IDC se atreve a medir ese concepto tan proteico y a veces indescifrable que es el Internet de las Cosas (IoT), y que habla de un mundo donde la conexión a Internet va mucho más allá de los ordenadores y los teléfonos, llegando a sensores y maquinitas de todo tipo repartidos a lo largo y la ancho del mundo, e incluso por nuestro cuerpo. Además, hay que tener en cuenta que este mundo conectado se sustentará en complejos despliegues de infraestructuras y comunicaciones alojadas en grandes centros de datos con infinidad de servidores, software, almacenamiento, seguridad o equipamiento de red.
Según IDC, el mercado tecnológico vinculado al Internet de las Cosas crecerá significativamente en el próximo lustro, pasando de los 655.800 millones de dólares de 2014 a los 1,7 billones (españoles) de dólares en 2020, lo que supone un crecimiento medio anul durante el periodo de casi un 17%. Para hacernos una idea de la magnitud de este negocio, hay que tener en cuenta que el PIB de España en un año ronda el billón de dólares, y que la facturación anual de Microsoft no llegó el año pasado a los 80.000 millones.
La mayor parte de los ingresos vendrá por la venta de dispositivos (módulos y sensores), conectividad y servicios de TI asociados. Estas tres partidas representarán dos tercios del gasto mundial en 2020. “Los wearables son la cara reconocible del Internet de las cosas para el gran público, pero las verdades oportunidades surgirán en la empresa y el sector público”, asegura Vernon Turner, especialista de IDC.
