Dependemos de Internet para cada vez más labores de nuestro día a día, no solo a nivel profesional y administrativo, sino también a nivel interpersonal, familiar y de ocio. A medida que el proceso de digitalización avanza y va influenciando cada vez más ámbitos de la vida, Internet y los servicios digitales se van convirtiendo en una pieza fundamental en el funcionamiento de muchos de los sistemas de los que dependen nuestras actividades. Con el crecimiento de esta dependencia, empiezan a surgir también algunas preocupaciones relacionadas con la solidez del entramado que soporta los servicios web que utilizamos. Esas preocupaciones se hacen más palpables a medida que, en el contexto energético mundial, va aumentando la incertidumbre a causa de las disputas políticas, las medidas de ajuste y la guerra.
Como nos demuestra este artículo de ExpressVPN, la incertidumbre crece hasta el punto que una de las preguntas más repetidas en este sentido tiene que ver con si un eventual corte eléctrico puede afectar a la red y cómo debemos prepararnos cuando esto ocurra. Para responder a esa pregunta, lo primero que debemos entender es cómo funciona Internet y en qué medida depende su funcionamiento de la electricidad. Internet es una red que conecta millones de dispositivos alrededor de todo el mundo. Para que nosotros podamos acceder a este o a cualquier otro contenido web, debe producirse una transferencia de datos desde los enormes centros de datos que almacenan el contenido que consumimos hasta nuestros dispositivos. Esos centros de datos pueden estar a miles de kilómetros de distancia, entonces ¿cómo se produce ese increíble viaje? Para lograrlo, hoy en día, se utiliza una compleja red de cables de fibra óptica que conectan el centro de datos con nosotros. Aunque nuestros dispositivos no tengan que estar enchufados a ningún cable para tener Internet, dependen de ese entramado de cable de fibra óptica, ya que son esos cables los que aportan la señal a las antenas que proporcionan datos móviles y conexiones Wi-Fi. A grandes rasgos y de forma muy resumida, así es como funciona internet.
Los datos que se transmiten a través de los cables de fibra óptica desde los centros de datos hasta las antenas que luego reparten la señal que más tarde llega a nuestros dispositivos toman la forma de impulsos de luz. Por tanto, para que todo este sistema funcione, los centros de datos deben contar con el suministro eléctrico necesario para sostener las actividades de almacenamiento y transferencia de datos. Si se produjera un corte eléctrico en la región en la que se ubica un centro de datos que afectará a ese centro de datos, se podrían producir graves caídas en la red. Si lo que ocurriese, por otro lado, fuese que se produjera un corte eléctrico en la zona en la que nosotros nos encontramos, nuestras posibilidades de acceder a internet dependerían del tipo de conexión que tengamos y del alcance del corte. Si el corte ha afectado a la antena que transmite las señales 3G, 4G y 5G, la caída de Internet será generalizada en la zona. Si ese corte sólo ha afectado a nuestra casao a nuestro barrio y no ha alcanzado a la antena, entonces la señal de Internet aún nos llegará y podremos utilizar el Internet de nuestros dispositivos a través del uso de datos, pero no a través del módem/router, que seguirá necesitando conexión para funcionar.
Este último es el escenario más común y probable en caso de se produzca algún tipo de corte eléctrico. Las caídas eléctricas generalizadas, y las correspondientes caídas generalizadas de Internet son un problema que, aunque es posible, es poco probable. Y en caso de producirse, lo normal es que sea un problema temporal que se solvente de manera rápida. En cualquiera de los casos, es conveniente estar prevenido ante esta posibilidad y sus consecuencias.