Es uno de los pocos productos en los que vale la pena detenerse a observar su aspecto exterior, aunque ello le impida su montaje en un rack. El panel frontal queda cubierto con cuatro puertos que hacen de switch, los cuales pueden conectarse directamente a un servidor o a otro hub/switch utilizando un cable cruzado. Un puerto extra permite que el dispositivo se pueda hacer cargo de otro ipXpress en caso de que el primero falle, dotando de cierta redundancia al conjunto. La guinda del pastel la pone una serie de luces azules que se iluminan recordándonos al Coche Fantástico. La velocidad de su vaivén va en proporción al tráfico que atraviesa el dispositivo.
Pese a su bello aspecto, la instalación en la red es algo problemática. Una vez que conectamos los servidores a los puertos del switch pudimos ejecutar el software de configuración. Este no es más que una herramienta con una línea de comandos que, desafortunadamente, tiene algún tipo de bug al ejecutarse en Windows 2000. El software muy a menudo se niega a aceptar las pulsaciones del teclado, hasta que éste es eliminado de nuestra lista de tareas y vuelto a ejecutar. Afortunadamente, aguantó lo suficiente como para que nos diera tiempo a terminar la configuración del equipo.
La primera tarea consistió en asignarle al aparato una dirección IP, de forma que pueda ser administrado de forma remota. Una vez completado este paso, la unidad está preparada para configurar la recepción de peticiones. Esta parte comprende tres fases configurar los servidores virtuales, los físicos y los grupos de ambos que estén relacionados.
Un servidor virtual dispone de una dirección IP, que los clientes utilizan para realizar conexiones. Por ejemplo, nuestro servidor virtual tendría la dirección IP del dominio www.midominio.com. El ipXpress puede mantener hasta 256 clases de este tipo. Los servidores físicos comprenden la lista de equipos a los que la unidad debe remitir las peticiones y son almacenados internamente con su nombre, dirección IP, y máscara de sub-red. Estos servidores pueden estar contenidos dentro de lo que denominan grupos. Sin duda, ésta es una forma de dividir servidores en tareas diferentes, por ejemplo un grupo que contenga servidores web y otro los servicios FTP, estando ambos asignados al mismo servidor virtual.
Configuramos el aparato para que el grupo de servidores web sólo aceptase peticiones web mientras que el grupo FTP lo hiciera de este servicio. Cuando realizamos peticiones al servidor virtual, el ipXpress puede realizar decisiones de balanceo de carga en base al tipo de datos requeridos.
La línea de comandos hace que este tipo de configuración sea difícil de realizar, y no es ésta precisamente la más sencilla que hemos tenido la oportunidad de ver. Afortunadamente, el manual suple esta carencia ofreciéndonos detallados ejemplos de como configurar el producto. La utilización de algún tipo de interfaz gráfica, o la inclusión de un pequeño servidor web en el interior del aparato, hubiera sido una mejor opción.
Lo mismo ocurre con las configuraciones más avanzadas del aparato, como la elección del algoritmo utilizado para el balanceo de carga. A un lado del espectro se encuentre el round robin. Éste es el algoritmo básico que distribuye las peticiones de forma equitativa. Cada vez que una de éstas llega, se envía al siguiente servidor de la lista. Sin embargo,mientras que el algoritmo es rápido, y funciona perfectamente para servidores con las mismas especificaciones, puede sobrecargar una máquina en otro tipo de entornos menos homogéneos.
Si se da este último extremo, la solución pasa por utilizar un algoritmo más inteligente. Podemos elegir entre el método de menos conexiones o el de menos conexiones de forma ponderada. En ambas dos el ipXpress monitoriza cuál de los servidores tiene el mínimo de conexiones abiertas y redirige a él las sucesivas peticiones..
La opción ponderada se utiliza para igualar las posibles diferencias en el hardware de los equipos, asignándoles un peso relativo a cada una de las peticiones. Otra posibilidad es utilizar la de el menos tiempo de respuesta, en la cual cada servidor es monitorizado y el equipo más rápido en responder obtiene la siguiente petición. La decisión final tendremos que tomarla observando atentamente los servidores y atendiendo para que éstos no se sobrecarguen inesperadamente. Como ya dijimos, el manual es muy completo y nos ayudará a tomar esta decisión en base al tipo y tendencias del tráfico que esperamos.
En general el ipXpress es un dispositivo capaz de enfrentarse a algunas de las herramientas más potentes del mercado. El único inconveniente que encontramos es su interfaz de administración, la cual debería ser mejorada, al menos para que funcione de forma estable bajo Windows 2000.