Efectivamente, la demanda de herramientas tecnológicas relacionadas con la seguridad de las empresas está creciendo, pero es algo natural si tenemos en cuenta que este año tras la vuelta de vacaciones se ha acusado una proliferación inhabitual de virus, muy por encima de la media a la que estábamos acostumbrados en años anteriores por las mismas fechas.
La respuesta de las empresas ante la nueva oleada de virus no se ha hecho esperar, el resultado ha sido una petición masiva de tecnología de seguridad a todos los niveles.
A pesar de que el sector ha crecido en todos los terrenos, sin embargo, ya se puede adelantar que los cortafuegos y los dispositivos conocidos por appliances son los más solicitados por las compañías, junto con las soluciones globales.
Probablemente el futuro tienda hacia estas últimas, ya que la empresa no desea tanto conocer los entresijos de los sistemas de seguridad, como saber que sus equipos están en buenas manos. Aún así que nadie se engañe, la seguridad es un compromiso y la seguridad total no existe, pasaría por apagar la luz y desconectar todos los dispositivos, cosa imposible. La seguridad total es impensable porque abrirse al flujo de información es como abrir una compuerta y dejar que los datos entren, tanto si son dañinos como beneficiosos.
Una buena defensa es mezclar dispositivos y marcas para conseguir que varias estrategias solapen técnicas, de modo que si el hacker logra traspasar una barrera se encuentre con otra inesperada que le retrase el ataque.
Laurent Daudré-Vignier, director general de Allasso Informática España
