En 2019 el porcentaje de dispositivos médicos atacados -ordenadores, servidores y equipos–fue del 19%. Aunque es cierto que la cifra ha descendido con respecto a 2018 (28%), aún no hay suficiente concienciación sobre los peligros que puede generar un ciberataque, como el famoso ransomware WannaCry, que paralizó los servicios médicos y otras organizaciones de todo el mundo en 2017.
Según Kaspersky, hay distintas razones fundamentales que explican este tipo de ciberataques:
• La falta de atención a los riesgos de la digitalización
• La falta de concienciación sobre la ciberseguridad entre el personal de las instalaciones médicas.
• La falta de normativa de seguridad adecuada a los dispositivos IoT médicos: a lo largo del año, los investigadores de seguridad de Kaspersky identificaron una serie de vulnerabilidades en diferentes equipos médicos. Es necesaria una mayor colaboración entre los fabricantes y la comunidad de seguridad para crear un entorno más seguro en el mundo de la medicina inteligente.
Previsiones 2020
• Crecerá el interés por los historiales médicos en la Dark Web. La investigación de Kaspersky en foros clandestinos revela que tales expedientes son a veces incluso más caros que la información de las tarjetas de crédito. Esto también abre nuevas posibilidades de fraude: con los datos médicos de alguien es más fácil estafar al paciente o a sus familiares.
• El acceso a la información interna del paciente permite no sólo robar sino también modificar los historiales. Esto puede conducir a ataques selectivos contra individuos con el fin de modificar los diagnósticos.
• El número de ataques a dispositivos de instalaciones médicas en países que acaban de iniciar el proceso de digitalización en el campo de los servicios médicos aumentará significativamente el próximo año. Prevemos la aparición de ataques de ransomware dirigidos contra hospitales de países en desarrollo. Las instituciones médicas se están convirtiendo en infraestructuras industriales. La pérdida de acceso a los datos internos (por ejemplo, los historiales digitales de los pacientes) o a los recursos internos (por ejemplo, el equipo médico conectado dentro de un hospital) puede frenar el diagnóstico de los pacientes e incluso interrumpir la ayuda de emergencia.
• Habrá cada vez más ataques selectivos contra institutos de investigación médica y empresas farmacéuticas que llevan a cabo investigaciones innovadoras. La investigación médica es extremadamente costosa y algunos grupos APT que se especializan en el robo de propiedad intelectual atacarán estas instituciones con mayor frecuencia en 2020.
• Afortunadamente, nunca hemos visto ataques a dispositivos médicos implantados (por ejemplo, neuroestimuladores). Pero esto es solo cuestión de tiempo, ya que existen numerosas vulnerabilidades de seguridad en estos dispositivos. La creación de redes centralizadas de dispositivos médicos portátiles e implantados (como en el caso de los cardioestimuladores) dará lugar a la aparición de una nueva amenaza: un único punto de entrada para atacar a todos los pacientes que utilizan dichos dispositivos.