Actualmente las empresas no solo demandan mayor seguridad, sino en gran medida la protección de sus datos más valiosos. Por tanto, debemos impedir que nuestros datos más críticos se vean amenazados por los cuantiosos daños que ocasionan los piratas informáticos que pueden ser contagiados desde cualquier dispositivo utilizado comúnmente por un usuario.
Tanto las grandes corporaciones, como las empresas medianas o pequeñas, destinan cada vez mayores partidas de su presupuesto anual a la gestión de la seguridad de la información, porque los directivos son conscientes de los peligros a los que se enfrentan. Sin embargo, aún desconocen el grado de seguridad cuando trabajan con sus proveedores por Internet o utilizan el correo electrónico para comunicarse con estos. Para estos casos, es necesario contar con medidas adecuadas.
Otra de las preocupaciones implícitas a la seguridad empresarial es que surge con la pérdida de ordenadores y teléfonos móviles u otros dispositivos de los empleados. En estos casos, lo importante es la salvaguardia del dato, la propiedad intelectual, es decir, el know how de la corporación. Para no perder información vital para la compañía lo más adecuado es realizar encriptaciones del disco que combinan encriptación fuerte con control de acceso.
Finalmente hay que tener en cuenta que el 85 por ciento de los trabajadores se llevan consigo información y datos útiles de su empresa cuando se cambian de empleo, según un estudio de Check Point, sin que nadie pueda impedirlo, ya que tres cuartas partes de las compañías, no poseen la seguridad necesaria en sus centros para prevenir esta fuga de información.
Los flancos de ataque a la seguridad de las empresas son numerosos, de ahí que no se pueda bajar la guardia a la hora de invertir en seguridad.
