La demanda de acceso inalámbrico se ha convertido en muy corto espacio en algo crítico para los negocios. Es precisamente dicha demanda, la que ha propiciado que el rendimiento de la red sea una prioridad para los equipos TI. Esto se debe a que tanto los trabajadores en particular, como los consumidores en general, esperan una experiencia de conexión Wi-Fi sin fisuras, cuya ausencia puede influir en un decremento de su productividad, o en su decisión de entrar o no en un establecimiento.
Trabajadores y consumidores esperan una experiencia de conexión Wi-Fi sin fisuras
El crecimiento y la diversidad de las aplicaciones que se usan en las empresas, así como el tráfico que se genera, ha hecho necesaria la evolución de los estándares inalámbricos para mantener el ritmo que requieren, tanto empleados, como usuarios particulares.
En paralelo, el tráfico de la voz y el video -sensibles a la latencia- están compartiendo espacio aéreo con dispositivos de IoT que envían pequeños paquetes de datos, lo que contribuye a incrementar el riesgo de ralentización de una red inalámbrica. Para resolver este problema, las redes inalámbricas necesitan nuevos mecanismos más eficientes para manejar volúmenes de tráfico crecientes, de naturaleza muy diversa y con necesidades de ancho de banda muy diferentes.
Voz y vídeo están compartiendo espacio aéreo con dispositivos de IoT
Es en este contexto donde un nuevo estándar Wi-Fi se hace imprescindible. Para ofrecer una respuesta a esta creciente necesidad que, tanto empresas, como usuarios estaban demandando, el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) y la Wi-Fi Alliance trabajaron codo con codo para para identificar áreas de mejora del estándar actual (802.11ac). La conclusión fue centrarse en el rendimiento en condiciones “típicas” para elevar holísticamente el rendimiento de toda la red. Como resultado se creó el nuevo estándar llamado 802.11ax, también conocido como Wi-FI 6.
El nuevo estándar Wi-Fi 6, viene a resolver problemas en entornos de oficinas inteligentes y en fábricas, donde la proliferación de dispositivos IoT podría llegar a comprometer las estrategias de seguridad y disponibilidad. También en entornos educativos y sanitarios por su alto volumen de dispositivos conectados y en organizaciones tecnológicas donde la movilidad y el tráfico de voz y video son muy frecuentes.
La red Wi-Fi ha de ser lo suficientemente robusta como para ser capaz de manejar grandes volúmenes de tráfico en tránsito hacia servicios en la nube
Son muchas las empresas que hace años adoptaron estrategias BYOD y que actualmente están desplegando soluciones IoT. Debido a esto, y a la proliferación de dispositivos y aplicaciones en uso, la red Wi-Fi ha de ser lo suficientemente robusta como para ser capaz de manejar grandes volúmenes de tráfico en tránsito hacia servicios en la nube. Optimizar la Gestión de este tráfico, garantizando la mejor experiencia de usuario, es uno de los grandes retos que resuelve el nuevo Wi-Fi 6.
El nuevo estándar 802.11ax hace posible alcanzar unos niveles de rendimiento óptimos al margen del número de dispositivos que haya conectados a una red. Así, a medida que las organizaciones vayan equipando sus nuevos edificios con nuevos puntos de acceso 802.11ax, o vayan actualizando las implementaciones Wi-Fi ya existentes, estos entornos se irán beneficiando de un rendimiento Wi-Fi sin fisuras y se habrán dotado con el sustrato tecnológico necesario para proporcionar servicios mejorados en los años venideros.
El nuevo estándar 802.11ax (Wi-Fi6) hace posible alcanzar unos niveles de rendimiento óptimos al margen del número de dispositivos que haya conectados a una red
En resumen, las mejoras de eficiencia en 802.11ax se traducen en una red de mayor rendimiento y una mejor experiencia de usuario para todos los clientes conectados.