En septiembre de 2017 el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos prohibió a las agencias del Gobierno utilizar el software de seguridad de Kaspersky. Ese organismo temía que el Gobierno ruso pudiera estar usando los antivirus de la firma rusa para hacer ciberespionaje. Hasta media docena de agencias gubernamentales estadounidenses trabajaban con software de Kaspersky. El movimiento del Gobierno llegaba después de una campaña presidencial enrarecida por la supuesta injerencia cibernética rusa en la misma, y que llevó, contra todo pronóstico, a Donald Trump a ganar las elecciones.
Desde el principio, fuentes de Kaspersky aseguraron a medios estadounidenses no tener ningún “lazo inapropiado” con ningún Gobierno. En España, Alfonso Ramírez, el director de la filial de Kaspersky, manifestaba que la medida había “decepcionado” a su compañía, toda vez que el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU no aportaba “pruebas evidentes” de comportamiento poco ético.
De todas formas, y aunque ha seguido creciendo a nivel mundial, Kaspersky ha notado una caída de sus ingresos en Estados Unidos. Además, en este tiempo se ha llevado parte de su operativa a Suiza para evitar sospechas y ganar confianza. Además, el pasado 6 de marzo, el diputado del Parlamento Europeo Gerolf Annemans envió una petición oficial al presidente del Consejo Europeo, al Consejo y a la Comisión, entre otros, para que respondiera a una serie de preguntas relacionadas con el contenido de la Resolución del Parlamento Europeo adoptada el 13 de junio de 2018, que calificaba los productos de Kaspersky Lab de “peligrosos” o incluso “maliciosos”.
La semana pasada, concretamente el 16 de abril, la comisaria de la UE para la Economía y la Sociedad Digital, Mariya Gabriel, ha respondido públicamente a la petición afirmando que “la Comisión no dispone de ninguna prueba sobre los posibles problemas relacionados con el uso de los productos de Kaspersky Lab”.
Reacción de la compañía
Al conocer estas declaraciones, Anton Shingarev, vicepresidente de asuntos públicos de Kaspersky Lab, ha reiterado que los productos de la compañía “son seguros” y que eso es lo que ha escuchado muchas veces de diferentes reguladores y políticos. “Nos alegra que la Comisión Europea comparta ese sentimiento y lo haya confirmado públicamente”, afirmael directivo. “Este es otra acción que prueba que nuestra iniciativa global de rransparencia, la reubicación de datos y el lanzamiento de centros de transparencia está funcionando, y es una manera efectiva para que una compañía de ciberseguridad asegure la confianza de clientes y reguladores. También esperamos que la declaración de la Comisión Europea ayude a las partes interesadas a tomar decisiones basadas en pruebas, no en rumores y malos informes”.