Retomamos el pulso del sector después del paréntesis estival con nuevas y preocupantes noticias de reducciones muy significativas de plantillas en empresas punteras de este sector en Estados Unidos y Japón, a las que han tenido el dudoso honor de sumarse, por primera vez desde que se inició el estancamiento del mercado, dos operadoras europeas Sonera y la recién reconstituida Equant.
La decisión de estas multinacionales parece obedecer a las mismas causas que llevaron, sólo unos pocos meses atrás, a un elevado número de compañías a desprenderse de una buena parte de su fuerza laboral como principal estrategia para equilibrar unos presupuestos que, elaborados sobre el papel en una época de bonanza económica y crecimiento acelerado, se ha demostrado que eran incapaces de conseguir en la práctica.
Y si estas son las malas noticias, las buenas empiezan a llegar con cuentagotas, pero aparecen, aunque sea tímidamente, para llevar un necesario aliento de esperanza a este mercado que tan necesitado está de alicientes para recobrar la confianza en su solidez, capacidad y fuerzas para superar la difícil prueba a la que se le está sometiendo.
Así desde el otro lado del Atlántico comienzan a llegarnos algunos indicios de recuperación protagonizados por algunas de las locomotoras tecnológicas estadounidenses, a la vez que los especialistas nos hacen llegar los resultados de sus trabajos y análisis mediante estudios de proyecciones de tendencias de futuro; y es aquí donde empiezan a somplar unos ligeros vientos de recuperación para este negocio.
En este sentido, aporta una más que fundada esperanza el libro recientemente publicado por Telefónica bajo el título La Sociedad de la Información en España. Perspectiva 2001-2005 porque, aunque sus análisis se ciñan al caso concreto de nuestro país, no parece descabellado pensar que pudiera ser extrapolable en mayor o menor medida a otras economías avanzadas. En este volumen, los expertos que han participado en su elaboración exponen que las empresas tecnológicas recuperarán sus valores bursátiles en el plazo de un año y que las alzas continuarán a largo plazo.
La valoración de estos especialistas coincide con la idea, muy extendida, según la cual el estancamiento al que está sometido el sector era la respuesta coyuntural a las alegrías y desenfrenos económicos propiciados por la nueva economía de Internet.
Frente a esa euforia y su necesaria corrección, en forma de desaparición de muchas empresas puntocom sin un serio proyecto empresarial que las sustentara e impulsara hacia el futuro, la respuesta del mercado no podía ser otra que la cautela y la oscilación hacia el extremo contrario de la balanza, buscando un equilibrio siempre necesario en cualquier negocio.
Ahora las cosas empiezan a ponerse en su necesaria y justa perspectiva y si, como parece inevitable, el avance hacia la Sociedad de la Información es imparable y una tarea del día a día que implicará a la empresa y al tejido social, no parece descabellado pensar que la industria y los operadores tendrán mucho que decir y podrán reverdecer los verdes laureles que en los últimos tiempos aparecían un tanto marchitos.
