Una cuestión de confianza

Publicado el 20 Mar 2003

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El sector atraviesa su peor momento desde hace una década. La crisis que las TICs han soportado durante 2002 se ha concretado en fríos y clarificadores números como los publicados en su informe anual por la Asociación Española de Empresas de Tecnologías de la Información (Sedisi), del que se deriva una caída cercana al 8 por ciento del sector informático español; o las pérdidas récord anunciadas por el Grupo Telefónica en su último ejercicio, superiores a 5.500 millones de euros, termómetro fiel del difícil momento que viven las empresas y negocios cuyo eje central de actividad gira en torno a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Responsables de esta situación de recesión, admitida abiertamente por los agentes del sector, son tanto la crisis económica generalizada y el descenso de las inversiones de las empresas en TIs, como ese otro elemento tan difícil de medir y calibrar como es la pérdida confianza de los mercados, materializada en una ralentización que, por momentos, se ha acercado a la parálisis.

En la situación actual ha impactado con gran fuerza el enorme esfuerzo realizado por las empresas para actualizar sus sistemas al objeto de hacer frente al tan traído y llevado efecto 2000, la llegada del euro, el estallido de la insostenible burbuja de las puntocom y la imposibilidad de las operadoras de amortizar sus inversiones desmesuradas en UMTS, que han arrastrado en cadena a una industria acostumbrada a crecer por encima de los dos dígitos y nada preparada para apretar los dientes y encarar tiempos difíciles.

Pero como no hay mal que cien años dure, todo apunta a que el inicio de la recuperación podría empezar a dejar sentir sus efectos a partir del último trimestre de este año, siempre y cuando la situación internacional -en la que está impactando de forma determinante un más que previsible conflicto armado en Irak- quedara despejada rápidamente. En caso contrario y aceptando como válido el principio de que el dinero es cobarde, la reactivación tendría que esperar un mínimo de seis meses más.

A pesar de ello y aún partiendo de la situación menos óptima, no es momento de dejarse vencer por el pesimismo, la desilusión, ni la falta de confianza. Si realmente este sector quiere ganarse su futuro y contruirlo sobre bases sólidas tiene que pasar a la acción, poner manos a la obra y apostar decididamente por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones como el elemento determinante capaz de garantizar el progreso, la rentabilidad y la prosperidad de las empresas y organizaciones, para que no quede en una mera declaración de intenciones.

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Redacción

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