Eurona ha incrementado un 60% de media las altas de Internet por satéliteen los pueblos de la ‘España Vacía’ durante el mes de marzo, el primero del confinamiento decretado por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus.
Esta alza en las contrataciones de Internet ha tenido más impacto en comunidades como Navarra, Galicia, Murcia o Cantabria, especialmente afectadas por la situación de desconexión que impide que más de 3,5 millones de personas -en torno al 7% de la población- no puedan acceder a una conexión a Internet de calidad, sobre todo en zonas rurales, despobladas o de difícil orografía.
Precisamente, el repunte en los datos se enmarca en un contexto en el que la situación de confinamiento nacional ha convertido a las telecomunicaciones en un bien de primera necesidad y en un servicio esencial más como la electricidad, el gas o el agua corriente ya no solo en las ciudades, sino también en los pequeños municipios de la ‘España Vacía’ al permitir la continuidad de ciertos sectores profesionales y de actividades básicas como la educación o los servicios médicos a distancia.
Así, para evitar que estas zonas sufran las consecuencias de la falta de oportunidades y la escasez de infraestructuras, Eurona, que ofrece cobertura de banda ancha al 100% del territorio, ha puesto su tecnología satélite al servicio de los municipios para garantizar las comunicaciones durante estos días en aquellos lugares donde ni el ADSL ni la fibra óptica han llegado todavía.
De esta forma, medidas de contención como el teletrabajo o incluso las consultas médicas a distancia pueden hacerse extensibles a toda la geografía española, independientemente del tamaño y la población de los municipios. Al igual que los contenidos formativos online, accesibles así a todos los hogares y centros educativos, las compras a través de internet o las plataformas de entretenimiento tan recurrentes en estos días de tiempo en casa.
Según Fernando Ojeda, consejero delegado de Eurona, “estas nuevas contrataciones no hacen sino evidenciar que la población de la España rural necesita soluciones globales como la que está ofreciendo el satélite, un servicio que se ha convertido en esencial y estratégico para garantizar, en la medida de lo posible, la continuidad de la economía o de servicios básicos como la educación a distancia más allá de los momentos críticos que atravesamos”.