Si recurrimos al tradicional encuentro que organiza la Asociación Española de Usuarios de Telecomunicaciones y al lema elegido para este año,Nuevas herramientas para competir, digamos que se queda corto. Entrando más en harina, hay que destacar el mensaje de José María Vázquez Quintana, presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, que en su ponencia valoró el espectacular desarrollo en el mercado de las telecomunicaciones, tanto desde el plano de las grandes inversiones en infraestructuras, como en la riqueza empresarial y sectorial que supone la aparición de medio centenar de operadores de telefonía fija.
Una positiva evaluación que hemos de extender al ámbito regulador, normativa y fomento de la competencia. La esperada apertura del bucle local, para la que restan escasos dos meses y los criterios de selección y de conservación del número son las dos asignaturas serias que quedan para empezar a pensar que el proceso de la liberalización está finalizando, y con éxito.
En este debate permanentemente abierto sobre el presente y futuro de las telecomunicaciones, es importante reconocer el papel de las empresas como verdaderas impulsoras, al tiempo que pioneras en aceptar propuestas venidas de una industria en permanente desarrollo.
Algo que coincide con un informe, patrocinado por Telefónica, que radiografía nuestra Sociedad de la Información. Según una de sus conclusiones, durante los próximos años, la inversión en nuevas tecnologías continuará creciendo con un ritmo que supere el 10 por ciento anual, convirtiéndolas en la locomotora del nuevo entorno.
Este comportamiento empresarial se entiende si tenemos en cuenta la continua aparición de nuevas y más avanzadas tecnologías que permiten a su vez el desarrollo de nuevas aplicaciones y servicios.
En oposición a muchos de los temores de la opinión pública, cabe destacar que dicho informe concreta que el empleo no solo no disminuirá sino que se producirá un incremento de la demanda de profesionales de las TIC y la mayor subcontratación darán como resultado la creación neta de empleo.
Resta considerar el papel del Gobierno en esa andadura hacia el progreso asociado a las nuevas tecnologías. Un papel difícil y que debe ser equidistante a todas las posturas, teniendo en cuenta tanto los planteamiento de los operadores, como de los usuarios, proveedores y demás agentes. Una responsabilidad que pasa por escuchar a todas las partes y que en cualquier caso no debe optar ni por lo salomónico de la calle de en medio, ni por lo sencillo de respaldar a los más fuertes en detrimento de los menos. Las telecomunicaciones en su esquema más ámplio y general son esenciales, consustanciales, con la buena marcha de la economía y de la sociedad. Se impone por tanto este debate que cada año propone AUTEL y que no puede circunscribirse a un congreso.
