La estrella de carne y hueso del Mobile world congress 2015 ha vuelto a ser Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook. Si el año pasado todas las miradas fueron a parar al fundador de la mayor red social del planeta por la compra de Whatsapp, en esta ocasión había interés en saber cómo iba a encajar los ataques de las operadoras, que piden insistentemente a grandes proveedores de servicios como Facebook o Google que asuman su parte en el coste que tiene el desarrollo y el mantenimiento de las redes que hacen posible una Internet cada vez más rapida.
Un tímido y titubeante Zuckerberg, que empezó hablando de su proyecto Internet.org, destinado a extender la conexión en países en desarrollo, se desmarcó asegurando que el conflicto con los operadores es cosa que reguladores, y que él no era quien para hablar del tema. La respuesta de Zuckerberg curiosamente llega unos días despues de que la FCC, el organismo regulador de las telecomunicaciones en Estados Unidos, declarara el acceso a Internet como un servicio básico y echara por tierra los deseos de aquellos, como las operadoras, que quieren establecer varias velocidades, priorizando el tráfico de los clientes en función de lo que pagan.
En el Mobile World Congress, Zuckerberg se mostró ayer conciliador, apreciando que gracias a Facebook o a aplicaciones como Whatsapp se suben a Internet millones de personas que de otra forma no lo harían. “Esas aplicaciones”, dijo refiriéndose a Whatsapp, “fomentan el uso de datos. Y eso es el futuro”. Pero también reconoció que en el interés de la industria y de los usuarios está el que todos los agentes -telecos y proveedores de contenidos- colaboren.
Las telecos que debatieron con Zuckerberg en el escenario principal de la Fira de Barcelona tampoco enseñaron los dientes. Los directivos de Airtel y Tigo, con un negocio centrado en países africanos y latinoamericasnos, agradecieron a la red social que les ayude a captar usuarios en países con bajos niveles de penetración. Un poco más combativo se mostró el CEO de la noruega Telenor, que se refirió al alto coste de las infraestructuras y lo complicado se vuelve su sostenibilidad. Jon Fredrik Baksaas apuntó: “El punto de fricción está entre ver cómo cada vez nos queda menos margen, pero a la vez tenemos que dar gratis esta parte para crear un mercado futuro. Nadie quiere que le gane la competencia”. Zuckerberg, por su parte, zanjó la discusión con un lacónico y esperanzador: “Espero ayudaros a hacer negocios mejor. Si me dejáis, puedo ayudar con lo que no está bien”.
Por la mañana, César Alierta, en su ya habitual intervención en el Mobile World Congress, calentó el ambiente afirmando que sin las telecos no tendrá lugar la revolucion digital. “Son los operadores quienes están desplegando redes de ultrabanda ancha gracias a inversiones enormes. Y son estas redes las que permiten que todo y todos estén conectados y las que generan inmensas oportunidades”. Alierta pidió una revisión de la regulación que haga posible que “haya unas reglas del juego iguales para todos”. Quizá debió estar Alierta en el escenario con Zuckerberg por la tarde para escenificar de verdad el conflicto de fondo de la industria de las telecomunicaciones.