El pasado mes de julio, la consultora estratégica Kearney presentó el informe 5G Readiness Index 2022 en el que ponía de manifiesto que Europa iba por detrás en el despliegue a gran escala de la quinta generación de redes móviles. Con motivo de los resultados de este estudio y analizar qué puede hacer España para acelerar la implementación de esta tecnología, Redes&Telecom ha entrevistado a Filipe Rombert (en la foto), responsable del área de Telecom para España y Portugal de la firma de análisis.
¿Qué soluciones propone para que España no siga a la cola del resto de países?
Para que España pudiera alcanzar una posición de liderazgo en materia de 5G, deberían darse cuatro circunstancias. Para empezar, disponibilidad de espectro. Ya se ha anunciado una subasta de las bandas de mmWave, que en términos de disponibilidad de espectro debería ser suficiente para, por lo menos, los próximos 10 años.
Otro factor es el despliegue del 5G SA Core. Es un paso que aún está en su fase inicial y dependerá de los operadores. En la actualidad, mientras que el núcleo autónomo 5G se ha desplegado en Estados Unidos, Japón, China, Sudáfrica, Australia y Oriente Medio, en cambio, a escala europea, a excepción de Finlandia, ningún otro país ha iniciado el despliegue.
El tercer elemento a destacar es el desarrollo de servicios B2B, ya que muchos sectores aprovecharán las capacidades de 5G para transformarse. Hoy en día, el foco para definir e implementar los nuevos servicios 5G está en su co-desarrollo entre los diferentes líderes del sector y los operadores.
Finalmente, en lo que se refiere a servicios B2C, es necesario habilitar un ecosistema de desarrolladores ya que lo más probable es que los servicios 5G para el para este sector no se masifiquen por los operadores, sino por una comunidad de desarrolladores habilitada por ellos (a través de API al 5G SA Core).
¿Cuál es la ventana de oportunidad para España?
En el mercado español es urgente abordar el desarrollo de 5G por dos razones, que, de hecho, al mismo tiempo suponen dos riesgos. Por un lado, la falta de competitividad del tejido empresarial hace que los diferentes sectores españoles puedan quedarse atrás respecto a sus homólogos europeos y mundiales. Se espera que 5G afecte a los diferentes sectores económicos y los países que han iniciado este camino verán cómo su industria se moderniza y es más competitiva frente a la española.
“Disponibiliad de espectro, despliegue de 5G SA y desarrollo de servicios B2B y B2C son claves para que España lidere en 5G”
Por otro, los operadores pierden el control de los clientes. Crear un ecosistema de desarrolladores sería una barrera de entrada para otros actores como los OTT e hiperescalares que relegan el papel de las operadoras a meros proveedores del canal de comunicación, de la infraestructura sobre la que se ofrecen estos servicios.
Finalmente, ¿es necesario que 5G sea autónomo para crear ese ecosistema empresarial? ¿Por qué?
5G non-standalone es similar a 4G, pero más rápido y con más capacidad disponible. Así que supone poca disrupción frente a lo que existe actualmente. Por ejemplo, la IoT ya existe y también las redes privadas, y la 5G no autónomo no cambia mucho lo que se está haciendo con el 5G. Sin embargo, el modelo de 5G Core standalone o autónomo aporta muchas funcionalidades nuevas que permiten nuevos servicios, como la latencia, la fragmentación de la red o network slicing, etc. Siguiendo con el ejemplo de IoT, esto permitirá masificar las conexiones IoT, crear una “red virtual” con QoS dedicada y una mayor capacidad de controlar miles de dispositivos, lo cual no es posible hoy en día.
