividad en residencias y centros médicos. Tener al instante las constantes vitales de un paciente, su histórico y su actividad en determinados periodos, permitirá predecir posibles enfermedades o dolencias. Además, en un hospital siguen proliferando la cantidad de máquinas conectadas a la red.

Empresas del sector servicios

En cuanto a las industrias de servicios públicos, ya se emplean drones y sensores inteligentes para inspeccionar instalaciones y líneas. Medidores de red brindan datos actualizados al minuto sobre la demanda de petróleo, gas, agua y electricidad. Asimismo, los dispositivos IoT también pueden monitorear cambios en la temperatura, la humedad y las vibraciones, previniendo de esta manera fallos en los equipos y aumentando la seguridad del personal. Sin olvidar, todo lo que la Internet de las cosas puede aportar a la toma de decisiones en tiempo real para ganar en eficiencia y sostenibilidad.

Hogares inteligentes

Es uno de los ámbitos donde la IoT está teniendo más calado. Principalmente los dispositivos inteligentes para el hogar se centran en mejorar la eficiencia y seguridad de la casa. Podemos encontrar muchos caos de uso -y cada vez más-, como enchufes y termostatos inteligentes, electrodomésticos conectados domótica para alumbrado o calefacción y ventilación, detectores de humo o sistemas de riego, e, incluso aplicaciones de seguridad como cerraduras o cámaras, por citar algunos. Además, estos servicios estarán presentes en la nueva forma de construir los edificios encaminándonos hacia los smart buildings, edificios que tendrán la IoT embebida como herramienta fundamental para cumplir con su objetivo de reducir el consumo de energía, aumentar el confort y la seguridad a todo el conjunto.

Ciudades inteligentes

Las aplicaciones de IoT más empleadas en el desarrollo de smart cities tienen que ver con la eficiencia en la planificación urbana y el mantenimiento de las infraestructuras: medir la calidad del aire y los niveles de radiación, sistemas de iluminación o alumbrado inteligente, gestión de aparcamientos y del tráfico, videovigilancia o contadores de agua conectados.

Soluciones de Software de IoT en el mercado

El software está en el centro de cualquier solución de IoT. Industrias como la manufacturera o la de servicios no podrían funcionar sin él. Dichas soluciones permiten actualizar los equipos a distancia, predecir fallos, gestionar todas las partes de un sistema y configurar nuevos modelos de negocio.

Soluciones software IoT de seguridad

Hacen posible cumplir los requisitos normativos y de privacidad; permiten abordar de forma proactiva las nuevas amenazas; y ofrecen una defensa múltiple 24/7.

Soluciones software IoT de gestión de dispositivos

La gestión de dispositivos permite a los gestores de redes e IT acceder, diagnosticar y gestionar de forma remota los dispositivos de IoT. Como ventajas aportan el poder administrar y controlar todos los sistemas desde cualquier lugar, mejorar la seguridad y recibir alertas instantáneas cuando las condiciones cambian. Junto con la reducción de visitas in situ innecesarias y la gestión del tiempo de inactividad de forma proactiva.

AWS IoT, la solución de Amazon

AWS IoT es la solución de Internet de las cosas de Amazon. Une la IA y la IoT para mejorar los resultados empresariales. Proporciona servicios para soluciones industriales, de consumo y comerciales, permitiendo la configuración de aplicaciones que descubran un nuevo valor empresarial, ejecuten análisis sofisticadas y detecten y respondan a los eventos de una gran cantidad de dispositivos IoT.

Con esta propuesta, el proveedor en la nube combina la administración de datos y los análisis enriquecidos para crear servicios fáciles de usar diseñados para un gran volumen de datos de IoT.

En concreto, AWS IoT incluye servicios como la seguridad, el cifrado de datos y el control de acceso a los datos del dispositivo. Está diseñado sobre una infraestructura de nube y redes de IoT seguras y probadas. Además, puede escalar a miles de millones de dispositivos y a billones de mensajes. También se integra con otros servicios de AWS, permitiendo al usuario/empresa crear soluciones completas.

Importancia de la IoT y nuevas tendencias

Aunque la IoT sigue avanzando -nutriéndose de las nuevas tecnologías que se van desarrollando-, algunos expertos consideran que todavía no está totalmente madura. No obstante, se vaticina una explosión de la Internet de las cosas en los próximos años.

De acuerdo con las previsiones de Statista, el número de dispositivos de Internet de IoT conectados a nivel global alcanzará los 29.000 millones para 2030.

Según ABI Research, el mercado del IoT experimentará un crecimiento exponencial de aquí a 2026. Sobre todo, por los esfuerzos de digitalización en servicios públicos, industria, infraestructuras y ciudades inteligentes. Vendrá impulsado por la tendencia, a día de hoy, de automatizar máquinas y procesos que, además, se han visto acelerados por la crisis provocada por la Covid-19.

Es más, el reciente informe Global Telecom Outlook 2023-2027 de PwC indica que aunque en el ámbito del Business to Business los ingresos derivados del Internet de la Cosas han crecido modestamente hasta la fecha, las estimaciones apuntan a que esta situación va a cambiar pronto y que en los próximos años las compañías con fuertes intereses en el ámbito de la IoT verán aumentar sus ingresos.

El documento revela que el número total de dispositivos IoT pasarán de los 17.800 millones que existen en la actualidad, hasta los 25.100 millones en 2027, lo que equivaldría a tres dispositivos IoT por cada habitante de la Tierra. Se espera un crecimiento muy rápido especialmente en el segmento de gran consumo, donde, en 2027, este tipo de dispositivos rozarán los 10.000 millones.

No obstante, y como hemos ido explicando a lo largo de este artículo, las aplicaciones de la IoT ya están entrando en muchos campos de la industria electrónica y de la salud. El número de dispositivos médicos con IoT en el mundo se duplicarán en 2027, con 997,9 millones. Una tendencia que se está viendo fortalecida por el crecimiento de la telemedicina, así como de la tecnología que permite la monitorización de los datos esenciales de los pacientes, incluyendo el ritmo cardíaco, la temperatura y la tensión.

Los pronósticos son muy halagüeños, pero el futuro está plagado de interrogantes con el gran reto de la seguridad sobre la mesa.

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