Referencias literarias aparte, el año 2002 ha sido para Ono, un año de “luces y sombras”, según el propio presidente de la operadora, Eugenio Galdón. “De sombras, por el endurecimiento de la competencia, la crisis económica, la desaparición de empresas. De luces, porque para nosotros ha sido un año de reafirmación como compañía y de buenos resultados operativos”. De este modo introducía Galdón los resultados de Ono correspondientes al pasado ejercicio fiscal, de los que baste destacar unos ingresos de 253,4 millones de euros, un 76 por ciento más que lo conseguido en 2001 (143,6 millones) y un EBITDA positivo por primera vez en su historia de 15,8 millones de euros, frente al EBITDA negativo del ejercicio anterior de 57,4 millones.
Así y como ha expuesto el presidente de Ono, el actual panorama de la operadora lo dibujan más de medio millón de hogares conectados; 1,8 millones de hogares “pasados” y una tasa de penetración del 33 por ciento.
“Somos ahora mismo el tercer suministrador europeo de telefonía por cable de Europa”, afirmó Galdón quien además explicó que los resultados de 2002 podían calificarse de “extraordinarios, ya que éstos han sido positivos gracias a la plusvalía conseguida por la recompra de bonos que asciende a 223 millones de euros. Si no tenemos en cuenta esta cifra, 2002 habría supuesto para nosotros unas pérdidas de 194 millones de euros”.
Por su parte, Richard Alden, consejero delegado de la operadora, señaló que durante el pasado ejercicio fiscal “la cifra de clientes se incrementó en un 44 por ciento, alcanzando además una media de servicios contratados por cliente de 1,85”.
El consejero delegado de Ono anunciaba además el lanzamiento del servicio de TV digital para el próximo verano. “Comercializaremos este servicio en Valencia primero para, poco a poco, extenderlo a otras provincias y así finalizar el año con todas las zonas donde estamos presentes cubiertas”.
Justo en este tema, Eugenio Galdón se pronunciaba firmemente contrario a la aprobada fusión de las plataformas de TV digital hace unos meses por parte del Gobierno. Para Galdón, “la fusión es claramente negativa para Ono y para todo el sector además de crear una reserva en la economía española y otorgar un poder desorbitado a una sola compañía”.
